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Mariela Castro en Suecia: Una visita más que oportuna

Fuentes: Rebelión

  La iniciativa de traer a Suecia a Mariela Castro, directora del Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX) de Cuba se materializó en el momento más oportuno justamente cuando, en el año del cincuenta aniversario de la revolución cubana, el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas nuevamente constatara el reconocimiento de la mayoría […]

 

La iniciativa de traer a Suecia a Mariela Castro, directora del Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX) de Cuba se materializó en el momento más oportuno justamente cuando, en el año del cincuenta aniversario de la revolución cubana, el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas nuevamente constatara el reconocimiento de la mayoría de los Estados y organizaciones no gubernamentales a los significativos resultados alcanzados por el pueblo y el Gobierno cubanos en la promoción y protección de todos los derechos humanos para todos.

 

En estos momentos, Mariela Castro participa en la decimonovena edición del Congreso Mundial para la Salud Sexual, «Sexo Gotemburgo 2009» y sus presentaciones anteriores en la ciudad de Estocolmo ya han cosechado grandes éxitos en la tarea de informar sobre los avances de Cuba en el terreno de la lucha contra de la homofobia y la discriminación que ha afectado a la comunidad lesbiana, gay, bi- y transsexual (LGBT) en la isla.

 

Un ejemplo de estos éxitos lo fue la charla que Mariela Castro y el doctor Alberto Roque del CENESEX ofrecieron el martes 16 de junio con el título «Sexo y Socialismo en Cuba». La actividad, que reunió a más de 200 personas que abarrotaron la casa del ABF en Estocolmo, fue de descubrimiento para muchos, de reencuentro para otros y de fiasco para algunos.

 

Mariela Castro y Alberto Roque presentaron el trabajo realizado en Cuba por el CENESEX, las raíces de la homofobia en Cuba y la historia de los esfuerzos realizados para cuestionar los roles sexuales tradicionales en el país.

 

Los expositores recordaron que la educación sexual había sido un tema planteado por la Federación de Mujeres Cubanas ya en 1962 y que para la década de los 70s se había logrado introducir temas de educación sexual el libros de texto de la educación primaria. La aprobación del Código de Familia en 1975 fue también un avance aunque con limitaciones. La idea promovida por la dirigente Vilma Espín de considerar el matrimonio como unión de dos personas sin hacer referencia al sexo, no obtuvo el consenso popular. «Se aprobó lo que fue posible aprobar en la sociedad cubana en ese momento» explicó Mariela Castro.

 

La lucha contra los prejuicios patriarcales en Cuba no ha sido fácil, explicó la destacada sexóloga cubana, ya que se trata de una sociedad patriarcal «como todas». Los expositores mostraron en detalles las diversas campañas de educación sexual realizadas a nivel de la población en general, entre ellas la Primera Jornada Cubana en Contra de la Homofobia en mayo de 2008, la cual forma parte de una iniciativa cubana enmarcada en la campaña mundial contra la homofobia. Asimismo, se ha desarrollado un esfuerzo importante de capacitación de la policía acerca de temas relacionados con la diversidad sexual.

 

Otro de los temas abordados durante la exposición fue el referente a las operaciones de cambio de sexo en Cuba, un área donde lleva mucho tiempo preparándose el personal de salud para la realización de las cirugías con el más alto nivel técnico. Sin embargo debemos seguir trabajando en la sensibilización de los propios médicos, ya que muchos ven estas operaciones como algo «cosmético». En la actualidad se está trabajando en un decreto-ley que establece el reconocimiento a la identidad de género de las personas transexuales, aún cuando no se realice la cirugía de reasignación sexual, ya sea porque no lo desean o porque no cumplen los requerimientos de salud para ello.

 

«Estamos seguros que vamos a vencer a los demonios de los prejuicios», dijo Alberto Roque, que explicó que se trata de «un tema social complejo, no sólo político». A la herencia de la colonización, del dominio de la religión judeo-cristiana y el sincretismo afrocubano, se sumó la herencia nacionalista resultante de este proceso cultural, que «representó una virilidad excesiva y esa fue la formación que recibió nuestro pueblo y por ende nuestros líderes a lo largo de la historia nacional». Por ello no es de extrañar que la política aplicada en el país a inicios de los años 70 hubiese significado una «homofobia de estado», un fenómeno común en casi todo el mundo durante aquella época.

 

Al final de la charla, se produjo un emotivo abrazo entre Mariela Castro y un asistente de origen cubano que le preguntó si el gobierno de la isla pensaba pedir disculpas por la discriminación a los homosexuales, a lo que Castro le respondió preguntándose si tenía sentido el pedir disculpas. «Yo lo único que puedo hacer es ser solidaria con tu dolor y hacer mejor mi trabajo para cambiar todo lo que tenga que ser cambiado» respondió Castro.

 

El éxito de la actividad provocó la impotente furia de los grupúsculos que desde Estocolmo se dedican a difundir desinformación sobre Cuba financiados desde Washington y Miami. Los emocionados vivas a Fidel, a Raúl y a la Revolución cubana por parte de la mayoría de los asistentes suscitó la frustrada e impotente reacción de algunos de los mercenarios al servicio del Imperio que dieron pie a amargas diatribas desde las webs anticubanas en la capital sueca que degeneraron en acusaciones de robo de material «periodístico» sobre la cobertura del evento.

 

Mientras los decrépitos órganos de la propaganda anticubana se comen entre sí, Mariela Castro y Alberto Roque se encuentran en Gotemburgo discutiendo temas serios, intercambiando experiencias y estableciendo necesarios puentes de comunicación con una comunidad LGBT sueca y europea que, si bien ha logrado algunos avances formales en los últimos años, se encuentra falta de un contacto más estrecho con las cosas que suceden al sur del planeta.

 

La visita de los representantes del CENESEX a Suecia hacía falta y es una manera de ir desbaratando desde abajo el bloqueo que las élites euronorteamericanas quieren imponer por arriba. Quizás el producto más importante de su visita es el haber contribuido a que sean cada vez más los habitantes de este país quienes empiezan a abrir los ojos con respecto a la realidad del verde caimán caribeño.