Los planes a nivel mundial de Delphi, el primer fabricante de componentes para automóviles de EEUU, supondrán el cierre de su planta de Puerto Real (Cádiz), que tiene 1.600 personas empleadas. Se estima que otros 1.300 trabajadores de empresas auxiliares sufrirán las consecuencias de este cierre.
La compañía, en suspensión de pagos desde el pasado mes de noviembre, comunicó a los representantes sindicales que, tras un exhaustivo análisis de la situación financiera, legal y de negocio, y después de intentar encontrar otras alternativas, se ve obligada a proceder al cierre de la planta.
La multinacional cuenta con 4.800 trabajadores en el Estado español, distribuidos en cinco instalaciones industriales: además de la de Puerto Real, Iruña-Pamplona, Tarazona (Zaragoza), Sant Cugat del Vallès y Sant Vicenc dels Horts (Barcelona).
Movilización obrera
Ante ello, los trabajadores de Delphi en Cádiz han decidido no quedarse de brazos cruzados y el comité de empresa elaboró ayer una serie de turnos con el objetivo de no dejar la fábrica sola en ningún momento, ante el temor de que si la vacían por la noche, la compañía podría prohibirles la entrada. Los primeros trabajadores han pasado la noche allí, según informa Canal Sur. Además del encierro, el comité ha convocado una gran manifestación para el 1 de marzo, a la asistirán los alcaldes de la provincia de Cádiz. Las mujeres de los afectados se manifiestan hoy por la ciudad.
El comité de empresa, presidido por Antonio Pina, ha hecho un llamamiento a todos los partidos políticos para que acudan a esta protesta y «digan no al cierre de Delphi», según la web de la televisión andaluza. Pina ha calificado la decisión de Delphi de «terrorismo industrial» y ha explicado la frustración que embarga a los más de 1.600 trabajadores que ven «cómo su futuro queda truncado».
Antonio Pina también ha pedido ayuda y colaboración de las diferentes administraciones. Por su parte, la Junta de Andalucía ha anunciado que defenderá los 1.600 empleos.
La compañía anunció ayer el cese de actividad tras comprobar, según el escrito que remitió a la plantilla, que la factoría ha incurrido «en pérdidas significativas durante los últimos cinco años de hasta 150 millones, sufre unos altos costes operacionales y no es capaz de atraer nuevas oportunidades de negocio competitivas». La empresa se comprometió el pasado año a mantener la plantilla hasta 2010 a cambio de subvenciones.
La medida afectará a las tres divisiones de la planta de la Bahía de Cádiz: direcciones, suspensiones y rodamientos. Sus productos han sido calificados por la compañía como «no esenciales», por lo que Delphi ha decidido retirar el apoyo financiero que hasta ahora prestaba a la planta para amortiguar sus pérdidas.
La multinacional de automoción, con sede en Troy (Michigan, EE UU), cuenta en España con otras seis factorías en Pamplona, Tarazona, Belchite y Sil (Zaragoza), y Sant Cugat del Vallès y Sant Vicent dels Horts (Barcelona), además de una oficina comercial en Madrid. Todas las plantas, incluidas las de Puerto Real, suman unos 4.000 trabajadores.
La multinacional se instaló en la Bahía de Cádiz en 1981. En los últimos años la empresa había advertido en repetidas ocasiones de las dificultades por las que atravesaba. De hecho, la matriz estadounidense se encuentra en proceso de suspensión de pagos. Sin embargo, la filial española se comprometió el año pasado a mantener la actividad en Puerto Real hasta 2010, un plan que la Junta de Andalucía iba a respaldar con nuevas subvenciones.
Con el anuncio del cierre, Delphi rompe este compromiso. La Junta ya ha advertido a la empresa de que emprenderá «todas aquellas medidas legales, administrativas y de cualquier índole» para salvar los puestos de trabajo. Además de los 1.600 trabajadores de Delphi, el cierre de la planta afectaría a otros 1.300 empleados de la industria auxiliar que dependen, indirectamente, de la actividad de la empresa.