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Mensaje de solidaridad de la Organización de la Libertad de las Mujeres en Iraq a Occupy Wall Street

Fuentes: Jadaliya

Traducido para Rebelion por Loles Oliván

Compañeros y compañeras de Occupy Wall Street,

Los pueblos del mundo os están observando, siguen vuestras noticias y esperan no sólo que descarguéis vuestra ira y vuestra frustración, sino que también alcancéis todos vuestros sueños.

Aunque la democracia debe garantizar a todos los pueblos el mismo peso en las decisiones que afectan a sus vidas, os habéis visto obligados a tomar las calles porque los políticos y los banqueros toman decisiones a puerta cerrada y contratan ejércitos de policías para que os manden de nuevo a casa sin que consigáis nada.

Mientras que un multimillonario 1% destroza vuestros empleos, vuestra sanidad y vuestras propias vidas, su norte está siempre en sus bancos y no en el bienestar ni en el futuro de millones de personas inocentes. En tiempos de crecimiento, esos bancos se mantienen gracias a vuestro trabajo, lo que proporciona un lujo extravagante a ese 1%, mientras que sus fracasos y sus crisis económicas sacrifican vuestros recursos básicos y vuestros derechos económicos.

Ese 1% es el mismo que operó a favor de la guerra de Iraq sin escuchar a los millones de personas que se manifestaron -en Estados Unidos y en todo el mundo- expresando su oposición. Con el pretexto de la democracia, el 1% forma ejércitos inmensos para lanzarlos no sólo contra todos los pueblos del mundo sino también dentro de sus fronteras.

Una segunda oleada de revoluciones globales ha comenzado cuando el 99% (es decir, la clase obrera internacional) rechaza la tiranía, la marginación y la pobreza a la que los gobiernos autoritarios capitalistas nos fuerzan a millones de nosotros. A pesar de afirmar que son representativos, los Estados capitalistas hacen que el pueblo pague el precio de los fracasos económicos de sus sistemas políticos con desempleo y recortes del gobierno mientras se rescata a los bancos con los mismos recursos que el trabajo de la gente ha creado. Evitar la pobreza y el hambre de miles de millones de personas no es jamás la preocupación de esas denominadas democracias sino la estabilidad de su propia dominación política. Por otra parte, ese mismo 1% recrea el mismo modelo fracasado de estructuras políticas capitalistas y «democráticas» en los países nuevamente invadidos en todo el mundo.

La llamada democracia de Iraq, creada por los Estados capitalistas occidentales, divide las reservas petroleras iraquíes entre un 1% político y un inmenso ejército de nueva creación bien entrenado para aplastar las manifestaciones de la Plaza Tahrir de Iraq (activas desde el 25 de febrero), con munición de guerra, torturas y palizas. Mientras que el 99% de los iraquíes hierven de ira esperando que se den las condiciones adecuadas para reclamar lo que es suyo, siguen con entusiasmo vuestros progresos en la iniciativa de ocupar Wall Street, ya que nuestro enemigo es uno, sea estadounidense o iraquí. Ese enemigo es el 1% de explotadores despiadados.

Aunque los planes estadounidenses de retirarse de Iraq se han difundido por todo el mundo estamos seguras de que las bases militares de Estados Unidos se mantendrán alrededor de nuestras ciudades y pueblos de un modo u otro, totalmente listas para atacar y aplastar cualquier levantamiento popular cuando se considere necesario. Aunque el gobierno de Estados Unidos ya ha instalado a iraquíes para que mantengan los sistemas de desigualdad y la represión en Iraq, seguirá manteniendo sus arsenales militares absolutamente vigilados en previsión del peor escenario. Esto es lo que nuestra recién instalada democracia nos garantiza: la pobreza, la desigualdad, la represión de la disidencia y la falta de libertades civiles para la gran mayoría de las personas, especialmente las mujeres.

Los pueblos del mundo se han alzado para rechazar la cultura de la guerra así como la «democracia» de los ricos. Ha llegado la hora de un sistema político en el que la riqueza sea igual para todos, en otras palabras, un sistema socialista, donde las reglas del libre mercado no puedan matar de hambre a miles de millones de personas mientras unos pocos se llenan los bolsillos. Que tal movimiento pudiera estar conectado globalmente es algo que escapó incluso a los sueños más ambiciosos de la mayoría de los visionarios, pero 2011 ha demostrado que puede estar al alcance. Y vuestro movimiento Occupy Wall Street ha jugado un papel destacado para que prenda.

Si un despiadado 1% planifica y organiza el hambre y la guerra, el 99% restante tiene la responsabilidad de crear un mundo mejor fundado en los valores de la humanidad, la igualdad y la prosperidad para todos. En ese mundo, la toma de decisiones no recaerá en los Bancos Mundiales, ni en los capitalistas, ni en los hombres de Estado que los representan sino en los representantes inmediatos de la clase obrera.

Plantear reivindicaciones al 1% no es la solución, pues ha fracasado repetidamente y no puede más que continuar con sus métodos de hacer que la gente trabajadora pase hambre y generar más fracasos económicos.

Ha llegado el momento de una segunda fase. Después de ocupar la calle, es el momento de entrar en los castillos y palacios del 1% y reclamar lo que es legítimamente vuestro para iniciar una nueva era basada en la paz internacional, la división equitativa de la riqueza y la humanidad.

Estamos con vosotros y vosotras y seguimos resistiendo al dominio del 1% en Iraq, en Siria, en Egipto, en Túnez, en Yemen, y en el mundo entero.

¡Viva la lucha del 99% y abajo el 1%!

Yanar Mohammad Organización de la Libertad de las Mujeres en Iraq

Fuente: http://www.jadaliyya.com/pages/index/3048/message-of-solidarity-to-occupy-wall-street-from-t

rCR