[El 28 de enero Consejo Político de la CUP y el Grupo de Acción Parlamentaria (GAP) han decidido apoyar los presupuestos presentados por el gobierno de Junts pel Sí. No ha sido una decisión fácil; se ha tomado por 39 votos a favor, 22 en contra y 2 abstenciones. El presidente Puigdemont ha repetido muchas […]
[El 28 de enero Consejo Político de la CUP y el Grupo de Acción Parlamentaria (GAP) han decidido apoyar los presupuestos presentados por el gobierno de Junts pel Sí. No ha sido una decisión fácil; se ha tomado por 39 votos a favor, 22 en contra y 2 abstenciones.
El presidente Puigdemont ha repetido muchas veces que si no se aprobaban los presupuestos convocaría elecciones y no se celebraría el referéndum prometido para 2017. Le han apoyado algunas personas que hasta el momento habían desempeñado un papel de puente hacia la CUP, como Lluís Llach, que ha declarado: «Si no se aprueban los presupuestos, me voy». Si no hubiera referéndum y se convocaran elecciones las consecuencias para el movimiento independentista serían gravísimas: sería interpretado como una derrota fruto de las divisiones internas, difícilmente se repetiría la actual mayoría absoluta en el Parlament, el referéndum sí o sí daría paso a reclamarlo sólo en el caso que fuera pactado con el Estado, y la ruptura con el régimen del 78 dejaría de ser una posibilidad actual.
Los esfuerzos para mejorar los presupuestos de la CUP y de algunos movimientos sociales, particularmente del sector de la educación y de los defensores de una renta garantizada de ciudadanía han dado unos resultados muy limitados. Junts pel Sí argumenta que no se puede ir más lejos, que los presupuestos son una caja cerrada en la que no se puede introducir más dinero; que lo único que se puede hacer es moverlo desde un departamento a otro. La verdad, tal como se explica en la entrevista, es que Junts pel Sí se pliega al PDECat, que es quien no quiere aportar más dinero; y que tampoco se mueve el dinero de un departamento a otro con criterios más sociales. Es decir, hay un margen de maniobra limitado, pero no inexistente, y no se aprovecha.
La dificultad de decisión de la CUP era cómo dejar clara su oposición política a estos presupuestos, obteniendo alguna mejora puntual, pero sin permitir a Puigdemont abandonar la promesa del referéndum (que sería el deseo de un sector del PDECat y del ala derecha del catalanismo). Finalmente han decidido que solo dos diputados votarán a favor de los presupuestos (para garantizar los 68 votos necesarios para aprobarlos) y que los otros ocho se abstendrán; que se mantendrán las enmiendas para explicitar las discrepancias (pero sin efectos prácticos porque es difícil que Junts pel Sí las acepte); y que retirarán el apoyo al gobierno si no hay referéndum antes de finales de setiembre.
Muchos defensores de aprobar cualquier tipo de presupuesto argumentan que, al fin y al cabo, son los últimos presupuestos autonómicos y que sólo durarán unos meses. Son los que creen que la independencia lo arreglará milagrosamente todo. La entrevista con el profesos Antoni Soy tiene el mérito de no esconder los problemas que tendría una Catalunya independiente, particularmente con el euro y la Unión Europea. Se puede estar de acuerdo con él o no; pero no es conveniente esconder la cabeza bajo el ala y esperar un milagro. A continuación reproducimos la parte final de la entrevista; el texto completo se puede obtener siguiendo el enlace que hay al final. Martí Caussa.]
Hablemos de los presupuestos de la Generalitat. Simplificando mucho, entre las dos partes que negocian nos encontramos con la posición del vicepresidente y consejero de Economía, Oriol Junqueras, para quién son los «mejores posibles» y con la de la CUP, que los ve continuistas y reclama incrementar los impuestos a las rentas altas. ¿Dónde te situarías?
El vicepresidente Junqueras tiene una tendencia bastante acusada a hablar de liberalismo y en una conferencia que hizo en s’Agaró [en el Encuentro de Economía] definió a ERC como los ‘true liberales’. Dicho esto, mi opinión es que son unos presupuestos continuistas, de una tendencia claramente liberal. No hay señales claras y potentes que nos hagan decir que hay un cambio de tendencia respecto a los presupuestos de los últimos años. Al menos, de momento, porque todavía no están aprobados. ¿Por qué? Porque no hay una reversión de los recortes sociales. No se hacen más, pero no se echan atrás los que se hicieron. En Salud, el gasto está por debajo del que había en 2008; en Educación, por debajo del que había en 2009; en servicios sociales, por debajo del de 2010. Se mantienen los conciertos educativos en las escuelas no mixtas. Tampoco hay una reversión de los recortes en el campo económico, en las infraestructuras o en I+D, con los gastos por debajo de los de 2009, o en los sectores productivos. Tampoco se prevén cambios en la gestión de los servicios públicos, a pesar de que, según el GESOP, el 76,8% de los catalanes cree que es mejor la gestión pública y el 79,4% dice que querría recuperar la gestión pública. No hay señales tampoco de una actuación decidida para conseguir la plena ocupación y nadie ha dicho que se quitará la rebaja al impuesto del juego. No hay una apuesta clara por la economía productiva.
Y, si nos centramos en fiscalidad, ¿qué piensas?
No se toca prácticamente nada, y esto es sorprendente cuando, según el CEO, el 76,8% de la población está a favor de que los que tienen más renta y más patrimonio paguen más. Y, en el caso de los votantes de JxSí, lo piensan el 84,7%. ¿Por qué no se hace esto? Tampoco se prevén medidas explícitas y claras contra la evasión fiscal y la corrupción. Y parece que ERC no hace nada. Alguien [Pau Llonch] hizo un tuit llamándola Equidistancia Republicana de Cataluña. ¿Qué quiere decir que ERC sólo apoyará si se ponen de acuerdo el PDECat y la CUP? ¿Que no tiene criterio y política propios? Hace algunos días leía a un articulista, y se lo he leído a muchos otros, que ahora se trata de aprobar los presupuestos y hacer el referéndum. Y después, una vez seamos independientes, revertiremos los recortes y haremos políticas fiscales progresistas. ¡Esto es una gran falacia! Realmente, ¿alguien se cree de verdad que, una vez seamos independientes, si nos mantenemos dentro de la UE y el euro, que es lo que pretenden JxSí, el PSC y al menos una parte de los ‘comunes’, podremos hacer las políticas de reversión de recortes y fiscalidad progresiva que queramos? ¿Alguien se cree que no continuaremos condicionados y mandados por la ‘troika’?
Por lo que dices, interpreto que ves la ERC actual alejada de las posiciones más socialdemócratas que defendía en la época de Carod-Rovira.
La ERC que yo viví estaba por un independentismo no identitario, no nacionalista, y era una ERC de izquierdas, en el sentido socialdemócrata. Ahora bien, hay muchos tipos de socialdemocracias y no es lo mismo la de Rodríguez Zapatero o la francesa que la de los países nórdicos. Hay una, que desde el punto de vista económico, hace las mismas políticas que los conservadores y hay otra que intenta alejarse y hacer políticas más de izquierdas, más igualitarias. Y esto efectivamente ha sido una de las cosas que me distanciaron de ERC.
Alguien puede pensar que las medidas económicas que planteas están muy bien, pero que se tienen que pagar. ¿La Generalitat actual realmente puede hacerlo?
Para clarificarlo tendríamos que ir al análisis pormenorizado de los presupuestos, pero una de las cosas que he propuesto es hacer cambios a nivel impositivo que implicarían un incremento de ingresos. Otra de las cosas posibles es ver dónde se puede recortar, como en determinados conciertos educativos, o en determinadas partidas presupuestarias que son un cajón de sastre y no se sabe muy bien qué hay allí dentro. Si se cumplieran algunas de estas propuestas, el presupuesto mejoraría. Estoy de acuerdo en que no podemos conseguirlo todo de golpe y que hay una limitación de recursos. Como somos un país muy intervenido, que dependemos del FLA, no nos podemos endeudar más. Si fuéramos un país independiente con una moneda propia, quizás nos podríamos endeudar más; si somos independientes pero seguimos en el euro, continuaremos siendo dependientes, pero del Banco Central Europeo (BCE) y de la ‘troika’.
Hace unos cuántos años publicaste el libro ‘¿Salir del euro para salir de la crisis?’ ¿Todavía mantienes que esta opción es la única viable que podría tomar una Cataluña independiente?
Cada vez estoy más convencido. Para alguna gente, incluso para algún premio Nobel, en España ha habido un milagro económico, con un cierto crecimiento y el incremento de la ocupación… Pero la ocupación que se crea es básicamente precaria. ¿Por qué ha sido asi? Porque ha habido una bajada de los salarios de los trabajadores y también una reforma laboral que ha empeorado las condiciones. En definitiva, como no se ha podido devaluar la moneda, se ha tenido que hacer una devaluación interna. Además, España se ha podido aprovechar de elementos externos que le han beneficiado, como la bajada del euro respecto al dólar, que lo ha hecho más competitivo; la bajada durante bastante de tiempo del precio del petróleo; o una política monetaria del Banco Central Europeo expansiva. Y, sobre todo, durante todos estos años la UE le ha dejado tener un déficit público más grande del que teóricamente permiten las reglas europeas, que es del 3%. Y aun así, el PIB real y el PIB ‘per capita’ son inferiores a los del 2007. La destrucción de ocupación ha sido muy importante, no ha sido compensada y la tasa continúa estando en el 19%, prácticamente el doble que la media europea. Y para remediarlo, la propuesta del PP, como la que hizo Rodríguez Zapatero, es reducir más los salarios y cumplir las normas de la ‘troika’ para disminuir el déficit público, cosa que supone volver a entrar en el bucle de más austeridad. Y, para mejorar la productividad, las recetas que nos dan son privatizemos, regularizemos, liberalizemos.
El escenario que dibujas se aleja del cierto triunfalismo del Gobierno de Rajoy.
Con la crisis se han disminuido los gastos en educación y en investigación y desarrollo. ¿Cómo se puede aumentar la productividad haciendo esto? Mientras la moneda catalana sea el euro, es imposible devaluarla. Con el euro, Alemania cada vez tiene un superávit más grande en la balanza por cuenta corriente, mientras que los países del sur tienen un déficit cada vez más grande. Hay un desequilibrio. Alemania podría hacer una política expansiva, aumentar la demanda y con esto ayudar los países del sur, pero dice que no quiere hacerlo. En resumen, se han socializado las pérdidas de los bancos, que han convertido su deuda privada en deuda pública. Han empeorado las condiciones de los trabajadores. Y muchos países del sur están vendiendo sus activos productivos, con Grecia como caso más extremo, con la venta de islas y de puertos.
Entonces, ¿qué opciones ves?
Teniendo en cuenta que es una quimera conseguir una unión política y fiscal, los países periféricos de la UE pueden continuar como hasta ahora, lo que quiere decir austeridad y recortar salarios… Pero ¿esto es sostenible socialmente o nos quejaremos de que vienen los populismos de derechas? La segunda cosa que se podría hacer es que Alemania llevara a cabo una política expansiva e hiciera de locomotora, de forma que bajara su superávit y mejorara la situación de los otros, pero ya ha dicho que no lo quiere hacer. Finalmente, la otra opción que queda es salir del euro, si pudiera ser de una manera pactada y acordada; pero, si no, seguramente llegará un momento en el que un país no tenga más remedio que salir. Y, haciéndolo, recuperar la soberanía monetaria, la soberanía económica y la soberanía política y democrática. Ahora quién toma las decisiones son el BCE y la ‘troika’, que no han sido elegidos por nadie. Saliendo, podrías devaluar la moneda, pero esto no es fácil, porque haría falta durante algún tiempo establecer un control de capitales y renegociar la deuda… pero podrías recuperar soberanía sobre la política fiscal y podrías hacer una política más expansiva. Y también podrías hacer una política industrial, y esto quiere decir nacionalizar sectores estratégicos. Efectivamente, esto es muy difícil de hacer, pero tampoco es fácil mantener la situación actual. Por lo tanto, pienso que es mejor avanzar por aquí.
Hace algún tiempo defendías la salida del euro pero la continuidad en la UE. Es una posición heterodoxa.
Ahora ya no lo defiendo. Creo que una cosa y la otra están interrelacionadas. La UE se ha convertido en un artefacto al servicio del euro y de los intereses alemanes. Un amigo italiano publicó un artículo sobre quién ocupaba los lugares más importantes en las instituciones económicas europeas y todos son ocupados por alemanes. Pienso que otro euro no es posible, y otra UE, tampoco. Y cada día soy más partidario de la soberanía de los países desde el punto de vista político, monetario y económico. Creo que es la única manera de poder sacar adelante una política realmente de izquierdas, partiendo de la defensa de los trabajadores y de las clases medias en cada uno de los países, y a partir de ahí ser internacionalistas.
Antoni Soy es catedrático de economía aplicada en la Universidad de Barcelona; ha sido alcalde de Argentona de 1996 a 2006 y secretario de industria de la Generalitat durante el segundo tripartito (2006-2010).
Traducción: Àngels Varó Peral para VIENTO SUR