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De los 6.200 trabajadores en los astilleros, quedan ahora 300

Más mentiras sobre el astillero ‘Naval Gijón’

Fuentes: La Nueva España

Sigo con perplejidad e indignación todo lo que está saliendo a la opinión pública con respecto a la nueva composición accionarial y al futuro de Naval Gijón, las noticias, especialmente las que parten de la empresa o de los sindicatos mayoritarios, o son mentiras, o verdades a medias, o están basadas en la más profunda […]

Sigo con perplejidad e indignación todo lo que está saliendo a la opinión pública con respecto a la nueva composición accionarial y al futuro de Naval Gijón, las noticias, especialmente las que parten de la empresa o de los sindicatos mayoritarios, o son mentiras, o verdades a medias, o están basadas en la más profunda ignorancia sobre la situación real del astillero.

El pasado día 19, con motivo del vigésimo aniversario de PYMAR (Pequeños y Medianos Astilleros Sociedad de Reconversión), don Francisco Angulo, presidente de esta sociedad, se despachaba a gusto, echando la culpa a todo el mundo, incluidos los trabajadores, de la mala situación en la que se encuentra el astillero, y yo, como conocedor de todo el proceso de gestión llevado a cabo por el anterior administrador, Galo Baizán, debo añadir que el segundo responsable de esta situación es PYMAR con su presidente al frente y, cómo no, con el consentimiento del Gobierno central y regional, que también tienen su cuota de responsabilidad en este asunto. PYMAR conocía perfectamente la situación del astillero, puesto que llevaban rigurosamente controlados por un auditor tanto el número de horas imputadas a cada buque como el control de pagos, de las facturas de proveedores, por suministros y trabajos, para autorizar la disposición de fondos de las cuentas bloqueadas que tenía cada uno de l
 os buques en los bancos. Disponían además de las cuentas anuales, de pérdidas y ganancias debidamente auditadas. Conocían asimismo los contratos de los buques firmados previamente a su puesta en vigor, como consecuencia del análisis de las condiciones de los mismos, antes de prestar las garantías de reembolso que facilitaba el fondo patrimonial de garantías.

A pesar de todo lo anteriormente expuesto, se permitió que Naval Gijón llegara a una situación económica tal que la única solución fue la de vender las acciones de la empresa por el simbólico precio de un euro a la empresa Dike Global, creada por la propia PYMAR.
PYMAR en su día, y es ahí donde precisamente comienza la debacle económica, autorizó que Naval Gijón rescindiera los contratos de los buques 553 y 556 con el armador MTMM, que tan nefastas consecuencias económicas acarrearon al astillero.

El cúmulo de despropósitos llevado a cabo por PYMAR con el visto bueno del Gobierno central y autonómico tiene su continuidad el 18 de Septiembre de 2003, cuando se firma el contrato de construcción del buque 610 entre Naval Gijón, como constructor, y Pasquier Navegaço LDA, como armador. En la página 3, letra f) del artículo 1 del contrato, se permitía subcontratar con el astillero Zaliv, de Ucrania, una parte muy importante del mismo, concretamente el casco, mientras que los trabajadores del astillero gijonés pasaban al paro cobrando el subsidio de desempleo algo que parece insólito pero es pura y dura realidad. Es de resaltar que el buque tiene todas las subvenciones del Estado español, como si hubiese sido construido totalmente en Naval Gijón, y que los retrasos y pérdidas son cuantiosos.

¿Cómo es posible que el señor Angulo, ante hechos tan tangibles, tenga la desfachatez de culpar de la situación catastrófica de Naval Gijón a los trabajadores?

Pero no terminan aquí las andanzas de PYMAR. En la gestión de Naval Gijón, tras el cese de Galo Baizán, surge la posibilidad de un nuevo comprador para el astillero gijonés, y sus cabezas visibles son los señores Miguel Aguiló y Luis Vilches; por razones que desconozco, sorpresivamente PYMAR ofrece un contrato millonario al señor Vilches para que gestione el astillero, y digo sorpresivamente porque no parece lógico que un futuro dueño de la empresa pase a ser alto y significativamente bien remunerado empleado de la misma. Pese a todo, las relaciones entre PYMAR y Vilches parece que no dan los resultados apetecidos y el contrato es rescindido unilateralmente por PYMAR. El señor Vilches demanda al organismo gestor del Ministerio de Industria y en próximos días se verá el caso en los tribunales. Como podemos ver, todo un éxito del señor Angulo.

Lo que ahora se presenta como una nueva solución supone de nuevo una huida hacia adelante por parte de PYMAR, la creación de la nueva Sociedad Astilleros Asturianos, S. L. (participada por las empresas Vulcano, Barreras, Freire, Astilleros de Huelva, Balenciaga y Zamakona). Sin embargo, dicho sea de paso, ninguno de ellos es asturiano, y para la guinda del pastel se nombra administrador único a Pedro Luis García Sanz, persona omnipresente en los seis últimos años de la vida del astillero; fue director económico y financiero y brazo derecho del defenestrado Galo Baizán, figuró como socio en las empresas Habilitaciones Cabo Peñas,S. L., Construcciones Metálicas Cabo Vidío, S. L., e Instalaciones y Montajes Tina Mayor, S. L., creadas en su día al calor de Galo Baizán y con el visto bueno de PYMAR. Por supuesto, el fracaso de estas compañías auxiliares fue rotundo.

Pero el señor Angulo sabe perfectamente que el problema verdaderamente grave de Naval Gijón, y por tanto de PYMAR, es su situación patrimonial y financiera, y para comprobarlo basta tomar como referencia el último informe sobre las cuentas anuales y balance de situación presentado por la firma Auditora CTA, sobre el ejercicio 2003, las pérdidas acumuladas ascienden a 37.313.574,12 euros (cantidad compuesta por las pérdidas en ejercicios anteriores, pérdidas del año 2003 y las notas por contabilizaciones indebidas, números 5, 6, 7, 8, y 9 que figuran en el citado informe; como nota favorable al astillero figura la cantidad pagada por PYMAR generosamente por unos terrenos industriales a precio de urbanos). A éstas debemos añadir las pérdidas de los ejercicios 2004, 2005 y del 2006 con la facturación del interminable buque 610. Para hacer frente a estas cuantiosas pérdidas los fondos propios del astillero ascienden a 2.147.325,08 euros; el resultado es evidente.

Con este panorama financiero, ¿qué puede hacer la nueva sociedad creada? Lo primero que debemos preguntarnos es con qué capital social se crea la nueva sociedad ¿Cuánto dinero van a aportar para saneamiento financiero del astillero? ¿Cuánto dinero van a destinar para nuevas inversiones? ¿Qué plan de viabilidad tienen previsto y cuándo lo presentarán?.

Se puede pensar que PYMAR, propietaria del astillero en la actualidad, podría actuar como una ONG y cancelar la enorme deuda que el astillero tiene, pero la realidad es muy distinta si tenemos en cuenta que se ha apropiado de los terrenos y parte de las instalaciones para aminorar la deuda y de la diferencia restante deja claramente reflejado el Registro de la Propiedad número 2 que la parte de la deuda no satisfecha ni compensada se hará por Naval Gijón (NAGISA) a PYMAR, a su fecha de vencimiento, devengando los intereses legales y contractuales que correspondan, en caso de impago. ¿Conocen estos datos los nuevos dueños del astillero? ¿Están dispuestos a asumirlos?      

Ésta es la verdadera realidad de Naval Gijón, señor Angulo, que no se arregla precisamente entregando bandejas de plata a las autoridades asturianas; yo me pregunto por qué, qué méritos han tenido. Lo dicho, señor Angulo, al César lo que es del César, a los trabajadores de Naval Gijón un respeto, y a PYMAR lo que le corresponde que no es precisamente poco.

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Cándido González Carnero es líder sindical de CSI en Naval Gijón