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Libro de Gades en el primer aniversario de su muerte

Fuentes: Prensa Látina

Un libro de fotos y frases de Antonio Gades será lanzado hoy en homenaje al gran bailaor en el primer aniversario de su muerte ocurrida en Madrid un caluroso y triste 20 de julio. La Fundación Antonio Gades, que él diseñó antes de morir, esperó esta fecha para empezar a sacar a la luz los […]

Un libro de fotos y frases de Antonio Gades será lanzado hoy en homenaje al gran bailaor en el primer aniversario de su muerte ocurrida en Madrid un caluroso y triste 20 de julio.

La Fundación Antonio Gades, que él diseñó antes de morir, esperó esta fecha para empezar a sacar a la luz los trabajos de Antonio Esteve Ródena, su verdadero nombre, cuyo cadáver, a petición expresa suya y compartida por sus íntimos, descansa en tierra cubana, el puerto de su vida.

El presidente de la fundación, su amigo y colaborador Faustino Núñez, autor de la música de Fuenteovejuna, una de las obras más aclamadas en el extenso repertorio del bailaor, lo presentará el miércoles en la Sociedad General de autores y Editores (SGAE).

Junto a él estará el máximo responsable de la entidad, Eduardo Bautista, para disfrutar, según dijo, el primer fruto de este año de trabajo: el libro Antonio Gades.

La edición, en formato grande y papel de lujo, repasa, a través de imágenes de fotógrafos como Colita, Pepe Lamarca o Antonio Cores, enlazadas con frases del genial bailarín y coreógrafo flamenco, su obra, su arte y su vida, dijo Núñez.

La militancia comunista del autor de Bodas de sangre y El amor brujo, no deja lugar a dudas en sus frases recogidas en el libro, como se constata en una formulada en el lejano 1952: «Yo, a pesar de haberme criado en una dictadura, aprendí desde pequeño, en mi casa, a ser libre».

En otra describe su origen humilde:

«Al comienzo de los años 50 trabajaba en ABC unas cuatro horas. A la salida de la edición, de madrugada, cobraba, me acuerdo perfectamente, treinta y tres coma sesenta y cuatro pesetas a la semana.»

«Y al salir de Serrano 61 cruzaba a la frutería de enfrente para empezar mi segundo trabajo de repartidor. No me hubiera atrevido a ser ingeniero o médico. Había que buscar una salida marginal y entre las más atrayentes estaba el baile. Llegué al baile por hambre».

Cuba (1975). «Donde más he aprendido en organización, en cómo crear un ballet, en cómo llevar a los bailarines, ha sido en Cuba. Alicia Alonso ha contribuido a enseñarme el verdadero sentido de un trabajador de la cultura».

«La profesión de hombre es la más difícil que existe. No se termina de aprender nunca», diría posteriormente.

Y luego su confesión de fe por la cual se puede explicar su último deseo: «Cuba no es una aventura, es el puerto de mi vida». Y una imagen repleta de simbolismo: «La única pena de morir no es no poder bailar, es no poder volver a navegar».

Finalmente, el compromiso cumplido: «Soy una persona que se ha ganado la vida en silencio. Además, soy como el aire. Ni dije cuándo venía, ni voy a decir cuándo me voy».