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Los trabajadores de Grecia y Francia dan ejemplo

Fuentes: Rebelión

La primera fase de la crisis consistió en aplicar medidas y planes de rescate del mundo financiero y empresarial, mediante la transferencia de dineros públicos para reflotar los bancos en crisis o con problemas de liquidez. En la segunda fase nos pasan la factura de los gastos habidos y entran a saco con el sistema […]

La primera fase de la crisis consistió en aplicar medidas y planes de rescate del mundo financiero y empresarial, mediante la transferencia de dineros públicos para reflotar los bancos en crisis o con problemas de liquidez. En la segunda fase nos pasan la factura de los gastos habidos y entran a saco con el sistema de pensiones. La Joya de la Corona de las conquistas sociales de la postguerra.

Estamos ante una guerra de clases y sólo cabe la confrontación social hasta que el enemigo de clase retroceda. El pueblo griego ha protagonizado ya cinco huelgas generales y numerosas movilizaciones sociales. En el estado francés tres huelgas generales entre septiembre y octubre, y visto que el gobierno no cede, han empezado a desarrollar huelgas sectoriales indefinidas y a organizar a todos los movilizados en Asambleas Generales. En Iparralde1 hace un tiempo que funciona el organismo unitario Oldartu- Lutter Ensemble que agrupa a partidos de izquierda de ámbito estatal y vasco, sindicatos diversos, organizaciones estudiantiles, feministas, vecinales, etc, que esta jugando un papel aglutinante en la organización de las movilizaciones.

Esta claro que el Sur de Euskal Herria, y mucho mas en el Estado español, se va a la zaga. Y lo que es peor, arrecian las criticas a la movilización porque se dice que no sirven para superar la crisis.

Lo cierto es que con unas pocas movilizaciones y de escasa contundencia no se va a conseguir que el gobierno retroceda en lo que es una ofensiva muy calculada y laboriosamente preparada. Incluso puede llegar a desmoralizar, si no se es consciente de la dimensión de lo que esta en juego para ambas partes.

El neoliberalismo, se estableció tras ofensiva realizada contra la clase trabajadora en la década de los 80 y que tuvo en la Inglaterra Tatcheriana su buque insignia. Además de beneficios financieros económicos, reporto a la clase capitalista una correlación de fuerzas favorable sin la cual no hubiera recuperado la hegemonía, social, política e ideológica (además de la económica, claro esta) un tanto deteriorada tras las conquistas sociales del periodo de la posguerra (lo que se ha llamado el estado de Bienestar).

Invertir los efectos de las derrotas del pasado y de los ataques del presente será imposible si no somos capaces de articular una línea de resistencia en la calle, en las fabricas y en las instituciones dura y resistente que combine la defensa de aquello que siendo favorable a los trabajadores y sea compatible con un desarrollo sostenible y avances cualitativos en el control y socialización de los recursos productivos, económicos y energéticos que deben formar parte de la agenda política y de la actividad social de la ciudadanía.

Sabemos que es un grave problema que movimiento sindical mayoritario en toda Europa (CSI, CES y sus filiales nacionales, salvo honrosas excepciones como ELA) respondan a la crisis insistiendo en una vía que en los últimos treinta años no ha hecho sino debilitar la relación de fuerzas del movimiento obrero y sindical frente al capital: el diálogo social. Una política con resultados prácticamente nulos y que, a lo largo de esta crisis, se traduce en la incapacidad de articular respuestas coordinadas a procesos de reconversión empresarial (con cierres de empresas y/o despidos) en el seno de las multinacionales (del automóvil, de la siderurgia, etc.) o impulsar movilizaciones frente al vertiginoso crecimiento del paro y la demolición social de las políticas gubernamentales.

Pero también es un grave problema, el que basándose en las divergencias con dicha estrategia (o en el tema nacional) los sindicatos mas combativos de Euskal Herria desprecien el emplazar a dichos sindicatos (en el caso español, CCOO y UGT) para la lucha, o las convergencias puntuales, como ha sido el caso del desencuentro habido en torno a la ultima Huelga General, la primera del estado español frente a la presente crisis.

Desde este punto de vista, me parece ejemplar que tres sindicatos de naciones sin estado del Estado francés, concretamente, LAB de Iparralde, el SLB de Bretaña y STC de Córcega, se hayan dirigido a los dirigentes de la confederación sindical francesa instándoles a una lucha generalizada y permanente, que incluya huelgas, asambleas, manifestaciones, y utilización de los medios de comunicación para impedir el desmantelamiento del sistema social creado en 1945 por Congreso Nacional de la Resistencia.

¿Es que no cabe realizar desde Hego Euskal Herria (esto es desde la mayoría sindical vasca) algo similar? Un emplazamiento que agrupe además a la Inter Sindical Galega, a la CGDT, CNT, la CUT Andaluza y a las corrientes de lucha de los sindicatos mayoritarios, para que partiendo de la recién realizada huelga general se prosiga en la lucha hasta doblegar al gobierno del PSOE, o al que le sustituya.

Nota:

1 Parte del País Vasco situado en el Estado Francés.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.