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Denuncian el impacto del proyecto sobre las playas del Sur, el Parc Natural de L’Albufera y la salud humana

Miles de personas se manifiestan en Valencia contra la ampliación del puerto

Fuentes: Rebelión

“No a l’expansió del port”. La consigna podía leerse en la parte trasera de una camioneta con piratas y una marinera de chaqueta roja a bordo, que leía una declaración; de fondo sonaba una canción del grupo valenciano Zoo (Tempestes venen del sud); es el sábado 16 de junio en el Paseo de l’Albereda de València, a las 18,30 horas, 31 grados de temperatura, y  miles de personas se manifiestan contra el proyecto de ampliación Norte del Puerto de Valencia.

Durante la movilización se mostraron una pluralidad de carteles y pancartas: +València, -Port; Retornem (l’horta de) La Punta; ZAL (Zona de Actividades Logísticas del puerto) il·legal o El litoral per al poble; banderas de esta plataforma vecinal y de Extinction Rebellion, o de la CGT y Esquerra Unida del País Valencià (EUPV-IU) se mostraron durante el recorrido.  

También camisetas y chapas, con la iconografía de la lucha contra las centrales nucleares y la leyenda Més port? No gràcies, entre otras; se observó la presencia, asimismo, de representantes municipales de la coalición Compromís, como la del ya exalcalde de Valencia, Joan Ribó.

“No necesitamos un megapuerto sólo con macroinversiones de la gente con pasta, sino para el uso ciudadano y donde se pueda respirar; el puerto de Valencia es también el mar”, afirma Carlos, de 51 años, que viste con una camiseta negra de Grau-Port contra la ampliación.

Cerca de esta manifestante se halla Nuria, de 68 años, vecina de Vilanova del Grau (Poblados Marítimos), usuaria de las playas del Cabañal y la Malvarrosa “que resultarían afectadas” por la expansión.

¿Por qué participa en la movilización?, organizada por la Comissió Ciutat-Port de Valencia y el área metropolitana; “por razones de conciencia social, porque vivo en la zona afectada por las obras y también transmitirles a mis nietas la importancia de luchar por el territorio”, responde la vecina.

La Comissió es una plataforma ciudadana con el respaldo de 170 organizaciones, entre las que se hallan El Litoral per al Poble; la Associació de Veïnes i Veïnes de Natzaret; Per l’Horta; Ecologistes en Acció; Acció Ecologista-Agró, Intersindical Valenciana; CGT; Comisiones Obreras, València Saludable y Joventut pel Clima.

La plataforma repartió, en las fechas previas, hojas informativas sobre los efectos de la ampliación; uno de los más relevantes es “el retroceso de las playas del Sur”, ya afectadas por las obras de expansión anteriores, así como el impacto sobre el Parc Natural de l’Albufera y la salud humana; a ello se agrega el aumento del tráfico terrestre –principalmente camiones-, que hará necesario un acceso norte “sin evaluación ambiental”.

El proyecto de nueva infraestructura portuaria beneficia a los “intereses privados”, denuncia la Comissió, por ejemplo al gigante naviero MSC, con sede en Ginebra, o a empresas como Boluda Corporación Marítima.

El 8 de junio la Autoridad Portuaria de Valencia (APV), dependiente del Ministerio de Transportes, informó sobre las últimas operaciones mercantiles; una de las conclusiones es que las cuatro grandes navieras mundiales –MSC, Maersk, el grupo estatal chino Cosco y la francesa CMA CGM- “tendrían compromisos reales adquiridos con el Puerto de Valencia, reforzando la influencia del recinto portuario para atraer inversiones y proyectos empresariales (…)”.

Además de la paralización del proyecto de ampliación Norte y el “desmontaje” del dique norte, la Comissió pide que se renuncie a la construcción de la nueva terminal de cruceros –adjudicada en noviembre de 2022 por la APV a la empresa Balearia- junto al barrio de Natzaret (Poblados Marítimos); los activistas también reivindican que se detenga la construcción de la ZAL y su “reversión íntegra”.

Precisamente un díptico de Per l’Horta-Horta és Futur –encabezado por dos imágenes que daban cuenta del gran crecimiento del puerto, entre 1956 y 2023- se centraban en el rechazo a la macrozona logística; entre otros argumentos, porque la ZAL “es un proyecto ilegalizado por tres sentencias del Tribunal Superior de Justicia (TSJCV) y el Tribunal Supremo, que arrasó una de las mejores zonas de huerta de Valencia (…)”.

En la rueda de prensa del día 13, que presentaba la movilización, la Comissió Ciutat-Port informó que el TSJCV había admitido a trámite el recurso planteado contra la aprobación del proyecto constructivo del Muelle de Contenedores de la Ampliación Norte, aprobado por la APV en diciembre de 2022 (el presupuesto base de licitación es de 542.695 euros).

La manifestación masiva del 16 de junio tiene precedentes; en octubre de 2021, más de 10.000 personas recorrieron las calles de Valencia contra la iniciativa portuaria; acciones más recientes son el mural de pintura (120 metros de largo y 12 de ancho) en el nuevo cauce del río Túria, realizado por activistas de la Comissió y de Acció Ecologista-Agró, en el que se expresaba la oposición al macroproyecto.

Durante la marcha del pasado viernes se compartieron formas de protesta como un Cançoner Popular i de Combat titulado No volem més port, firmado por la Comissió Ciutat-Port (La Canadiense) y dedicado “a les que lluiten”.

En un cuadernillo de papel grapado, se incluían canciones como Tatuaje o El marino boludo (“Él vino en un barco/con capital extranjero/de una gran corporasión/de comersio internacional (…)//Y tras años en los muelles/ya no hay playa en Natzaret,/sólo veo yo moverse/containers de MSC…”.

La convocatoria contó con el apoyo –en las redes sociales- de la científica Odile Rodríguez de la Fuente; el escritor, actor y traductor Enric Benavent; la cantante y compositora Eva Denia; el actor Arturo Valls o el escritor Rafa Lahuerta.

Dos horas después del inicio, los manifestantes llegaron a la Plaza del Ayuntamiento, donde, sobre un escenario, se procedió a la lectura del manifiesto; además actuaron la Jove Muixeranga de València; el cantante Xavi Sarrià; Los Chikos del Maíz (con canciones de su último LP, Yes Future) y el grupo Maluks (Cor i foc).

Gritos de “¡No a l’ampliació!” interrumpen a la activista que lee el texto; en la zona lateral, de espaldas al consistorio, Melanie, de 32 años y vecina del barrio de Russafa, argumenta: “No estamos de acuerdo con que el dinero público beneficie a millonarios como Vicente Boluda, o a empresas que después facturan en paraísos fiscales”.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.