Mariana Grajales Cuello, nació en Santiago de Cuba el 12 de julio de 1815 [1] . Hija de mulatos libres, fue una mujer de sagaz inteligencia y extraordinario temperamento. Unida en segundas nupcias con el campesino cubano Marcos Maceo (1808-1869) [2] , licenciado del batallón de pardos del Ejército español en Santiago de Cuba, […]
Mariana Grajales Cuello, nació en Santiago de Cuba el 12 de julio de 1815 [1] . Hija de mulatos libres, fue una mujer de sagaz inteligencia y extraordinario temperamento. Unida en segundas nupcias con el campesino cubano Marcos Maceo (1808-1869) [2] , licenciado del batallón de pardos del Ejército español en Santiago de Cuba, tras el pronunciamiento constitucionalista de 1836, ambos se formaron en el peculiar estamento colonial de los criollos llamados «libres de color», que sin sufrir la condición de los esclavos, eran objeto de la explotación de los terratenientes, los comerciantes y el fisco de la Metrópoli, mientras carecían de los derechos «de limpieza de sangre» de los criollos y españoles blancos. La masiva incorporación de estos cubanos a la causa independentista, demuestra cuanto creció la convicción de que solo podían aspirar a una vida digna y próspera, si ponían fin al orden colonial y a la sociedad de expoliación, esclavitud y racismo que le era consustancial [3] .
Mariana fulguró como esposa y madre de mambises del temple de su esposo Marcos Maceo, de sus hijos del primer matrimonio Felipe, Fermín, Justo Germán y Manuel Reg ü eyferos Grajales [4] ; de Antonio, José, Rafael, Miguel, Julio, Tomás, Marcos, Dominga, y Baldomera Maceo Grajales, que en su conjunto alcanzaron 55 grados militares, partieron todos de la condición de soldados rasos, y bala a bala, ascendieron a los más altos mandos en la oficialidad del Ejército Libertador [5] . Mariana fue grande -precisa Marta Rojas Domingo – no solo porque gestara y pariera héroes, sino también porque educó a sus hijos para que tomaran la senda que condujera a la consecución de la libertad de Cuba, a la par de establecer, desde el hogar, un ejemplo de mujer excepcional, de conducta humanista, frente a un medio que le fue totalmente hostil. [6] . Legó a sus hijos y familiares, valor, entereza, serenidad, arrojo, acometividad y cuantas hermosas cualidades caracterizaron a aquella «estirpe de colosos y titanes» [7] , como les llamara en magníficos versos el poeta Bonifacio Byrne Puñales ( 1861- 1936 ).
En el ámbito familiar de los Maceo-Grajales -subraya el doctor. Armando Hart Dávalos (1930)-, los hijos aprendieron la responsabilidad, los principios morales, la disciplina, la fortaleza de espíritu, el valor y un profundo amor a la patria, a la libertad y a la justicia. Esa educación tenía como fundamento la necesidad de fortalecer la autoridad inspirada y sostenida por el amor, la búsqueda de la estrecha unión entre los seres nacidos de una misma matriz, los sentimientos solidarios hacia todos los hombres, y el rechazo a la esclavitud y a la discriminación [8] .
El 6 de mayo de 1897, María Magdalena Cabrales Fernández (1847-1905) , la esposa del entonces recién fallecido el Lugarteniente General del Ejército Libertador, en carta a Francisco de Paula Coronado (1870-1946), relató la actitud de Mariana tras el alzamiento del Padre de la Patria Carlos Manuel de Céspedes en el ingenio La Demajagua el 10 de octubre de1868. Cuenta Cabrales que Mariana entró en la sala de la casa familiar con un crucifijo en la mano, y habló con seguridad emocionada: –De rodillas todos, padres e hijos, delante de Cristo, que fue el primer hombre liberal que vino al mundo, juremos libertar la patria o morir por ella» [9] . Fiel a su juramento -con 53 años de edad-, se lanzó a la manigua a correr la suerte de sus seres queridos, y allí permaneció durante toda la Guerra de los Diez Años. Supo la heroína de las marchas interminables en que los pies sangran y del acoso del enemigo con la vecindad de la muerte. Curó a los heridos en combate, a los enfermos e inclusive al enemigo, fue un eficientísimo pilar de la retaguardia mambisa, sin dejar nunca de tener fe en la victoria y alentar a los combatientes de esas heroicas jornadas.
En el rigor de la contienda perdió al esposo y a la mayoría de sus hijos. Fue fusilado Justo Germán en noviembre de 1868, y se supone que Fermín corrió igual suerte. Cuentan que su compañero Marcos, gravemente herido en la toma de San Agustín el 14 de mayo de 1869, pidió antes de morir que le dijeran a Mariana que había cumplido con ella. Su hijo Julio cayó en la acción de Nuevo Mundo, el 12 de diciembre de 1870 y Miguel le siguió en el martirologio en Cascorro, el 17 de abril de 1874, con el grado de teniente coronel. Luego, en la prisión de Chafarinas, frente a las costas del Norte de África falleció Rafael el 2 de mayo de 1882, víctima de la traición, los malos tratos y una pulmonía, pero ese nuevo golpe le fue ocultado por la familia.
Firmada la paz del Zanjón, desde las montañas guantanameras la Mariana alentó la rebeldía indomable del General Antonio en la histórica Protesta de los Mangos de Baraguá, mientras atendía a la recuperación de su hijos Rafael y Tomás, heridos en combate [10] . Al comprender que por el momento no se podía continuar la lucha armada, decidió marchar al exilio. El General Antonio antes de partir en misión de gobierno, protegió y cuidó la salida de la madre-combatiente con sus familiares, y en ello dejó comprometido el honor militar de su adversario y Capitán General Arsenio Martínez Campos (1831-1900). El General español cumplió lo prometido y Mariana, sus hijas Baldomera y Dominga, María Cabrales y otros familiares, emigran hacia Jamaica [11] .
Fue visible el estímulo de Mariana a sus hijos José y Rafael cuando estalla en Santiago de Cuba el alzamiento de La Guerra Chiquita (1879-1880), después pelea con todos sus recursos de madre por la liberación de ambos, quienes engañados por las autoridades españolas, habían sido conducidos a las prisiones africanas, junto con la esposa de José y un hijo de este. Mariana se convirtió en símbolo del exilio patriótico e inclaudicable .
Mariana por demás -como señaló atinadamente la doctora Leyda Oquendo Barrios ( 1941- 2008 )- con su vida y obra había roto aun sin proponérselo, el silencio que sobre la mujer siempre se había tratado de imponer. Fue vanguardia sobre el ostracismo que la preponderancia masculina y el racismo imponían. Ella, de forma natural, hizo trizas el cerco de la doble discriminación, para estar presente una y otra vez como patriota y símbolo de lo que es capaz de hacer la mujer por sus ideales [12] . Fue simiente .como refiere Ada Ferrer- de la poderosa retórica antirracista que, comenzó a florecer durante la primera rebelión anticolonialista, aquella que situaba la igualdad racial como base de la nación cubana [13] .
Mariana falleció el 27 de noviembre de 1893, en Kingston; rodeada de familiares y amigos, pero añorando ver libre la Isla amada.
Madre de la Patria
Desde las gestas libertadoras de la primera independencia de América latina y el Caribe, Padre y Madre de la Patria o de la Nación, fueron calificativos empleados para rendir el mayor homenaje posible a una figura histórica, considerándole como «padre» o «madre», en el sentido de fundadores o bienhechores de la patria o nación, al grado de identificarles con ella. Simón Bolívar (1783-1830) además del título de Libertador, es considerado Padre de la Patria en Venezuela , Colombia , Panamá , Ecuador y Bolivia . La condición de Padre de la Patria la comparte Bolívar con su lugarteniente Antonio José de Sucre Alcalá (1795-1830), en Ecuador. José de San Martín Matorras (1778-1850), libertador de Argentina , Chile y Perú , es reconocido como el Padre de la Patria en Argentina , y recibió en vida el título de Protector de la independencia del Perú. José Gervasio Artigas Arnal (1764-1850), es considerado en Uruguay Libertador y Padre de la Patria.
Frente a la categoría Madre Patria, que asumió la Corona española como expresión totalizadora del hispanismo colonialista, los independentistas latinoamericanos, en expresión precursora de igualdad de género, reconocieron y caracterizaron el aporte de las mujeres a la causa emancipadora con la categoría de Madre de la Patria. La mulata María Remedios del Valle (¿-1847) fue reconocida por José de San Martín , como Madre de la Patria argentina. A Javiera Carrera Verdugo (1781-1862) perseverante conspiradora, sus contemporáneos la prestigiaron con el título de la Madre de la Patria chilena. El Congreso de México otorgó a Leona Vicario (1789-1842), valerosa colaboradora de la independencia, el título honorífico de Benemérita y Dulcísima Madre de la Patria. La imagen del Padre y la Madre de la Patria se consideró en no pocos países como dignidad y símbolo de la nación.
El Héroe Nacional José Martí Pérez (1853-1895) quien se auto reconoce continuador de la gesta bolivariana, y en tanto articulador por excelencia de un proyecto-país que se abría a lo político desde el ámbito ético, ideológico y cultural, comprendió la trascendencia educativa y formativa de los panteones heroicos, tanto en lo que a la consolidación de la identidad patria se refiere, como al aporte de universalidad que cada pueblo tributa a su época y mundo. Así el fundador del primer Partido Revolucionario Cubano, se dio a la tarea de sistematizar el panteón de héroes y mártires de la independencia nacional. No fue una tarea fácil, se trataba de una epopeya reciente, plagada de contradicciones y desencuentros donde supo hallar la medida del mérito, la reflexión que ayudara a la prospectiva, y sobre todo, la fundamentación y estímulo para educar en solidaridad, justicia, igualdad y dignificación humanas, como bases indispensables de la unidad política de todos los revolucionarios, de su intransigencia e ímpetu en el combate emancipador. En esta obra martiana que no siempre sea valorado en su aporte político, Mariana Grajales Cuello tuvo un lugar cimero.
Para el Héroe Nacional, entre las numerosas mujeres que jalonaron la historia del movimiento de liberación nacional cubano en el siglo XIX [14] , Mariana fue síntesis y esplendor. Martí vio en la recia mujer, madre y mulata, el símbolo de todo el heroísmo y la entrega de las patriotas cubanas. El Apóstol escribe sobre ella , con entrañable afecto , con la suavidad de hijo , como si tratara con la raíz del alma . Martí en su precursora labor de exaltar sus méritos y aporte, enfatiza en esa Madre de los Maceo que quería a todos los cubanos que luchaban por la independencia. Y abría las puertas de su hogar a todos, como madre de todos [15] .
Martí inmortalizó la leyenda y la historia de Mariana, cuando narró para todas las épocas el heroísmo y la entrega de la madre amantísima, destacada en la retaguardia mambisa. Con la tumba recién abierta de uno de sus hijos, con dos de ellos heridos graves y Antonio herido en el pecho, ensangrentado y moribundo, en medio de la desesperación y el llanto de quienes le acompañaban, no solo supo exigir sosiego y salvar al Titán, sino que con todo el dramatismo del momento, dirigiéndose a su hijo Marcos, aún muy joven, le replicó: «!Y tú, empínate, porque ya es hora de que te vayas al campamento!» [16]
Martí subrayaba cómo ya muy anciana, Mariana seguía forjando valores en sus descendientes, contaba las hazañas de sus hijos y continuaba conminando a la joven generación a asumir su deber de continuar la lucha por la emancipación nacional. Al dar la noticia de la desaparición física de la excelsa combatiente revolucionaria, e Apóstol escribió en el órgano del Partido Revolucionario Cubano: « Patria en la corona que deja en la tumba de Mariana Maceo, pone una palabra: ¡MADRE!» [17] .
La voluntad de defender la memoria histórica y recrear un panteón patriótico, fue de las tareas primigenias de las fuerzas revolucionarias frente a la ocupación militar del país por el Ejército de los Estados Unidos en 1898 [18] . Y la imagen de Mariana por derecho propio fue parte inseparable y dignificadora del culto patriótico a Antonio Maceo y a los Maceo como familia de héroes mambises, que tuvo entre septiembre y diciembre de 1899 su primer gran homenaje nacional, con la exhumación de los restos mortales del lugarteniente General y su ayudante el joven capitán Francisco «Panchito» Gómez Toro (1876-1896) – hijo del Generalísimo Máximo Gómez-, y luego con el entierro definitivo de ambos héroes el 7 de diciembre de ese año en el Cacahual.
Una misión ideológica que asumió la oligarquía neocolonial, conservadora, clerical, sexista y racista, fue la de mediatizar, aburguesar y blanquear el panteón heroico de la independencia. Tempranamente desde falsas teorías biologicistas, intentaron cuestionar la africanidad de Antonio Maceo, y en irrespeto a la desprejuiciada unión de sus padres, se llegó a fabricar una falsa acta de nacimiento. En estas circunstancias el legado de Mariana como culto patriótico, se refugió en lo profundo de la cultura popular, en la tradición y la oralidad que se transmitía de abuelos y padres a hijos.
De la existencia e historicidad del culto patriótico a Mariana Grajales, del impacto que ello tenía en la mentalidad de los cubanos y cubanas, da testimonio el hacer de los veteranos del mambisado y de las nuevas hornadas de luchadores. Casi treinta años demoró el traslado de los restos de la insigne patriota a su amada tierra. La idea de cumplir tan digna tarea no se produjo desde la Presidencia de ninguno de los cuatro mandatarios que se habían sucedido en la administración neocolonial, si fue la decisión entusiasta de un grupo de patriotas santiagueros en unión de familiares de la heroína. De la autoridad y trascendencia de Mariana da testimonio el hecho de que los restos de la patriota fueron despedidos en Jamaica con la bandera inglesa a media asta , las autoridades de gobierno de Kingston acompañaron al cortejo fúnebre y se le hizo guardia de honor durante la travesía. Al llegar a Cuba el duelo fue en toda la nación. Especial descripción hizo la prensa en Santiago de Cuba donde el pueblo, los veteranos y las autoridades despidieron el sepelio en el Cementerio de Santa Ifigenia el 24 de abril de 1923 [19] .
El culto patriótico a Mariana tuvo en la escuela pública cubana su más importante reducto. Junto con Martí y desde su prosa desacralizada, unitaria, antirracista y nacionalista, las generaciones de niños y jóvenes conocieron de la heroína madre de los Maceo. En la mayoría de las provincias se fundaron escuelas que llevaron el nombre de Mariana Grajales. En las ciudades y pueblos el culto patriótico a Mariana se plasmó en monumentos y tarjas, y en el nombre plazas, parques, calles y escuelas.
También estuvo Mariana presente en las sociedades e instituciones culturales que lograron armar los negros y mulatos para enfrentar la discriminación y el cerco elitista de la cultura blanca dominante. El arraigo de Mariana en el pueblo humilde, trató de manipularse por machadistas y batistianos, los que emularon en demagogia [20] . Frente a la politiquería en curso, la vida de Mariana fue motivo de estudio y estímulo en el rescate patriótico y antirracista de la historia nacional, que impulso el primer Partido Comunista de Cuba, para las activistas revolucionarias el movimiento feminista.
El Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz (1926) no por azar bautizó con el nombre de Mariana Grajales el primer pelotón femenino del Ejército Rebelde en septiembre de 1958. Las Marianas multiplicaron la epopeya de Mariana, y constituyeron la primera vanguardia de la lucha revolucionaria que contra la discriminación de la mujer, emprendería la Revolución Cubana en vísperas del triunfo de enero de 1959.
El lugar de Mariana Grajales en la historia fue sintetizado por Fidel precisamente el día en que nacía la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), el 23 de agosto de 1960: « Nuestro país puede sentirse afortunado en muchas cosas, pero entre ellas, la primera de todas, por el magnífico pueblo que posee. Aquí no solo luchan los hombres; aquí, como los hombres, luchan las mujeres (APLAUSOS). Y no es nuevo, ya la historia nos hablaba de grandes mujeres en nuestras luchas por la independencia, y una de ellas las simboliza a todas: Mariana Grajales (APLAUSOS)» [21] .
La madures de la propuesta que realizamos se expresa 1) en la vida y obra de la madre-heroína; 2) en la objetividad histórica del culto patriótico a Mariana Grajales; 3) en la precedencia legal de una Ley que norma y estimula el otorgamiento de títulos y condecoraciones, que incluye la denominación de una Orden con el nombre de la heroína Mariana Grajales; 4) en la justicia histórica del título que reclamamos tanto para Mariana como para Carlos Manuel de Céspedes, ambos nacidos y asumidos desde lo más profundo y sentido de las masas populares cubanas; 5) en la pertinencia de hacer firme y legalizar el reconocimiento como parte de la estrategia de trabajo ideológico y fortalecimiento de la cultura patriótica del socialismo cubano a robada en la Priera Conferencia Nacional del Partido Comunista de Cuba (La Habana, 2012) [22] . Vista a través de la teoría honorífica del importante jurisconsulto y político, socialista español, Luis Jiménez de Asúa (1889-1970), se puede afirmar que la propuesta «es algo que está palpitando en la vida, que se nos muestra en el curso corriente del existir. Obstinarse en no cristalizar en ley lo que se halla en la conciencia de todos, tal vez sea censurable en el legislador [23] .
El título de Mariana Grajales Cuello como Madre de la Patria, reclama por todas las mujeres y hombres patriotas que nos permitieron llegar a ser lo que somos. Reclama por la memoria y el honor de los cubamos y cubanas de hoy y de mañana.
[1] Ver: Archivo Arquidiocesano del Arzobispado de Santiago de Cuba. Sección de Libros Parroquiales, Libro 9 de Bautismos de Pardos y Morenos de la Parroquia de Santo Tomás Apóstol, Folio 99-vuelta, Partida no 137.
[2] Ver: Olga Portuondo Zúñiga: El padre de Antonio Maceo ¿Venezolano?, Del Caribe, No. 19, Santiago de Cuba, 1992, p 93-97.
[3] Ver: Juan Manuel Reyes Cardero: Libres de color en zonas rurales de la jurisdicción Cuba antes de 1868: la familia Maceo Grajales, en Sandra Estévez Romero, Pedro Castro Monterrey y Olga Portuondo Zúñiga: Por la identidad del negro cubano, Ediciones Caserón, Santiago de Cuba, 2011, p 65-90.
[4] En 1840 murió en Santiago de Cuba Fructuoso Reg ü eyferos dejando a Mariana con sus cuatro primeros hijos. Marcos por su parte, también enviudó de su primer matrimonio con Amparo Téllez, con la que tuvo varios hijos, entre ellos el teniente coronel del Ejército Libertador Antoni Maceo Téllez, que murió en la Guerra de los diez Años. Ver: José Luciano Franco: Antoni Maceo. Apuntes para una historia de su vida, Tomo I, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1975, p19.
[5] Heriberto Feraudy Espino: ¡Cómo no llamarla la Madre de la patria! Cubarte, 2009-12-05.
[6] Marta Rojas Domingo: Mariana Grajales, la Madre de la Patria , Periódico Sierra Maestra, Santiago de Cuba, 21 de Enero de 2014.
[7] Bonifacio Byrne: Los Maceo, en Poesía y prosa. Editorial Letras Cubanas, 1988.
[8] Armando Hart Dávalos: Aprender de Mariana, Juventud Rebelde digital, La Habana, 26 de Noviembre del 2013
[9] Carta de María Cabrales a Francisco de Paula Coronado, 6 de mayo de 1897, en Academia de la Historia de Cuba. Papeles de Maceo, Edición del Centenario del Mayor General Antonio Maceo , La Habana, 1948, Tomo II, p 74.
[10] José Luciano Franco: Ob. cit., p 125.
[11] Ver: Nydia Sarabia: Historia de una familia mambisa. Mariana Grajales. Secretaría de Trabajo Ideológico, Comisión Nacional de Historia, La Habana, UJC, Instituto Cubano, Editorial Orbe, 1975, 112.
Leyda Oquendo: Mariana Grajales Cuello: Madre de la Patria, Cuba. Una identità in movimento, Roma, 2009 .
[13] Ada Ferrer: Cuba insurgente. Raza, nación y revolución, 1868-1898, en Esther Pérez y Marcel Lueiro (Comp.): Raza y racimo. Antología de caminos, Editorial Caminos, La Habana, 2009, p 232-33.
[14] Nueve mujeres mambisas recibieron el grado militar de capitana y una el de comandante en el Ejército Libertador de Cuba. Muchas otras aunque no recibieron grados militares, gozaron de reconocida autoridad moral y política en el seno del movimiento nacional liberador.
[15] El encuentro de Martí con la heroína Mariana ha sido tratado recientemente por Damaris Torres Elers. Ver: 120 años del encuentro de José Martí en Jamaica con Mariana Grajales y María Cabrales, Sierra Maestra, Santiago de Cuba, 14 de octubre de 1912, p 4.
[16] José Martí Pérez: La madre de los Maceo, Patria, 6 de enero de 1894, en Obras Completas, Editora Nacional de Cuba, La Habana, 1963, tomo V, p 27.
[17] José Martí Pérez: Mariana Maceo, Patria, 12 de diciembre de 1893, en Obras Completas, Editora Nacional de Cuba, La Habana, 1963, tomo V, p 26
[18] María Iglesias Utset: Las metáforas del cambio en la vida cotidiana Cuba: 1898-1902, Ediciones Unión, La Habana, 2010, p 237-255.
[19] Nydia Sarabia Hernández : Historia de una familia mambisa. Mariana Grajales , Ob. cit, p 147-48; Adys Cupull Reyes y Froilán González García: Mariana: raíz del alma cubana, Editora Política, La Habana, 1998, p 63-71.
[20] En 1952 se creó la Orden Nacional del Honor y Mérito Mariana Grajales de Maceo, y la propaganda del régimen habló de Mariana como Madre dela Patria.
[21] Discurso pronunciado por el Comandante Fidel Castro Ruz, primer ministro del Gobierno Revolucionario, en el acto de fusión de todas las organizaciones femeninas revolucionarias. Salón-Teatro de la CTC, 23 de agosto de 1960. Departamento de Versiones Taquigráficas del Gobierno Revolucionario, La Habana, 1960.
[22] Objetivo No. 64. En: Primera Conferencia Nacional del partido Comunista de Cuba: Objetivos de Trabajo del Partido, La Habana, 2012, p 7. Primera Conferencia Nacional del PartidComunista
[23] Luis Jiménez de Asúa: La Recompensa como prevención general. El Derecho Premial. En: Estudios Clásicos del Derecho Penal, Editorial Jurídica Universitaria de México, Tomo . 2, México, 2002. p 187.