Queridos amigos: Bruscamente ha bajado la temperatura hoy, amaneció con una densa neblina y en cuestión de minutos la nieve lo cubrió todo. Así es esta zona de Colorado. Sin embargo, amanezco con una noticia que le da calor y fuerza a mi corazón revolucionario. Aquí les copio el mensaje de Manuel, un gran amigo, […]
Queridos amigos:
Bruscamente ha bajado la temperatura hoy, amaneció con una densa neblina y en cuestión de minutos la nieve lo cubrió todo. Así es esta zona de Colorado. Sin embargo, amanezco con una noticia que le da calor y fuerza a mi corazón revolucionario. Aquí les copio el mensaje de Manuel, un gran amigo, al que llamo por muchas razones Hermano del Alma:
«Ya tenemos CELAC, Comunidad de Estados Latino-Americanos y del Caribe. Vi parte de la ceremonia de constitución con la reunión de los presidentes de nuestros países latinoamericanos y caribeños. ¡Impresionante!. Tenemos CELAC sin la anuencia, sin invitar, sin la participación yanqui. Cuando en Europa, embrumada en su crisis capitalista, se cuestionan la vitalidad de la rimbombante Unión Europea; cuando la Liga Árabe traiciona a sus propios hermanos; cuando a muchos en el mundo le tiemblan las piernas ante la ola fascista del imperialismo, en esta misma hora y lugar, la Tierra, son tremendos los procesos que se vienen dando en Nuestra América.
¡Viva la CELAC! ¡Viva la Patria Grande de Bolívar y Martí, de Fidel y Chávez!»
Y respondiendo a sus líneas le dije a Manuel:
«La historia de nuestros países esta llena de hechos y de hombres que hicieron posible esa unidad».
La CELAC, con muchos retos por delante, es una esperanza de hermandad, justicia y paz para todos los pueblos de América Latina y el Caribe, pero además, para toda la humanidad. Como dijera Martí: «La América ha de promover todo lo que acerque a los pueblos, y de abominar todo lo que los aparte. En esto, como en todos los problemas humanos, el porvenir es de la paz».
Y como expresan los versos del inmortal poeta de América, Pablo Neruda, en su Canto General:
…paz para todos
los que viven:
paz para todas las tierras y las aguas.
Feliz año, este año, para ti, para todos
los hombres y las tierras…
Vamos juntos, está el mundo coronado de trigo
el alto cielo corre deslizando y rompiendo
sus altas piedras puras contra la noche;
apenas se ha llenado la nueva copa con un minuto
que ha de juntarse al río del tiempo que nos lleva.
Este tiempo, esta copa, esta tierra son tuyos:
conquístalos y escucha como nace la aurora.
Cinco abrazos. ¡Venceremos!
Antonio Guerrero Rodriguez
FCI Florence
3 de diciembre de 2011