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Misterios del reciclado

Fuentes: La Vanguardia

La felicidad nunca es completa. Los españoles han logrado reciclar en el 2005 más de un millón de toneladas de envases domésticos (exceptuando vidrio); pero nadie lo celebra. No hay acuerdo social sobre si esto es mucho o poco, seguramente porque no sabemos muy bien cuántos envases se ponen en el mercado. Concretamente, en España […]

La felicidad nunca es completa. Los españoles han logrado reciclar en el 2005 más de un millón de toneladas de envases domésticos (exceptuando vidrio); pero nadie lo celebra. No hay acuerdo social sobre si esto es mucho o poco, seguramente porque no sabemos muy bien cuántos envases se ponen en el mercado.

Concretamente, en España se reciclaron el año pasado 1.050.000 toneladas de envases domésticos, sumando envases ligeros (plásticos, metales y briks) y envases de papel y cartón. Es la suma de materiales recogidos selectivamente llevados a contenedor amarillo y azul salvados de vertedero. Es materia prima que reaprovechó la industria. Incluso, se calcula que todo esta basura recogida selectivamente llenaría unos 70 campos de fútbol como los del FC Barcelona a todo lo largo y ancho del campo y colmatándolo hasta la última grada. Hasta aquí todo es positivo.

El problema es que no hay acuerdo entre empresas, ecologistas y administraciones para saber si eso que reaprovechamos es mucho o poco. ¿Qué porcentaje de envases usados reciclamos? La falta de una referencia unívoca y consensuada sobre la generación de residuos de envases domésticos que entran en el mercado no nos permite festejar el éxito.

Las discrepancias son de grueso calibre. Ecoembes, la sociedad que gestiona la recogida selectiva (con un gravamen en forma de punto verde marcado en el envase, que permite recaudar ingresos para la recogida selectiva de los ayuntamientos) ofrece datos que chocan con los que aporta Greenpeace. Es como si hablaran de mundos diferentes. Ecoembes afirma que en España se recicla el 51,5% de los envases domésticos (sin contar vidrio), según datos provisionales del 2005, mientras que Greenpeace dice que no se supera ni el 5% (datos del 2003).

Ecoembes concreta que reciclamos, por un lado, el 69,7% de los envases de papel y cartón que llegan al usuario (585.000 toneladas del contenedor azul, sin contar papel periódico, que no es envase); y que salvamos, además, de ir a vertedero el 38% de los envases ligeros de plástico, metal y brik (415.000 toneladas del contenedor amarillo). Con estos datos, pues, se alcanzan los objetivos comunitarios, que exigen un nivel de reciclado de entre el 25% y el 45%.

Sin embargo, Juantxo López Uralde, director ejecutivo de Greenpeace, discrepa con los datos de Ecoembes. Afirma que en España se producen 6,6 millones de toneladas de envases, y que Ecoembes sólo toma como referencia los 2,2 millones de toneladas de las empresas adheridas al sistema de gestión marcado con el punto verde. López Uralde admite que las diferencias porcentuales que dan unos y otros son «abismales»; y lo atribuye a que más del 50% de los envases que se ponen en el mercado «desaparecen» del cómputo de Ecoembes. No obstante, acepta el millón de toneladas recicladas.

Por su parte, Antonio Barrón, director de empresas adheridas y comunicación de Ecoembes, insiste en que «reciclamos la mitad de envases domésticos» (sin vidrio), y dice que las discrepancias con Greenpeace se deben a que este grupo ecologista incluye también los envases comerciales e industriales que son cuenta aparte. Barrón señala además otro error metodológico de Greenpeace: contabilizar los envases de vidrio producidos pero no sumar en cambio lo que se recicle a partir del contenedor verde (600.000 toneladas de vidrio de 1,6 millones de toneladas producidas).

El problema de fondo es que no sabemos muy bien cuántos envases llegan al mercado, según expertos como José Luis Gallego, divulgador ambiental. «Muchas empresas se preocupan de vender el producto, pero no de contabilizar los envases; no lo controlan, ni les importa», explica Gallego.

Ecoembes admite que hay un 10% de fraude, a cargo de empresas que ponen en el mercado envases sin registrar el punto verde, pero José Luis Gallego teme que puedan ser más. En los pequeños comercios y en las tiendas de barrio se vende cada vez más comida envasada (el pollo asado en aluminio flexible, las comida preparada en bandejas de porexpán y demás embalajes de las secciones de refrigeración) sin que se pague la ecotasa del punto verde para facilitar el reciclado. Son residuos de envases y embalajes que escapan al control oficial.

Barrón dice en cambio que hay un control estricto de las grandes empresas, y que de la 12.000 adheridas al punto verde (el 90%) se auditan unas 500 al año, para saber si dicen la verdad. ¿Y ha habido algún fraude? «Alguno ha habido», dice añadiendo más misterio al enigma de los envases usados.