Sequías y otras catástrofes climáticas acentúan la pobreza y el déficit alimentario en la población más vulnerable de América Latina y el Caribe, región que podría requerir mayor cooperación internacional este año por ese motivo. «Cuando hay un desastre natural en países donde la situación nutricional de los niños es difícil, las consecuencias son dramáticas», […]
Sequías y otras catástrofes climáticas acentúan la pobreza y el déficit alimentario en la población más vulnerable de América Latina y el Caribe, región que podría requerir mayor cooperación internacional este año por ese motivo.
«Cuando hay un desastre natural en países donde la situación nutricional de los niños es difícil, las consecuencias son dramáticas», señaló Myrta Kaulard, representante en Cuba del Programa Mundial de Alimentos (PMA), una agencia especializada de la ONU.
Kaulard dijo que el PMA, principal fuente de ayuda multilateral en el campo de la asistencia alimentaria, sigue con preocupación la sequía que el año pasado impactó con particular fuerza a Cuba y otros países de la cuenca del Caribe.
«Sabemos que los huracanes no fueron suficientes para solucionar el déficit de agua. También estamos preparándonos para la temporada de huracanes de 2006», señaló.
La funcionaria mencionó a Bolivia, Guatemala y Haití entre los países con peor situación en materia de desnutrición infantil, por causas que van desde mala distribución de los ingresos y desastres climáticos hasta conflictos internos, como en el caso haitiano.
En los últimos días, buena parte del territorio boliviano sufre las consecuencias de intensas y persistentes lluvias que desbordaron ríos y causaron inundaciones, con graves pérdidas en vidas humanas y materiales.
Varios miles de damnificados vieron desaparecer sus viviendas, rebaños y cosechas bajo las aguas.
Bolivia figura entre las naciones más empobrecidas de América Latina. Ochenta y tres por ciento de sus 8,3 millones de habitantes no pueden satisfacer sus necesidades básicas, y la mortalidad infantil es de 75 por cada 1.000 nacidos vivos.
Se calcula que 91 por ciento de la población rural vive en condiciones de pobreza.
El PMA estima que la desnutrición crónica en las áreas rurales más pobres de Bolivia asciende a 50 por ciento. La organización ha alertado que niños y niñas desnutridos son más propensos a la diarrea y otras enfermedades infecciosas.
Además, están incapacitados para desarrollarse mental o físicamente en un momento crucial del crecimiento, añaden documentos de esa agencia de la ONU (Organización de las Naciones Unidas).
El PMA concentra sus programas de ayuda en la región en sectores que padecen hambre a causa de desastres naturales, cambios económicos negativos, pobreza e inseguridad alimentaria.
«En el marco de las Metas del Milenio, nuestro objetivo principal es erradicar la desnutrición infantil antes de 2015», dijo Kaulard.
La ayuda incluye programas de alimentación preescolar y escolar y asistencia a mujeres embarazadas y en periodo de lactancia, a niños en riesgo de hasta dos años de edad y a grupos vulnerables como los desnutridos, ancianos y discapacitados.
En septiembre de 2000, jefes de Estado y de gobierno de 189 países suscribieron los Objetivos de la ONU para el Desarrollo del Milenio, un compromiso para impulsar el desarrollo, erradicar la pobreza, promover la dignidad humana y la igualdad, así como alcanzar la paz y la sustentabilidad ambiental.
Los ocho objetivos y 18 metas implican, entre otros compromisos, disminuir para 2015 a la mitad respecto de 1990 la población que vive con menos de un dólar diario y la proporción de personas que sufren hambre en el mundo.
En una reunión esta semana con un grupo de periodistas, Kaulard señaló que el PMA trata de crear una red internacional, con participación de todos los países que así lo deseen, para compartir experiencias en políticas de alimentación.
«En 2004 y 2005 se organizaron algunas conferencias con jefes de Estado de la región que confirmaron el apoyo a esta iniciativa y su voluntad de trabajar por la erradicación de la desnutrición en sus países, y pidieron al PMA que sea la agencia de ONU que facilite el logro de este objetivo», indicó.
La experta aseguró que Cuba, con un sistema más «equitativo» de distribución de los recursos, es el único país de América Latina y el Caribe que prácticamente ha eliminado la desnutrición infantil severa y mantiene un índice de subnutrición de sólo dos por ciento en menores de cinco años.
El PMA colabora con Cuba desde 1963, cuando prestó asistencia a los damnificados del huracán Flora. Desde entonces, ejecutó en este país cinco proyectos de desarrollo y 14 operaciones de emergencia ante desastres por huracanes o sequía a un costo total superior a los 234 millones de dólares.
A su vez, esta nación caribeña entrega al PMA desde 1996 una donación anual promedio de 2.500 toneladas de azúcar crudo, que la agencia destina a sus proyectos en Africa, Asia y América Latina.