La reportera de televisión Rosa María Fernández Sofía conversó con JR sobre sus motivaciones para escribir El Che confía en mí, título presentado este lunes en la Fortaleza San Carlos de La Cabaña
Diarios de motocicleta, del director brasileño Walter Salles, popularizó no solo el viaje que realizó el joven Ernesto Guevara con su compatriota Alberto Granado por todo el continente sudamericano, sino también aquella amistad que habría de perdurar más allá de los años.
La suerte de sus caminos después de cerrado el «diario», sus vidas separadas y a la vez enlazadas para siempre, es la propuesta de El Che confía en mí (Casa Editora Abril), título que fue presentado este lunes en la 19 Feria Internacional del Libro Cuba 2010, encuentra en la persona de Granado todas las respuestas y su razón de ser.
Su autora, Rosa María Fernández Sofía, quien ha dedicado 20 años a su oficio de reportera en la televisión y en la prensa, nos conduce por los inicios de este volumen -el primero que escribe-, convencida de que será un amigo generoso en la delicada faena de desentrañar las memorias de un hombre bueno.
-¿Cómo nació el proyecto de El Che confía en mí?
-Surgió porque me interesé una vez más en el tema de los gustos literarios del Che y su preparación filosófica, después de escuchar cantar a una joven llamada Ivette Letusé, quien ha musicalizado bellamente los poemas del joven Ernesto Guevara.
«Era algo que tenía como inquietud y la inspiración llegó por ahí. Me acerqué al Centro de Estudios sobre el Che. Fui atendida con mucha cortesía e interés por Daily y María del Carmen, entusiastas promotoras de este trabajo. Y entonces me decidí a realizar una serie de entrevistas. Comencé por Granado, y este caballero me cautivó.
«Quedamos en vernos para más y ahí nos convencimos mutuamente -él a regañadientes, porque no le interesa hablar de sí mismo-, de que había que testimoniar la historia de su vida».
-¿Se trata de una entrevista a Granado sobre su relación con el Che o ahonda más en matices autobiográficos de Alberto?
-Es un canto a la sencillez y a la amistad. A la entrega desinteresada por el prójimo. Esa ha sido la vida de Granado y también fue la del Che.
«En el texto es reconstruida la relación de amistad entre ambos, desde la temprana adolescencia de Ernesto, con 14 años, y el veinteañero Alberto. Todos los sueños y días compartidos, el trazado de su gran aventura por Sudamérica, los pasajes más importantes del tan conocido recorrido en motocicleta, y qué sucedió después de esa separación.
«Cuáles fueron las causas de su separación y por qué permaneció su amistad, más allá de las fronteras y el tiempo; es uno de los capítulos ineludibles de esta historia.
«El libro también es un homenaje a la obra de amor, dedicada por Granado a nuestro pueblo, del cual es hijo por vocación. Aquí fundó universidades y contribuyó a formar a cientos de profesionales en la Medicina y la Genética, muchos de los cuales hoy son eminentes científicos.
«Y además es una ofrenda a quienes como él, calladamente, contribuyen a que la salud y la ciencia cubanas sean nuestro orgullo».
-¿Cómo está estructurado el volumen?
-En El Che confía en mí recreo pasajes y contextos históricos, para lo cual tuve que profundizar en la historia de Argentina y en el contexto latinoamericano. Contiene anécdotas e imágenes poco conocidas del periplo por Sudamérica con el Che, de su relación después que se separaron en Venezuela, y de sus encuentros en Cuba, hasta la despedida. Pasa además por reflexiones sobre la muerte del guerrillero, la llegada de sus restos y las etapas tan duras por las que han atravesado la Revolución y el pueblo cubanos.
«Aposté por la entrevista como recurso, creo que es un género transparente, que facilita la lectura a todas las edades».
-Cuando nos acercamos a un ser humano excepcional, casi siempre sucede que su personalidad nos atrapa. ¿Cuál fue su experiencia con Alberto Granado?
-Yo me enamoré de Alberto, con todo respeto por Delia, su esposa de toda la vida. Granado es un hombre extraordinario, lleno de pasión a la altura de sus 86 años, de alegría y sabiduría. Con la sencillez y la elegancia de un hombre bueno. Siempre les cuento a mis amigos y a mis hijos que el 8 de octubre, cuando terminé la entrevista, llovía a cántaros. Salí de su casa debajo del agua y nunca antes la lluvia me había dado en el rostro como llena de gracia. Así de feliz te hace sentir conocer a personas como él.
-¿Por qué dedica El Che confía en mí a las nuevas generaciones?
-Justamente porque para los jóvenes cada vez será más improbable poder relacionarse personalmente con hombres de esta naturaleza histórica, y deben conocerlos por lo que de ellos queda escrito. Tengo dos hijos jovencitos, Fidel Alejandro y María Carla; este libro es por ellos, y por todos a los que les toca continuar la obra de la Revolución.