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[Crónicas sabatinas] Más acá y por debajo del soberanismo-independentismo

Niñas, fábricas y cajas de madera

Fuentes: Rebelión

Para Mercedes Arnal Mur y Marta Puyuelo Arnal, niñas trabajadoras que también llevaron cajas de madera Los procesos de independencia son siempre fruto de la injusticia, de la humillación y del menosprecio. Y España hace muchos años que nos menosprecia, desde la Edad Media, y lo continuará haciendo… ¿Qué clase de pueblo seríamos si en […]

Para Mercedes Arnal Mur y Marta Puyuelo Arnal, niñas trabajadoras que también llevaron cajas de madera

Los procesos de independencia son siempre fruto de la injusticia, de la humillación y del menosprecio. Y España hace muchos años que nos menosprecia, desde la Edad Media, y lo continuará haciendo… ¿Qué clase de pueblo seríamos si en vez de la libertad prefiriéramos continuar siendo esclavos?… El día 25 de mayo hemos de ir todos a votar, y votar a partidos que defiendan la consultar, votar a partidos comprometidos con la consulta. Necesitamos que nuestros representantes expliquen a Europa y al mundo que votaremos. Que expliquen que el 9 de noviembre ejerceremos nuestro derecho de autodeterminación. Porque somos un pueblo, somos un pueblo. No solo porque lo demuestra la historia, no solo por esto, sino porque queremos, porque queremos. Porque, ¿qué o quién decide qué es un pueblo sino la misma voluntad de serlo?… Lo tenemos que hacer por la gente que se ha quedado en el camino, por las personas que sueñan desde hace 300 años con la libertad (…). Hemos de ser libres, dejar de ser esclavos, y hacerlo por las generaciones futuras…No seamos esclavos del pasado. Seamos creadores del futuro. Trabajemos pensando en los próximos 300 años y no en los 300 pasados

Carme Forcadell (2012, 2014 y 2015)

En el debate de la propuesta de resolución independentista celebrado en el Parlament [9/11/2015], la portavoz de la CUP reivindicó «la plena libertad de este país», y precisó que «no es una DUI (Declaración Unilateral de Independencia) pero sí un acto de soberanía, democracia y dignidad que, para nosotros, es un acto de ruptura». Según Gabriel, lo que hace el Parlament con este texto es rechazar «la imposición españolista» de sus leyes y tribunales «y el fundamentalismo constitucionalista que se impone por encima de la realidad democrática que hay en Cataluña». Reivindicó, en este punto, la necesidad de «dejar atrás la Cataluña subordinada pero también la de los recortes, privatizaciones y de la corrupción», y preconizó como alternativa «abrir un proceso constituyente popular y no elitista». Después de recordar la lucha por la democracia, las libertades de Cataluña y los derechos sociales, Anna Gabriel reclamó el respeto a la «diversidad» y anunció «la desconexión democrática del Estado español» porque, dijo, «la democracia es la voluntad de la gente y no puede ser revocada por ninguna otra instancia». Sobre el anexo presentado al texto de la declaración, apuntó que «es para todo un futuro» y en él se recogen «derechos universales» para hacer frente «a leyes estatales como la denominada ‘ley Wert'», y destacó que «son imprescindibles, de aplicación inmediata y de necesidad indiscutible». La intervención de Anna Gabriel, que fue aplaudida por los diputados de JxSí y de la CUP pero no por los consellers que integran el Govern en funciones, finalizó rechazando la propuesta alternativa de SíQueEsPot porque, según dijo, «no recoge el elemento fundamental, que es la no subordinación al Estado y tampoco supera el autonomismo».

Agencias (2015)

Lo hicieron todo por Catalunya, y hasta hay quien aporta el rasgo de que es bueno rechazar la presión del Estado, porque los catalanes no estamos obligados a respetar a quien no nos respeta. Vaya si han respetado los 23 años de Don Vito, partido a partido, pero llegó un momento que el tejido de intereses se rompió y caímos en el pozazal, donde permanecemos a la espera de que unos mafiosillos del tres al cuarto están esperando el «plácet» de unos chicos que se burlan de sus intereses, de su 3% mínimo, de su pulsión patriótica, que vale lo mismo que su incompetencia notoria hacia una sociedad abierta en canal por una crisis galopante.

Tiene gracia, o quizá sea sólo sarcasmo, pero algún avispado creyente apela a Vicens Vives, ahora que hasta Josep Fontana ha salido de todos los armarios y resulta el abuelo cebolleta de una generación que creyó que iba de veras y resultó que no, que se reducía a un converso de última hora. Si Cambó levantara la cabeza, y tantos hombres de la Lliga, a los que denunciaba el cautamente póstumo Gaziel, dirían algo parecido a esto, «Este pozazal lo construyó el hombre que identificó su vida como si fuera Catalunya, en la misma medida que algunos prebostes sicilianos creyeron que la isla era cosa suya». Incluso intentaron la independencia hasta que les explicaron que para hacerse aún más ricos debían anular las fronteras. Pero el tema hoy se reduce a una ecuación inequívoca: la independencia es la vía más segura para una amnistía de los corruptos.

Gregorio Morán (2015)

Las reflexiones «antiesclavistas» de la actual presidenta del Parlament de Cataluña son muestra -una entre miles posibles- del grado de «profundidad política», rigor y exactitud alcanzado por algunos sectores del secesionismo-nacionalismo-pseudosoberanismo catalán (¿Soberanistas en la merkeliana UE del euro?).

La información de agencias es un resumen de la intervención de Anna Gabriel (CUP) el pasado 9 de noviembre, en la primera sesión de investidura del candidato Artur Mas.

En el momento en que escribo no se conoce el resultado de la segunda votación. Desconozco las negociaciones y maniobras de última hora, las nuevas propuestas sobre vicepresidencias de Mas y Junts pel sí y la posición final de la CUP que el pasado martes propuso un nuevo candidato al que, según dijeron, sí apoyarían: Raül Romeva. En el momento en que escribo, no votarían a favor de la investidura de Mas en el segundo intento.

El preámbulo innecesario (aunque no escribirlo permitiría cualquier lectura y, probablemente, todo tipo de descalificaciones). Prosiguen su lucha despiadada e ininterrumpida los hunos y los «hotros»; la mayoría, los de abajo en el decir de un filósofo y ciudadano que se echa mucho en falta, apenas contamos, espectadores enmudecidos en un teatro donde, tras la niebla interesada y diseñada, el poder, la corrupción, los privilegios y el mando en plaza son los argumentos centrales. Ni que decir tiene que algunos decires y algunas acciones del partido gobernante, del PSOE y Ciudadanos rozan o superan la barbaridad política y son gasolina en estado puro y ajustado para el ininterrumpido adoctrinamiento y creciente estallido de sectores sociales (de aquí y de allá) ya más que predispuestos. Los medios de intoxicación ideológica (la información contrastada, de nuevo, en la cuneta de esta historia) juegan su relevante papel. Los de allí, con lo de siempre, y los de aquí, con lo de siempre también y con un lema-mantra esencial: España, en ocasiones, el Estado central, en otras, Madrid, muchas veces, es un sistema opresor que, sin más matices, ahoga a Cataluña y los catalanes. Para algunos, algunos de ellos historiadores distinguidos, somos una colonia de España (como han leído). La cuestión de fondo, lo han confesado abiertamente cuando hablan desinhibidos, sin micros y sin cámaras, es liarla. Todo lo posible y, si es posible, estaban convencidos que lo es, un poco más. Hasta el infinito y más allá, hacia el caos primigenio.

Añado: escribo aquí, en .Cat. Hablaría de otro modo y pondría énfasis en otros nudos si escribiera en otras coordenadas políticas y geográficas.

Trece observaciones, una nota complementaria sobre sillas, fábricas y jóvenes obreras y tres notas finales.

Las observaciones:

1.Las fuerzas independentistas catalanas situaron las elecciones del 27S, por cálculo y voluntad, en ámbitos plebiscitarios. Ellas mismas hablaron repetidamente de elecciones plebiscitarias. Insistieron una y mil veces más: si no votáis nuestras listas, no estáis apoyando el independentismo. Ara és el moment, añadieron.

2. Perdieron la apuesta (sin negar su movilización ni el número de votos). Lo reconoció el 27S el candidato de la CUP Antonio Baños. En esas condiciones no tenía ningún sentido una DUI, una declaración unilateral de independencia, ni tampoco, lógicamente, un sistema político afín al que puede llamarse «Resolución hacia la independencia» por ejemplo..

3. Conviene recordar además, la memoria ha acuñado bien esta moneda, el 55% esgrimido por el ex diputado David Fernández. Sólo un resultado así, señaló, podría permitir un paso adelante en la línea independentista. Faltaron más de 7 puntos para alcanzar ese porcentaje.

4. Da vergüenza decirlo pero no es un postulado ni una noción común indiscutible que la CUP, dejando aparte el caso Mas, voten una y otra vez cogidos de la mano y coincidiendo (no digo siempre) con una fuerza política que, sin exagerar, representa un sector muy importante de las fuerzas sociales hegemónicas del país, transitadas de arriba abajo y de derecha a derecha desbocada por una corrupción casi inconmensurable y de la que iremos conociendo en el futuro más y más detalles.

5. La democracia, ha afirmado la diputada Anna Gabriel (CUP), es la voluntad de la gente y no puede ser revocada por ninguna otra instancia. «Ninguna otra instancia» significa ninguna otra instancia, en el decir de Tarski, del conjunto de España, de la UE.. o de la propia Cataluña. ¿Qué voluntad mayoritaria de la gente, de toda la gente, se manifestó el pasado 27S? ¿La de destruir un demos común? ¿La de la secesión? ¿En que sistema de numeración se está contando? ¿No está revocando el Parlament de Cataluña, con la colaboración de la CUP, esa voluntad de la gente que, se afirma, no puede ni debe ser revocada?

6. Si es así, si eso que se apunta es la democracia no demediada, la democracia real o más auténtica o como quiera decirse, ¿a qué viene que la CUP apueste y abone un camino no democrático, un sendero secesionista no apoyado mayoritariamente por la ciudadanía en Cataluña? ¿Procesos no democráticos en alianza con sectores elitistas y privilegiados para alcanzar una mayor democracia y un país mejor? ¿Eso cuela?

7. Anna Gabriel criticó y rechazó «el fundamentalismo constitucionalista que se impone por encima de la realidad democrática que hay en Cataluña». No sé si la expresión está bien elegida y no sé si ella misma la esgrimiría en otras circunstancias políticas. Me da que no. Sea como fuere, ¿no existe otro fundamentalismo, esta vez independentista-secesionista, que se intenta imponer sobre la realidad democrática y diversa-muy-diversa de Cataluña con el apoyo de su partido y de ella misma? ¿Eso no es también fundamentalismo?

8. ¿Es razonable votar y apoyar (no sé si sugerir y proponer) a una presidenta, como ha hecho la CUP, que ha hablado una y otra vez de la esclavitud impuesta a la ciudadanía de Cataluña no por la relación salarial salvaje (en ocasiones criminal), especialmente las mujeres de la clase obrera, a la que ven sometidos, aquí, en .Cat, millones de trabajadores/as catalanes y no catalanes sino por la relación (así, en general) entre Cataluña y España (Estado español)? ¿Una relación de esclavitud que hace que Cataluña sea una de las comunidades españolas con más ricachones por metro cuadrado? ¿Estamos más cerca de Mas y Pujol que de los trabajadores y trabajadoras de Fuenlabrada o Málaga?

9. ¿Dejar atrás la Cataluña de los recortes, las privatizaciones y la corrupción, como Gabriel señaló en su discurso del 9 de noviembre, pasa por establecer una relación estratégica con una fuerza que está a la vanguardia destacada de la corrupción, la manipulación, la mentira, el ocultamiento y la acumulación de favores, clientelismo y capital? ¿Se puede construir algo nuevo con una fuerza política de estas características y con los sectores sociales que representa, e incluso con fuerzas políticas que han apoyado sus políticas antisociales los últimos años?

10. El parlamento de Cataluña, el asunto es importante, se ha manifestado en contra del mal llamado «derecho a decidir», la resolución, la segunda de la jornada, presentada por CSQEP en el pleno del 9 de noviembre. La CUP se abstuvo (la resolución incorporaba sugerencias suyas en algunos puntos). Votaron en contra PP, PSC, Ciudadanos y… Junts pel sí. Pero entonces, ¿estaban o no estaban por la celebración de un referéndum en condiciones democráticas de información y neutralidad de los medios?

11. Raül Romeva ha sido sugerido por la CUP como presidente de consenso. Parece increíble pero es cierto. ¿Un ejemplo de vieja, de viejísima política, propuesta por gentes que dicen abonar una nueva forma de hacer política? Eurodiputado en el grupo de Los Verdes, a pesar de ir en las listas de Izquierda Unida-ICV y ser elegido por esos votos, prometió al dejar su partido, ICV, conociendo tal vez otros destinos entonces no confesados, no apoyar ninguna otra fuerza política en las elecciones del 27S. Sabemos su decisión posterior (y tal vez ya anterior). ¿Es un premio a la inconsistencia y la profesionalidad de un político con ambición desmedida lo que sugiere la CUP? ¿Un punto de acuerdo?

12. ¿Y por qué no se habla de la corrupción en la Resolución secesionista aprobada? ¿No toca? ¿Y eso por qué? ¿No es asunto propio de la nueva Cataluña? ¿Se eliminará por arte de magia y voluntad?

Vale la pena escuchar esta intervención de Carlos Jiménez Villarejo sobre el tema. Apenas cinco minutos: «Estamos ante un marco político, el de Cataluña, que está impregnado de corrupción». http://www.lasexta.com/programas/el-intermedio/revista-medios/carlos-jimenez-villarejo-estamos-marco-politico-cataluna-que-esta-impregnado-corrupcion_2015111000449.html

13. ¿Abrir un proceso constituyente popular y no elitista, al lado de Junts pel sí y dando una patada en el trasero al resto de los pueblos de España? ¿Respeto a la diversidad en una Cataluña que algunos desean cada vez más uniforme y más excluyente? ¿Desconexión democrática del Estado español? ¿Democrática? ¿No es ya desconexión, y desde luego nada democrática, no respetar los derechos de los trabajadores de la Generalitat a los que no se abona partes de pagas robadas como sí ocurre en otras administraciones, incluidas las municipales? ¿Ruptura dicen? ¿Qué tipo de ruptura es ese en que las clases dominantes siguen ostentando el mismo poder sin alteraciones sustanciales?

No son estas observaciones en todo caso el punto central de esta nota. Es este el punto:

Anna Gabriel dedicó la resolución aprobada el pasado 9 de noviembre a todos los que la precedieron en la lucha, por la plena libertad política, especialmente, a las niñas que iban a trabajar a la fábrica subidas a una caja de madera para poder alcanzar el telar.

Gracias, muchas gracias. Pero no es eso ni fue eso.

Gabriel sabe o debería saber que muchos (y muchas por supuesto, ni digo todos) de los que la precedieron en la lucha por las libertades políticas ciudadanas, que incluye inexorablemente para las gentes trabajadoras la justicia, la equidad y la fraternidad, están a años-luz (y camnando en sentido contrario) de sus posiciones independentistas, las que rompen un demos común y el conjunto de las clases trabajadoras catalanas.

A mi me toca hablar de esas niñas que iban a la fábrica para subirse en cajas de madera. Fue el caso de mi madre, de mi hermana e incluso fue mi caso, si no es descortesía y vanidad recordarlo. Cuando empecé a trabajar a los 13 años no llevaba cajas de madera pero temblaba, como señaló el poeta asesinado, ante el terror pálido de los directores. Lo dejo aquí. Hablo de mi madre y de mi hermana, trabajadoras ambas nacidas en Aragón pero obreras en fábricas de Barcelona y alrededores.

Si Gabriel las incluyó en su dedicatoria (creo que sí, no puede ser de otro modo) se ha equivocado. Ellas, que sufrieron el fascismo y la explotación (también de la burguesía y empresariado catalán que acumuló y disfrutó de fortunas con ello) nunca abonarían una ruptura, una secesión con el resto de trabajadores y trabajadoras de los otros pueblos de España.

Eran parte de esos grupos como ellos son parte de nosotros, y a los cuales seguimos unidos por millones de lazos familiares y de amistad, y en muchos casos, de admiración. Por millones. ¿Fronteras entre ellos y nosotros, entre nosotros y nosotros, entre una parte de nosotros mismos y otra parte de nosotros mismos? ¿Romper con ellos, romper con nosotros? ¿Trazar separaciones con gentes que queremos y admiramos? ¿Con los compañeros gallegos, con los amigos de Euskadi? ¿Con el Madrid de Enrique Ruano, de los abogados laboralistas asesinados, de Daniel Lacalle, de Martínez Llaneza y Manuela Carmena? ¿Con el Aragón de Labordeta y La Bullonera? ¿Con el Burgos de Gamonal que lucha contra el fracking? ¿Con todo eso queremos romper? ¿Para unirnos en un «nuevo país» a Mas, Pujol, Ferrusola and Co? ¿Para eso y con esa compañía queremos formar un nuevo estado?

Si Anna Gabriel y sus amigos creen que es absolutamente necesario la creación de un Estado catalán, que lo construyan o ayuden a construirlo en Pedralbes y en sus alrededores. En los barrios altos, para la gente rica. Para las 400 familias y sus amigos. Que cocinen ellos mismos, que trabajen ellos mismos, que se cuiden entre ellos y que se limpien su m. Estoy seguro que Anna y sus compañeros no solicitarían residencia en ese nuevo Estado de plutócratas. Otras mundos y otras salidas rupturistas son posibles y éstan en este, en este mundo y con el resto de pueblos explotados y oprimidos de España que también han dicho y quieren seguir diciendo: ¡basta!, ¡basta! ¡Por la justicia, la salud, la libertad y la felicidad!

Tres observaciones finales, tres apuntes «históricos»:

1.El director del Centre d’Història Contemporánea de Catalunya, don Jaume Sobraqués, el «don» es necesario en este caso, ha hecho difundir, a través del correo institucional de la entidad, una entidad pública por cierto, un artículo suyo publicado en El Punt-Avui, Tesis y título: «Cataluña es una colonia de España». Como han leido. No se pierdan comas ni puntos. Lo que hay dicen algunos. Será eso y sigue oliendo.

2. A propósito del estatuto abortado por la dictadura de Primo de Rivera, tesis/afirmación mantenida por el president en funciones en la primera sesión de investidura: «La ignorancia supina interesada facilita la supina manipulación. Sólo puede referirse a la Mancomunidad, pero esa no era un estatuto y como dice Soledad Bengoechea la dictadura nació y se engendró en el vientre del regionalismo y la patronal catalana. Antes hubo el proyecto autonomista de 1918, pero no llegó a nacer porque el regionalismo, Cambó, lo abortó para conseguir todo el apoyo del estado ante la insurreccional social, que temían que era la CNT y la huelga de la Canadenca» (José Luis Martín Ramos, 2015).

3. Para aquellos que interesadamente identifican España con el reino del fascio, del nacional-catolicismo y la reacción y a Cataluña con una simpática, laboriosa y paradójica Alicia en y con tierra de maravillas, progreso, equidad y bienestar, vale la pena copiar esta reflexión de un maestro-filósofo de muchos de nosotros, antiguo profesor de la Universidad de Barcelona. Hablo de Emilio Lledó. La referencia: E. Lledó y Manuel Cruz, Pensar es conversar. Diálogo entre dos filósofos, RBA, Barcelona, 2015, pp. 33-35.

No es breve pero vale la pena; lean hasta el final por favor. Don Antonio Machado lo haría complacido (y dolido por supuesto).

«[…] Para mí lo más parecido a la felicidad ha sido enseñar, y siempre que he podido ha repetido que el mayor placer enseñando lo he obtenido no solo dando clases sobre cultura española a los alumnos de Heidelberg o de historia de la filosofía a mis alumnos en Barcelona o La Laguna, sino sobre todo enseñando las nociones más básicas de lengua y cultura alemanas a los emigrantes andaluces que llegaron a trabajar a Alemania a partir de los años cincuenta.

Me habló de ellos Juan José Carreras, catedrático de Historia Contemporánea en Zaragoza, ya fallecido, a quien le dediqué un pequeño homenaje en mi último libro, Palabra y humanidad. Carreras llegó a Heidelberg en 1954 huyendo del peor franquismo, y al poco de hacernos amigos me comentó que en la cafetería Eis Fontanella de Mannheim se reunían estos jóvenes andaluces.

Ellos trabajaban en Mannheim, que históricamente es una ciudad industrial al noroeste de Heidelberg, que por aquel entonces no tenía industrias importantes excepto una fábrica de imprentas, la Heidlberg Druckmaschinen. Allí, en esa cafetería, Juan José les daba clases de historia de España y yo comencé a dales clases de alemán, y pocas veces como con ellos he sentido tan intensamente ese entusiasmo y esa felicidad que la enseñanza me ha dado siempre. He estado en muchas universidades y aulas de todo tipo, pero casi nunca he visto tanto interés, tanta pasión por aprender, como la de aquellos muchachos que habían nacido con un «NO» tatuado en la frente: no a la cultura, no a la educación y no incluso a la comida, porque ellos sabían muy bien lo que era pasar hambre. Esos jóvenes andaluces, que habían cogido un hatillo y sin más se habían ido a una ciudad absolutamente desconocida en la que no sabían ni expresarse, tenían una fuerza, una lucidez, una valentía como no he vuelto a ver nunca. Ellos son para mí la viva imagen de aquel verso de Lope que decía: «Madrastra de tus hijos verdaderos».

Muchas veces me los encontraba paseando por la calle, porque aunque ellos trabajaban en Mannheim una gran mayoría residía en Heidelberg, y los recuerdo con sus gabardinas atadas con un cinturón, mirándolo todo incluso con miedo, y que ese miedo desaparecía por completo cuando dábamos clases… Hay que tener mucho valor para irse de su Málaga, de su Córdoba, de su Sevilla, de su Jaén, a un lugar tan lejano, tan diferente -y creo que incluso los nombres debían de darles miedo, con ese sonido alemán de consonantes fuertes tan distinto de su habla-, para ganarse la vida, y por eso me repatea tanto cuando oigo hablar, incluso a políticos, de tópicos como la pereza andaluza.

Una de las experiencias más hermosas que guardo en mi vida es la del contacto con esos muchachos, pero es hermosa y también dolorosa, porque habrían merecido tener la educación y el apoyo que se les había negado en su propio país.

Esa experiencia me estimuló mucho y he procurado mantener relación con los que decidieron quedarse allí.[…] Mis clases en la Universidad y en los institutos las he disfrutado enormemente, pero nunca he tenido la sensación de ser más útil que cuando enseñaba a esos emigrantes andaluces como yo, con una rapidez asombrosa, con una necesidad casi vital de desenvolverse en ese país al que llegaban huyendo de la miseria más absoluta».

La España que esos trabajadores andaluces representan, ¿ha explotado o ha sido explotada?

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.