Es interesante ver cómo la campaña por Ana Belén Montes se ha desarrollado en… Miami. Hace aproximadamente una década, el Doctor Néstor García Iturbe y un grupo de compañeros cubanos, crearon un grupo de simpatizantes de la causa de Ana. Prácticamente nada se sabía sobre ese movimiento, aunque ya Silvio Rodríguez Domínguez y Vicente Feliú […]
Es interesante ver cómo la campaña por Ana Belén Montes se ha desarrollado en… Miami.
Hace aproximadamente una década, el Doctor Néstor García Iturbe y un grupo de compañeros cubanos, crearon un grupo de simpatizantes de la causa de Ana. Prácticamente nada se sabía sobre ese movimiento, aunque ya Silvio Rodríguez Domínguez y Vicente Feliú Miranda habían mostrado solidaridad con ella desde octubre del 2011 [1].
En octubre del año pasado, el que suscribe estas líneas, Douglas Calvo Gaínza, docente en un programa del Seminario Evangélico de Teología de Matanzas, asumió temporalmente, hasta febrero, la coordinación del Comité Pro Trato Más Humano para Ana Belén Montes creado por Néstor.
Desde el mes de marzo, el que suscribe no pertenece a ningún Comité pro Ana, aunque sigue apoyando individualmente su causa. Son otros los que llevan adelante ese asunto, si bien me siento orgulloso de haber jugado un papel transitorio pero activo a favor de alguien que lo arriesgó todo por mi país, al cual amo y al cual me debo.
No es real que en mi pasada participación haya mediado ninguna «maniobra preparatoria estatal» [2]. Tampoco existe ni una sola declaración de ninguna entidad protestante-evangélica en Cuba solidarizándose con Ana. Afirmar que hay una «campaña que utiliza artistas e Iglesias» es un verdadero absurdo, pues:
a) Por una parte no hay una declaración artística conjunta en la Isla por esa señora.
b) Y por la otra las Iglesias de la Isla se han callado respecto a ella, lo cual es su derecho absoluto y su prerrogativa.
Igualmente, no existe ni un solo documento donde el que suscribe se haya manifestado a nombre de ninguna organización eclesial cubana, y en especial, no a título del Seminario de Matanzas. Siempre he tenido gran cuidado de recalcar una y otra vez que mi actuación es estrictamente personal-individual. Lo cual es obviamente mi derecho como ciudadano de la República de Cuba, al igual que el de Silvio Rodríguez o Vicente Feliú o cualquier otro que sienta simpatía por esa compañera presa.
Pretender echar sobre otros (y concretamente, sobre organizaciones) las consecuencias de las acciones de un solo individuo, es obviamente un típico acto de difamación y calumnia. Los difamadores, cuando atañen sólo a mi persona, me resultan indiferentes. No cuando pretenden inculpar a otros por mis acciones.
Protesto enérgicamente contra el intento de implicar al Seminario de Matanzas o a cualquier otra institución religiosa cubana, en una campaña dentro de la cual ellos no han tomado ninguna posición, ni asumido ninguna responsabilidad. Apréndase a diferenciar entre individuo e institución, máxime cuando la persona siempre e invariablemente (como lo he hecho una y otra vez) se expresa en su propio nombre y no en el de otros.
Por último, deseo resaltar algo: los verdaderos «campañistas» son los periodistas de Miami.
Apenas salió en un blog cubano (cubainformacion.tv) la noticia de la formación del Comité [3] se armó una algazara tremenda. Los medios miamenses le dieron una publicidad insospechada e inesperada, a lo que era entonces la acción de 60 personas escribiéndose correos, y a una publicación aislada en un sitio web que no es leído masivamente en la Isla. El resultado de esa algarabía: en cuatro meses el movimiento creció de varias decenas a unos dos mil. ¿Por obra del Estado, o las Iglesias cubanas? No. Gracias al «Nuevo Herald» y otros eficaces ayudantes.
Ahora bien, luego en Miami han seguido publicitando, especulando… y resulta que por una canción dedicada por Silvio a Ana en España (la cual hubiera quedado en el anonimato, como un cántico más), han venido luego incluso declaraciones de Congresistas, extravagantes artículos aquí y allá, protestas, cartas, etc. En resumen: bulla, promoción, y publicidad.
Y ello, de una iniciativa que jamás ha salido en Granma, Juventud Rebelde, declaración alguna del MINREX, etc. Ni en periódico eclesial cubano alguno de ningún Centro como el Martin Luther King Jr. o cualesquiera por el estilo. Sólo en acciones aisladas, como la de René González alzando el retrato de Oscar López en Pico Duarte de Santo Domingo, mientras a su lado Félix Manuel Adorno elevaba el de Ana Belén Montes (un acto del cual el Estado Cubano, supuesto «culpable» de tales actos, no ha hecho publicidad alguna). Nada se ha dicho de ella en ninguna de las reuniones políticas nacionales, en ningún programa de TV, en ninguna emisora de radio. No se le ha dedicado un culto. No hay retratos de ella en ninguna Iglesia. La supuesta «participación gubernamental-eclesial» en estos hechos, no es que sea fantasmagórica, sino que es una entelequia. Casi que «impulsada» desde Miami con su gritería.
¿Qué tenemos ahora, gracias a esa algarabía de los medios de derecha miamense? Pues que aquello que durante una década fue cosa de medio centenar de personas, se multiplica cada vez más. Al presente, tan solo la red cubana «Cinco Héroes» transmite informaciones sobre Ana a unos 8000 miembros de 93 países, sin contar con la proliferación de sitios de Facebook aquí y allá, o de publicaciones al respecto en el órgano digital de izquierda más leído en lengua española («Rebelión«). La bulla derechista repercute e incrementa el fenómeno, en un círculo vicioso.
Así que si crece esa solidaridad, no «culpen» a Iglesias cubanas por lo que haga o diga Douglas Calvo (actualmente, reitero, ni siquiera parte del Comité), ni al Estado Cubano por lo que cante Silvio Rodríguez o Vicente Feliú. Cúlpese al sensacionalismo periodístico cubano-americano, capaz de transformar una semillita de mostaza en una creciente sequoia.
Notas:
[1] Segunda cita: Declaración de Ana Belén Montes en la corte Federal
[2] Como afirma el anti-independentista Diario de La Marina: «La ofensiva viene preparándose desde el año pasado cuando Douglas Calvo, profesor del Seminario Evangélico de Teología de Matanzas, creó un ‘Comité cubano’ por su liberación.»http://
[3] Incorrecta, por demás, pues ya existía años ha.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.