Si usted teclea en un navegador de Internet las palabras Cuba Cambios, obtendrá al menos 4 millones 980 mil resultados. Si a renglón seguido escribe Egipto, manifestaciones, puede lograr 1 millón 60 mil informaciones, aún cuando en ese momento había toque de queda en el importante país nor africano y estaba al borde del precipicio […]
Si usted teclea en un navegador de Internet las palabras Cuba Cambios, obtendrá al menos 4 millones 980 mil resultados. Si a renglón seguido escribe Egipto, manifestaciones, puede lograr 1 millón 60 mil informaciones, aún cuando en ese momento había toque de queda en el importante país nor africano y estaba al borde del precipicio el gobierno Mubarak.
Las cifras, casi siempre, tienen la impotencia de los mensajes a destiempo. Dicen que buena parte de la humanidad no fue diseñada para las matemáticas, pero ese no es el asunto, sino responder al por qué los acontecimientos recientes de la pequeña isla caribeña, acumulan cuatro veces más atención mediática que el antiguo reino de los faraones, justo cuando situaciones excepcionales están convulsionando el mundo árabe.
Entre los titulares de marras puede leerse alguno como este: Cuba, pequeños empresarios, factor clave de la reforma económica y también se ofrecen linajudos ensayos aseverando que se va rumbo al capitalismo. De las diferentes ópticas parten varios debates en la red sobre si lo emprendido o pendiente es para perfeccionar o concluirá destruyendo la experiencia que acaba de cumplir 52 años.
Una imperfecta encuesta nos indica que dentro del país más-menos un 30% de personas dicen ¿y por qué ahora sí va a reformarse y para mejor todo? Mis interlocutores aluden a la etapa de Rectificación de errores y experiencias negativas, iniciada en los 80, y buscando apoyo, no dejan fuera medidas anteriores, también destinadas a depurar lastre de un sistema que fuera sugerido por geniales teóricos, pero sin método sobre cómo hacerlo bien.
La vida tiene sus propias reglas y tienen razón los escépticos cuando recuerdan fallos de idealismo que llevaron a eliminar las relaciones monetario-mercantiles, porque se iba hacia una etapa de justicia tan elevada, que todos serían tan buenos y honestos no eran necesarios los controles económicos.
Por eso se eliminaron los existentes y llevaron a los contadores públicos y personal de teneduría a pasar cursos de recalificación en otras materias. Miles de ciudadanos se jubilaron con el 100% de sus salarios, incluyendo algunos altísimos. Y todo el tiempo, entonces, durante y después, se mantuvo la gratuidad de la educación, la salud pública, la cultura y el deporte, basadas en una seguridad social insostenible, según juicio emitido por el catedrático de la Universidad de Pittsburg, Carmelo Mesa.
En muchos aspectos hemos vivido décadas como si fuéramos un país del primer mundo — me dice uno de mis consultados, quien prefiere no cite su nombre, al referirse a bondades aplicadas por el modelo cubano que no tuvieron respaldo material suficiente. Los sistemas de protección ciudadana más avanzados -continúa- implantados en naciones ricas, bajo el nombre de sociedad de bienestar, se redujeron o fueron eliminados cuando cesó la competencia entre Occidente y la URSS -concluye para ilustrar su certeza de que introducir correcciones era forzoso, particularmente en una etapa de crisis global como la existente.
Hay asuntos como la eliminación de la libreta de abastecimientos. Abrumadora resulta la cantidad de personas que no quieren que deje de existir y lo han dicho en las asambleas para debatir las medidas económicas a ser implantadas. Aluden al alivio a los bolsillos populares que implica mantenerla y a la incertidumbre del qué pasará si los acaparadores o la ineficacia administrativa impiden que productos básicos no estén disponibles de forma sostenida. Menos sofisticado, pero, otra vez, el escepticismo.
Curioso que en el sector cuentapropista (solo entre el 2010 y enero 2011 se entregaron más de 83 mil nuevas licencias) haya mayor confianza de que progresará el empeño que el presidente Raúl Castro y su equipo impulsan.
Entre campesinos y agrónomos consultados, por ejemplo, me informan que si bien el 40% de la superficie cultivable de Cuba sigue ociosa, pese a la entrega de tierras en usufructo iniciado en 2008, ese sector no estatal garantiza el 70% de cuando se produce y lleva al mercado.
Claro que no es cosa de ver el vaso medio lleno o medio vacío, sino de realidades en camino y actitudes, que es tanto o de mayor importancia. Véase que el sector agropecuario tuvo una caída en el primer semestre del 2010 superior al 7%, pero que disminuyera en los restantes seis meses al 2% dice que nadie está sentado sobre los laureles y menos encima de los fallos o las desgracias. En las esferas oficiales tampoco, y así lo sugiere el aumento de las exportaciones el pasado año, descenso en las compras al exterior y otros pequeños pero sugerentes indicadores en positivo.
¿Tiene eso que ver con recelos, sustos y desconfianzas sobre el ahora sí? Bueno, si la semilla contiene al árbol, antes de verlo tendremos delante un brote, una rama y después, con su debida ventura, el tronco y su follaje.