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Una promotora del Banco Santander, BBVA y Carlos Slim proyecta más de un millar de viviendas en este barrio de Valencia

Más de 1.000 vecinos se manifiestan contra la especulación urbanística y la represión en Benimaclet

Fuentes: Rebelión [Imagen: Cuidem Benimaclet]

“Perqué estimar el barri no és cap delicte”. Más de mil personas se manifestaron el 5 de febrero por las calles del barrio de Benimaclet (23.000 habitantes), en Valencia.

Convocada por Cuidem Benimaclet, la red de colectivos vecinales EntreBarris y el Centro Social Okupado (CSOA) L’Horta de Benimaclet, la movilización denunció el “urbanismo especulativo” (más de mil viviendas previstas en el denominado PAI de la inmobiliaria Metrovacesa), y se solidarizó con las personas “represaliadas por la lucha en el barrio”.

Ante la presencia de tres furgonetas policiales, se escenificó una performance con activistas disfrazados de empresarios (con sombrero de copa alta), arlequines y policías, que se dirigieron a los manifestantes megáfono en mano. Una pancarta con el lema de la convocatoria –y el añadido de L’Horta és vida– encabezó la marcha; los participantes caminaron –en uno de los tramos- en paralelo a la zona de huerta, y atravesaron la Ronda Norte; en este sector un gran cartel rectangular afirmaba: Aturem el PAI. Per un barri sostenible sense especulació.

En un punto anterior del recorrido, otra pancarta mostraba el siguiente mensaje en un solar vallado: Ací va començar la repressió. Ací creix la solidaritat. Al comienzo y el final de la manifestación, la Jove Muixeranga de Valencia representó una figura (humana) de varias alturas.

La acción estuvo encabezada, durante todo el recorrido, por integrantes de Cuidem; Alerta Solidària (organización antirrepresiva de la izquierda independentista de los Països Catalans) y personas migrantes que viven en la antigua fábrica La Garrofera.  

El portavoz de Cuidem Benimaclet, Carlos Marcos, subraya que cinco vecinos del barrio, “víctimas de la represión policial y judicial”, están acusados de daños por los que afrontan peticiones de sanción de hasta 35.000 euros; el juicio, que tendrá lugar los próximos días 14 y 15 de febrero, está relacionado con la protesta de junio de 2021 en Benimaclet, en el contexto de la campaña contra el proyecto urbanístico de Metrovacesa.

Con las movilizaciones, se trata de “desprivatizar espacios que tenían un uso común en el barrio, como en este caso una zona de aparcamiento”, añade el portavoz vecinal.

En junio de 2022 la vicealcaldesa de Valencia y concejal de Desarrollo y Renovación Urbana, Sandra Gómez (PSPV-PSOE), anunció la adjudicación –por parte de la empresa municipal AUMSA-, del redactado del Plan Especial de Benimaclet (Área Funcional número 18), con afección a 1,2 millones de metros cuadrados del barrio (Europa Press, 9 de junio).

En cuanto a la promotora Metrovacesa, está controlada por el Banco Santander, el BBVA y el multimillonario mexicano Carlos Slim (séptima fortuna mundial, según Forbes), también accionista principal de la constructora FCC; entre enero y septiembre, Metrovacesa obtuvo un beneficio neto de 16,2 millones de euros (periódico Cinco Días, 27 octubre 2022).

La manifestación del 5 de febrero concluyó con la lectura de un manifiesto, en la Plaza de Benimaclet; el texto hacía referencia a uno de los hechos que la motivaron: “En junio de 2021 Metrovacesa se dedicó a cerrar solares del barrio que mantenía abandonados desde hace 20 años, en los que el barrio de Benimaclet ha venido dando un uso social de huerta, aparcamiento y jardines populares (…)”. Respecto al Ayuntamiento de Valencia, “no está protegiendo el interés del barrio y el bienestar de las vecinas”.

El manifiesto añade que –en junio de 2021- a la luz del día y de manera espontánea, “las vecinas tumbaron las vallas que asediaban nuestro barrio y nueve activistas fueron identificados de manera irregular en diferentes lugares”; sobre ellos, “la Brigada de información policial ejecutó una persecución y detenciones, activando un procedimiento penal de desórdenes públicos y daños, en que la Fiscalía pide 36.000 euros a cinco vecinas por defender lo que es de todas”.

La nota informativa de Cuidem detalla que la movilización de principios de febrero es la cuarta, dentro de la campaña contra el “asedio urbanístico” en los terrenos del PAI de Benimaclet. Asimismo hace referencia a la represión hacia los colectivos y la causa de los próximos juicios; en concreto, “cuando paramos con nuestros cuerpos la entrada de las máquinas en el Jardí Lluerna y el Racó de les Jaqueteres”.

El comunicado destaca que la responsable municipal de Urbanismo y presidenta de AUMSA (Actividades Urbanas Municipales), Sandra Gómez, “no abandona la idea de construir más de mil viviendas en Benimaclet”; de hecho, añade Cuidem, el Plan Especial “mantiene la edificabilidad del programa urbanístico (PAI) y la clasificación del suelo (…); el plan servirá en bandeja el proyecto urbanístico a Metrovacesa”.

El movimiento vecinal ha criticado la campaña de greenwashing (mercadotecnia verde) de la inmobiliaria, denominada BeniViu Benimaclet; en la página Web de este “proyecto de transformación urbana sostenible” (terminología empresarial), figuran los anagramas de Metrovacesa; Missions Valencia 2030 (Ayuntamiento de Valencia); y la Agenda 2030, dependiente de la Ministra de Asuntos Sociales, Ione Belarra (Podemos).

Frente a la propuesta del Ayuntamiento y la promotora, Cuidem Benimaclet, EntreBarris y Repensem Benimaclet plantearon en enero una alternativa, recogida en el documento És ara Benimaclet. Basado en principios ecofeministas, el proyecto vecinal surge de un proceso participativo y más de cinco años de trabajo previo.

Una de las ideas que se defienden es la “desclasificación” de suelo a “no urbanizable”, lo que permitiría construir dotaciones y equipamientos, además de “establecer zonas verdes alrededor de los terrenos afectos al PAI”. Otro punto relevante es -en el contexto de emergencia climática-, el incremento de zonas con densidad arbórea y de huerta comunitaria para la producción agrícola.

La propuesta ciudadana tiene entre sus ejes el crecimiento cero respecto a la edificación y las infraestructuras urbanas duras; y la desmotorización (reducción progresiva del uso del coche dentro del barrio); otros puntos mencionados son la mejora de acequias y caminos, las sendas para el paseo y el uso de la bicicleta; las zonas de bosque y –en una tercera fase- el cambio del carácter de la Ronda Norte (carretera de circunvalación CV-30) “hacia un bulevar verde”, a lo que se añadiría la disminución de carriles.  

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.