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Como homenaje a Bernardo Vidal, uno de los mejores

«Los Capitanes» que no pudieron serlo

Fuentes: Rebelión

El Foro Milicia y Democracia, formado fundamentalmente por militares (oficiales y suboficiales) que pertenecieron a la Unión Militar Democrática, o que simpatizaron o «se aproximaron» a ellaii; y por algunos civiles que prestaron apoyo a aquél movimiento de militares antifranquistas durante los durísimos años anteriores a la muerte del dictador y genocida Francisco Franco, y […]


El Foro Milicia y Democracia, formado fundamentalmente por militares (oficiales y suboficiales) que pertenecieron a la Unión Militar Democrática, o que simpatizaron o «se aproximaron» a ellaii; y por algunos civiles que prestaron apoyo a aquél movimiento de militares antifranquistas durante los durísimos años anteriores a la muerte del dictador y genocida Francisco Franco, y los posteriores también muy duros, de la primera fase de la Transición; ha fundado un premio que tiene un carácter extraordinario: «Premio Bernardo Vidal a los valores constitucionales y las Fuerzas Armadas«.

Lo extraordinario, a mi juicio, reside más que en el hecho mismo de que el Foro Milicia y Democracia instaure un premio de este tipo -que implica un propósito de permanencia activa del propio Foro, muy importante dada la procedencia del mismo y el momento histórico en el que vivimos-; sino en el nombre elegido para el premio que puede constituir en sí mismo una importante declaración de intenciones.

No me refiero, desde luego, a la parte genérica: Premio a los valores constitucionales y las Fuerzas Armadas, que en los tiempos que corren puede interpretarse de muchas formas diferentes e incluso antagónicas. Parece evidente que tendrá corta vida si sus administradores concretan esos «valores» en los que simboliza la ya inservible y «desechable» Constitución de 1978iii.

El entusiasmo que he sentido al enterarme de la creación de este premio tiene que ver con la parte más concreta, la que lo personaliza con el nombre de uno de esos «capitanes que no pudieron serlo«: Bernardo Vidal, excelente compañero y amigo, precursor y miembro fundador de la UMD, capitán rebelde identificado plenamente con el pueblo. Es precisamente esa identificación popular la que permite que su nombre nos dé nombre a todos.

Bernardo caracterizaba, en el momento de su trágica y muy temprana muerte, lo mejor del «espíritu de la UMD», lo mejor del impulso del que nació, y lo esencial de una organización que «en esa otra historia que no pudo ser» hubiese cubierto sus objetivos: la neutralización del ejército franquista y fascista; la eliminación revolucionaria de sus estructuras de poder y de sus estructuras represivas para abrir el camino al ejercicio de un poder constituyente desde abajo, desde la soberanía popular, desde el pueblo que había mantenido su resistencia durante los cuarenta años de la dictadura a costa de un inmenso sufrimiento.

Bernardo Vidal era uno de los militares de la UMD no solo de origen humilde -muchos otros compartían esa característica-; sino de origen obrero, lo cual no era, ciertamente, muy frecuente. No pertenecía a la casta militar franquista, tampoco estaba relacionado con la tradición militar menos comprometida con la dictadura: su familia no tenía relación alguna con las FF.AA.

Bernardo era un obrero, hijo de obrero, al que determinadas circunstancias, muy particulares, llevaron a la carrera de las armasiv.

Así pues, Bernardo no sólo tenía «conciencia social» si no que tenía conciencia de clase. «Conciencia de clase» en sentido marxista. Ésa era su característica peculiar; el punto de partida personal de un militar, progresivamente ilustrado, que aprendía estudiando y compartiendo. La conciencia y la solidaridad de clase fueron la «marca de fábrica» que alimentaba su peculiar fortaleza, la búsqueda de sus raíces y del sentido de la profesión militar; y la rebeldía indomable con la que se convirtió en creador aislado primero, y en parte disciplinada después, del incipiente movimiento militar antifranquista.

Las cualidades y condiciones personales desde las que vivía Bernardo su rebeldía antifranquista y su vocación popular, fueron formándose y fortaleciéndose con el tiempo y en la lucha que él no abandonó nunca. Destacarlas ahora me parece más que un homenaje tardío a una persona y un militar -absolutamente excepcional-; una necesaria y muy pertinente puesta en escena de las mismas ante las nuevas incertidumbres y el nuevo despotismo en el que vive nuestro país.

Como a mediados de la década de los 70 del pasado siglo, aunque de distinta manera, los trabajadores, las clases populares, los jóvenes, las mujeres, los trabajadores del sector público -la inmensa mayoría de la población incluyendo a los asalariados de todas clases, los trabajadores autónomos, la descomunal masa de parados y de precarizados-; vuelve a sentirse expoliada, humillada y aterrorizada. Marginada, sin sitio, sin derechos, sin futuro y sin país.

La crisis se ha convertido en un libro abierto; en un espejo que muestra el descaro, la codicia y la inmisericordia sin límites con los que una oligarquía corrupta -económica, política y social-, se enriquece mientras condena a la mayoría a la escasez o a la la miseria.

Aquí y ahora, ante un proceso de crisis económica, de depresión profunda que va reduciendo inexorablemente a la pobreza, la marginación, la incertidumbre y al miedo a las grandes mayorías -marginadas y desplazadas desde hace tiempo de todos los procesos de decisión política y económica-; ante una dinámica inexorable que ha vaciado de cualquier residuo de contenido democrático a todos y cada uno de los poderes del estado; ante un proceso evidente de protesta y rebelión populares en crecimiento, los valores de Bernardo Vidal vuelven a tener una enorme relevancia.

Remitiendo al lector a la breve semblanza que he incluido al final de este texto mucho más iluminadora que este artículo, destacaría los siguientes:

1º.- La clara distinción entre legalidad y legitimidad. La dictadura de Franco tenía un «cuerpo legal» completo, incluidas las normas constitucionales. Sin embargo su ilegitimidad era absoluta tal como entendían las organizaciones populares y también los militares de la UMD.

En los tiempos que vivimos la ilegitimidad del sistema de la Transición -empezando por la propia Monarquía-, es ya clamorosa. No hay posibilidad de reforma en un Régimen político absolutamente impregnado de corrupción, en el que todo el sistema institucional juega al servicio de una oligarquía que detenta todos los poderes del estado: legislativo, ejecutivo, judicial y mediático. La llamada al pueblo como soberano en un proceso constituyente es, pues, un imperativo democrático. La llegada de la III República es más que una premonición ilusionada, un clamor creciente y la consecuencia de una movilización vertiginosa. Un hecho inevitable.

La relación especial de poder que vincula al Rey con las FF.AA -impuesta por los llamados «poderes fácticos» a los constituyentes de 1978; o, más bien, «consentida» por la «izquierda que se derrotó a sí misma», como elemento fundamental de los pactos de la Transición-; es una de las claves de bóveda del Régimen que se derrumba por su profunda corrupción, convertida en la propia esencia del sistema, y por su incapacidad para dar forma a un estado realmente democrático.

Las FF.AA no pueden convertir su obediencia constitucional al Rey -reforzada por historias falsas sobre su actuación durante momentos trágicos como el del 23F e inadmisible en cualquier estado realmente democrático-; en un instrumento jurídico que justifique la defensa de una monarquía que ha dado suficientes ejemplos públicos de corrupción, inmoralidad e incompetencia.

2º.- Su capacidad de entrega y su valentía en la defensa de la legitimidad popular.

3º.- Su compromiso con el pueblo, por encima de todo.

4º.- Su esfuerzo para apurar la legalidad hasta el extremo sin ceder, sin embargo, ni un ápice en la defensa de la legitimidad popular y en la lucha empecinada por la democracia y la libertad. Bernardo deseaba, como toda la UMD, una transición pacífica desde una dictadura en fase terminal, a la que solo sostenían los poderes económicos que se habían servido de ella y las FF.AA, a una democracia popular y avanzada.

Capaz de realizar actos de rebeldía realmente heroicos, Bernardo Vidal buscaba el cambio pacífico pero no lo esperaba con los brazos cruzados, ni aceptaba componendas. Él fue, sin duda, uno de los primeros rebeldes dentro de la FF.AA franquistas, y uno de los activistas militares contra la dictadura, más comprometidos y más vehementes.

5.- Su lucha enconada contra la corrupción. Como señala su esposa y compañera Ángela en la semblanza: «Si algo obsesionaba a Bernardo Vidal era la UTILIZACION de los soldados en tareas domésticas en las casas de los oficiales. En este destino tuvo graves problemas con sus jefes por ser empleada la tropa para construir segundas viviendas, pintar coches y arreglar vehículos particulares en el cuartel. Tuvo enfrentamientos en las Juntas Económicas».

6º.- Su concepto no elitista de las FF.AA que vinculaba directamente a su imprescindible carácter popular como FF.AA «del pueblo y al servicio del pueblo». De hecho Bernardo, antes de «encontrarse» con la UMD elabora y distribuye en los cuarteles un boletín dirigido a los oficiales y suboficiales. Más tarde, ya en tareas do organización y reclutamiento forma una célula en Baleares formada por militares profesionales de ambas categorías. La insistencia de Bernardo en esta integración es continua durante todo el proceso de militancia en la UMD.

7º.- Su profundo desprecio por el colonialismo y su apoyo a la independencia de los pueblos del entonces llamado Tercer Mundo.

La relación de Bernardo Vidal con el pueblo saharaui y con el Fpolisario, en defensa de su derecho a la independencia y en apoyo a sus luchas contra la invasión y ocupación del territorio por Marruecos, empiezan con su vida militar y terminan con su muerte.

Como en tantas otras cosas su ejemplo puede servir de inspiración para la resistencia a la implicación del estado y de las FF.AA españolas en todas las aventuras imperiales de los EEUU y de sus aliados europeos, y en la nueva recolonización de la «periferia capitalista» -con la reaparición de los antiguos «protectorados»-, a la que conduce el proceso de globalización neoliberal. La apropiación vía militar de los recursos estratégicos del Tercer Mundo (energéticos, minerales, agua, biodiversidad), y la distribución de las «cargas militares y económicas» que suponen las nuevas guerras coloniales, debe dejar paso a una política de solidaridad activa, de colaboración y de apoyo entre los pueblos.

 

Anexo:

Semblanza de BERNARDO VIDAL GARCIAS

Realizada por Ángela Thomas

Bernardo nació en Llucmajor (Mallorca) el 30 de Noviembre de 1934, hijo de Juan y Catalina y hermano de Coloma y Francisca. Su padre Juan Vidal «Misser» era albañil y su madre ama de casa.

Estudió el Bachiller superior en el Colegio de los Franciscanos «San Buenaventura»

A los 14 años quiso dejar de estudiar y de hecho su padre lo mandó a trabajar a una fábrica de zapatos de la localidad como chico de los recados. El Padre Caldentey, Superior del Colegio, al ver que había desertado de los estudios fue a hablar con el padre para decirle que el niño tenía que volver al colegio y que si no podían pagar la cuota le becarían, pero era imprescindible que continuara ya que era un chico muy inteligente que no podía dejar de estudiar.

La madre tenía dos hermanos solteros, que tenían un almacén de grano y abonos además de una tienda de ultramarinos heredada de los padres. Eran grandes lectores de literatura universal y le pasaban los libros que comentaban con él.

Terminó el Examen de Estado a los 17 años. Su padre había averiguado que si se presentaba como soldado voluntario para hacer el Servicio Militar obligatorio, el Ejército le pagaría el equipo para estudiar en la Academia General Militar. Se presentó voluntario en Artillería y empezó a preparar el ingreso en la Academia General Militar.

Ingresó a los 19 años en la XIV Promoción, en la que también ingresó Don Juan Carlos de Borbón, años antes de ser designado por Franco Príncipe de Asturias. Dadas las calificaciones obtenidas optó por el Arma de Ingenieros, ingresó en la Academia de Burgos, y salió Teniente dos años después, en diciembre de 1959. Fué el único pariente de toda su familia extensa que estudió y terminó una carrera superior.

Pidió su primer destino al Sáhara Occidental, siendo enviado a la Agrupación de Tropas Nómadas de Smara.

Este destino lo marcó para toda su vida. El Capitán Manuel Alvarez de Lara, fué su verdadero maestro en su comportamiento en el Ejército. Los únicos europeos en la Agrupación eran dos tenientes y el capitán, la tropa era toda saharaui. Bernardo aprendió a hablar hassanía, a rezar con ellos los domingos, a comer su comida, a jugar a sus juegos tradicionales, a vivir en el desierto… los saharauis le llamaban «Bu Ras», (el de la cabeza grande). Por otra parte el Capitán le introducía en lecturas de militares ilustres, de filosofía de la guerra, de análisis del colonialismo etc.

Bernardo contaba muchas anécdotas de su vida en el desierto, pero sobre todo de la idiosincrasia del pueblo saharaui, de su hospitalidad, de su valentía, de su generosidad, entrega y de su lealtad a sus jefes.

Volvió a Madrid en Marzo 1962, siendo destinado al Regimiento de Movilización y Prácticas de Ferrocarriles, en la 7ªUnidad del III Batallón ubicada en la Estación Delicias de RENFE.

En mayo de 1962 conoció a la que sería su esposa un año después, MªAngela Thomas

En Julio de 1964 pidió destino al Batallón de Ingenieros de Palma de Mallorca.

Si algo obsesionaba a Bernardo Vidal era la UTILIZACION de los soldados en tareas domésticas en las casas de los oficiales. En este destino tuvo graves problemas con sus jefes por ser empleada la tropa para construir segundas viviendas, pintar coches y arreglar vehículos particulares en el cuartel. Tuvo enfrentamientos en las Juntas Económicas.

Bernardo contactó con los Cursillos de Cristiandad, en donde profundizó en su cristianismo pero por divergencias con esta organización como consecuencia del Concilio Vaticano II al no plantearse ningún compromiso con la sociedad y con los pobres, pasó a formar parte de grupos cristianos de Comunidades de Base.

A partir de sus inquietudes en el plano social comenzó a participar junto a sus amigos cristianos en Seminarios de Sociología y de marxismo (clandestinos) en casas particulares.

El verano de 1965 fue destinado al campamento de IPS de Los Castillejos (Tarragona), siendo su capitán Julio Busquets Bragulat, con el que inició una profunda amistad y en quien encontró un interlocutor sobre sus inquietudes ideológicas y políticas y que hacer para modernizar profesionalmente al Ejército y sobretodo introducir ideas democráticas entre sus compañeros.

A partir de aquel verano Bernardo intentó por todos los medios, en entrevistas en Barcelona y en distintos aeropuertos por donde pasaba Julio Busquets, convencerle de que era posible contactar con distintos Jefes y Oficiales que sentían la misma inquietud.

En la familia Thomas (la de su esposa) tenía grandes discusiones (con su suegro, Magistrado de la Audiencia de Palma, excombatiente y hombre profundamente cristiano y honesto; también con sus cuñados y cuñadas universitarios antifranquistas) sobre la democracia, el socialismo, el papel de las fuerzas armadas en un estado democrático etc. Todo ello le ayudaba a leer y formarse y fortalecer sus convicciones de que era inevitable una transición democrática pacífica siempre que el Ejército jugara el papel que le correspondiera.

Por otra parte, Bernardo seguía insistiendo a Julio Busquets en la necesaria organización de una formación de principios democráticos entre los militares.

Al no tener respuesta a sus inquietudes, decidió participar en la elaboración del clandestino «Boletín Informativo para Oficiales y Suboficiales» con artículos sobre la importancia de la formación en los valores democráticos de los mandos y de los soldados, para un mejor servicio a los ciudadanos (propuesta que le hizo su cuñado Miguel Bilbatua) y que se repartía en todos los cuarteles.

En las reuniones y comidas que organizaba la XIV promoción una vez al año, Bernardo no escatimaba esfuerzos para hablar con D.Juan Carlos sobre el futuro de España y el papel del Ejército.

En 1971 decidió preparar el ingreso en la Escuela de Estado Mayor ya que consideraba que siendo diplomado tendría más posibilidades de influir en el futuro del Ejército para hacerlo avanzar hacia la democracia.

En Junio de 1972 ingresó en la Escuela de Estado Mayor en la 42 Promoción, la familia se trasladó a Madrid en Septiembre de aquel mismo año.

En Madrid vivía una hermana de MªAngela, Socorro casada con Miguel Bilbatua, que era militante del Partido Comunista de España en la clandestinidad, así como otro hermano de su esposa , Antonio Mª Thomas, miembro también de esta organización.

Asimismo vivían en la capital Bernardo Vadell (piloto de Iberia y exoficial del Ejército del Aire) y su esposa Carmen Nadal, ambos mallorquines e íntimos amigos del período de los Cursillos de Cristiandad.

Las dos hermanas montaron una tienda de Cerámica Popular «Alfaijar» en la calle Ortega y Gasset del Barrio de Salamanca.

Bernardo superó con magníficas notas su primer curso de la Escuela de Estado Mayor y emprendió el segundo curso siendo felicitado públicamente en distintas exposiciones de Trabajos de Táctica. Sin embargo el 15 de Junio de aquel año una vez terminado el curso, realizada la orla de los diplomados, una semana antes de la fiesta de graduación fue expulsado de la Escuela (comunicándole no había superado la asignatura de Táctica), Al intentar que se le dieran explicaciones el Jefe de Estudios, el Profesor de la asignatura y hasta el Director de la Escuela no le recibieron.

El 25 de Abril y la Revolución de los Claveles de Portugal, fue una gran esperanza para Bernardo afianzándole en su idea de que un Ejército democrático era posible

A primeros de septiembre de 1974 se presentaron en su casa Luis Otero Fernandez y Jesus Martin Consuegra con una tarjeta de Julio Busquets y le expusieron la necesidad de crear una organización clandestina que para aunar esfuerzos dentro de las Fuerzas Armadas para que el ejército fuera neutral y facilitara la transición del régimen que se avecinaba, hacía la democracia. Bernardo acogió la idea con gran entusiasmo y fue uno de los redactores junto a otros del «Ideario» de la UMD. Bernardo dejó de colaborar con el «Boletín», al encontrar un cauce dentro del Ejército para defender los valores democráticos.

El 23 de Septiembre de 1974 nos enteramos por los medios de comunicación del terrible atentado de la Cafetería Rolando en la Calle Correo de Madrid y de la detención entre otros de Bernardo Vadell y Carmen Nadal, como colaboradores de ETA en Madrid. El mismo día a las 23 horas vino la Brigada Político Social a hacer un registro en la casa y a detener a Bernardo quien se negó a acompañarles aduciendo el Código Justicia Militar y que sólo se iría de casa si le detenía un militar más antiguo que él o de mayor graduación. Después de horas de espera fue detenido por un Comandante y llevado al Gobierno Militar. Desde allí el Juez Militar lo ingresó ilegalmente en la Prisión de Carabanchel y lo desposeyeron de su uniforme militar. La misma noche fue detenido Miguel Bilbatua que si fue llevado a la Dirección General de Seguridad.

En los interrogatorios del juez militar jamás le preguntaron otra cosa: » sino qué sabía de una organización militar clandestina » a lo que Bernardo siempre contestó que nada sabía, y después de haber pasado dos días en la Prisión de Carabanchel y cuatro en el Cuartel de Infanteria Saboya de Leganés, fue dejado en libertad sin cargos, gracias a la intervención de dos compañeros : Jose Altozano Foradada y Rafael Adrover Forteza Rey, que fueron a levantar un Acta de detención ilegal por haber sobrepasado el plazo de detención.

Como consecuencia de dicha actuación fue arrestado Jose Altozano «por haberse excedido en la virtud del compañerismo»

A Miguel Bilbatua le detuvieron durante un mes en la Cárcel de Carabanchel.

Al salir de la cárcel sin cargos, se presentó en su cuartel Regimiento Mixto de Ingenieros en Campamento (Madrid) no dejándole pasar la guardia. Así estuvo dos meses «suspendido de empleo» pero no de sueldo. El General Milans del Bosch le concedió una entrevista, después de dos meses advirtiéndole que «había perdido la confianza del mando» y sería destinado fuera de Madrid. Durante todo este período no dejó de tener reuniones clandestinas de la UMD en donde defendió con gran vigor que era fundamental que en la Organización estuvieran también los suboficiales y no solo jefes y oficiales.

En Octubre 1974 fue destinado al Regimiento Mixto de Ingenieros nº IX en el Aaiun , Sahára Occidental.

Es importante destacar el papel del Coronel del Regimiento, Aramburu Topete que se negó a recibir un «castigado» y sólo lo aceptó cuando desde el Ministerio le aseguraron que enviaban un magnífico oficial. Organizó una Comisión de Recibimiento en el Aeropuerto con todos los honores.

Bernardo se reencontró con sus antiguos soldados saharauis, algunos de ellos habían pasado por la cárcel de Tenerife, torturados, por considerarlos miembros del Frente Polisario (entre ellos Selama Uld Mami, con una petición fiscal de 8 años de cárcel).

Bernardo aprovechó su estancia para convencer a tenientes y capitanes de la necesidad de entrar en la UMD, y contactar con miembros del Fpolisario pasándoles clandestinamente información y mapas del territorio.

En Agosto de 1975 fueron detenidos en Madrid y Galicia 9 miembros de la UMD.

En Octubre de 1975 el entonces Jefe de Estado en funciones D. Juan Carlos de Borbón visitó el Aaiún y tuvo una larga entrevista con Bernardo. Este le expuso la situación real del territorio y la necesidad de acatar las Resoluciones de la ONU en lo referente al Sáhara Occidental convocando un Referéndum de Autodeterminación.

Su Majestad le dijo que «su causa no sería olvidada» y que se defendería a la población saharaui de la amenaza de la invasión marroquí.

Bernardo regresó a Mallorca el 18 de Noviembre y después de unos meses de permiso fue destinado a la Escuela de Aplicación de Ingenieros en Madrid. Franco murió el 20 de Noviembre de 1975.

Bernardo aprovechó su estancia en Mallorca para contactar con Jefes y Oficiales y Suboficiales para hablarles de la UMD, creándose una célula de la organización.

En Madrid continuaron las reuniones y Asambleas al estar descabezada la UMD con nueve de sus miembros en las cárceles de España.

Acompañó en muchas ocasiones a las entrevistas que la esposa del Comandante Otero, Carmen Macías, tenía con los medios de comunicación tanto nacionales como extranjeros.

Al mismo tiempo se puso en contacto con miembros del Fpolisario clandestinos a los que ayudó en lo que pudo con mapas del territorio, manuales antiminas, manuales de táctica, para poder defenderse de la invasión marroquí que se había producido con la Marcha Verde. Todo ello por supuesto clandestinamente.

Siguió captando nuevos miembros de la UMD a pesar de la vigilancia a la que era continuamente sometido.

En distintas ocasiones dentro de la organización se corrió la voz de que Bernardo era «comunista» o «filocomunista». Bernardo siempre defendió que el Ejército tenía que ser apolítico y que si alguien tenía la tentación (legítima) de pertenecer a un partido debía salir de la UMD. Todo ello le acarreó gran sufrimiento ya que nunca perteneció a ningún partido ni antes ni después de la UMD.

Con la Ley de Amnistía del 15 de octubre de 1977 salieron los nueve presos de las cárceles aunque no se les rehabilitó ni devolvió a sus destinos sino que se mantuvo la pena de expulsión de la carrera.

Se reunieron las Cortes Constituyentes que tenían que redactar la nueva Constitución. En las reuniones y Asambleas de la UMD Bernardo inició el debate de que si se aprobaba una Constitución votada por todos los españoles la UMD debía de autodisolverse. La realidad del país seguía siendo convulsa, con atentados de ETA, movimientos golpistas entre los militares ultras y muchos pensaban que la UMD debía continuar hasta que se normalizara la situación. Bernardo encabezaba la teoría de que una vez aprobada la Constitución las Fuerzas Armadas debían cumplir con su deber y trabajar según el mandato que la Carta Magna les asignara.

El 6 de Diciembre de 1978 se aprobó la Constitución y fué Ratificada por su Majestad el Rey

A finales de Diciembre de 1979, primer aniversario de la Constitución, los miembros de la UMD organizaron una cena de celebración de la Carta Magna, a la que se invitó a militares y civiles, (fue el primer acto de aniversario y que se mantuvo año tras año hasta que en 1983 se declaro fiesta nacional por Real Decreto 2964/1983).

En los brindis Bernardo levantó su copa y dijo:

¡¡LA UMD HA MUERTO VIVA LA CONSTITUCION!!

Bernardo murió el 11 de Enero de 1981 en un accidente de tráfico en una calle de Madrid v

Notas:

El título del artículo hace referencia a los Capitanes de Abril, nombre genérico con el que se designaba al grupo de militares portugueses del Movimiento de las Fuerzas Armadas -MFA-; que llevaron a cabo la Revolución de los Claveles contra el Régimen fascista de Portugal, el 25 de abril de 1974. La rebelión de un grupo de militares jóvenes desembocó en una revuelta popular que derrocó a Marcelo Caetano, sucesor de Oliveira Salazar, creador del Estado Novo uno de los fascismos más viejos de Europa.

La Unión Militar Democrática -UMD- tuvo en el MFA una de sus principales inspiraciones. A esa similitud de origen y planteamientos alude el título de este artículo. También al vuelo mucho más corto de la UMD. El pacto entre los herederos del franquismo y las fuerzas democráticas tuvo en la liquidación de la UMD, uno de sus objetivos fundamentales. Eso condicionó su desarrollo y convirtió a las FF.AA españolas del franquismo en «limitadoras» de la Transición, y en determinantes de la continuidad del régimen anterior en todas las instituciones de poder del estado y del poder económico.

La «pequeña historia» de «los Capitanes que no pudieron serlo» es uno de los capítulos fundamentales de «la gran historia», que nos está revelando ahora las enormes limitaciones del estado democrático en construcción allá por 1978; que inicio su andadura, lastrado, cojo y ocupado por sus enemigos.

ii Los que en el nuevo lenguaje represivo de la derecha heredera del franquismo y de la «izquierda que se declaró vencida» se llamarían ahora «entorno«.

iii En efecto, tal norma jurídica ha perdido la legitimidad de origen -si algún día la tuvo-; y aparece ya, claramente, como el campo de batalla de la corrupción institucional, del capitalismo salvaje, y de la pugna nada democrática entre «poderes constituidos» que carecen del menor atisbo de representación y de participación populares.

iv Ver en Anexo añadido: Semblanza de Bernardo Vidal

v Nota de A.M: Bernardo Vidal murió mes y medio antes del golpe militar del 23F.