Hombre fuerte del poder, estrecho colaborador de Fidel Castro desde la lucha contra la dictadura de Batista, asegura que si no se entienden las diferencias de la Revolución cubana con los regímenes del ‘socialismo real’ de la Europa del Este, no se puede comprender por qué sobrevive tras 47 años de bloqueo y acoso de […]
Hombre fuerte del poder, estrecho colaborador de Fidel Castro desde la lucha contra la dictadura de Batista, asegura que si no se entienden las diferencias de la Revolución cubana con los regímenes del ‘socialismo real’ de la Europa del Este, no se puede comprender por qué sobrevive tras 47 años de bloqueo y acoso de EEUU
Ricardo Alarcón arqueó las cejas y mostró cara de disgusto moviendo su cabeza a un lado y otro cuando este enviado le preguntó casi a la medianoche del viernes pasado sobre el insistente rumor de que Fidel Castro había muerto, que llegaba desde hacía horas desde Miami a las redacciones de los periódicos españoles. «Lo van a hacer una y otra vez; cuando vean que pasan varios días sin que aparezca alguna nueva imagen o carta del Comandante, volverán a la carga, es inevitable».
Y Alarcón, uno de los hombres fuertes del régimen cubano, miembro desde hace muchos años del círculo más cercano a Fidel Castro, siguió fumando su puro tranquilamente, sentado en la mesa del restaurante del hotel Regente de Oviedo donde cenaba con el viceministro de Cultura venezolano, Iván Padilla, con Ramón Chao, Andrés Sorel, Belén Gopegui, Javier Couso y varios intelectuales latinoamericanos, árabes y españoles.
Ricardo Alarcón, de 69 años, presidente de la Asamblea Nacional Popular de Cuba (Parlamento) desde 1993, ni llamó a su país ni mostró ningún tipo de preocupación. Fue de hecho la visita más larga que hizo nunca a una ciudad española. Invitado por el II Seminario Internacional por el Progreso del Mundo, que forma parte de la Red en Defensa de la Humanidad, Alarcón siguió con su agenda prevista, participó en la noche del sábado en uno de los paneles, respondió luego a preguntas del público, para seguir viaje el domingo hacia Bielorrusia y Rusia. Era la prueba más inequívoca de que Fidel Castro no había muerto. Al día siguiente, el propio Castro aparecía públicamente para desmentirlo.
Participante desde la primera hora en la lucha contra la tiranía de Fulgencio Batista desde las filas del Movimiento 26 de julio; líder estudiantil; miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de Cuba desde 1980, este doctor en Filosofía y Letras ocupó, entre otros muchos cargos, el de viceministro; ministro de Exteriores y embajador de Cuba ante Naciones Unidas.
Nieto de abuela malagueña y abuelo granadino, dio muestras de su fama de hablador incansable durante la entrevista que mantuvo con EL MUNDO durante una hora y media, sin reparos para contestar sobre los temas más polémicos.
Pregunta.- Pregunta obligada: ¿Cómo está previsto el cambio en la cúpula del Estado cubano, se muera Fidel Castro en días, semanas, meses o años?
Respuesta.- La desaparición de Fidel Castro, se produzca cuando se produzca, no alterará el curso de la Revolución cubana, hay que entender eso. Los que vaticinan una situación catastrófica, el derrumbe de nuestro sistema, no entienden que nuestra Revolución, nuestro sistema, tiene orígenes auténticos, es producto de nuestras luchas, no es un fenómeno importado, no ha sido impuesto por la fuerza de los tanques soviéticos como en los países del llamado socialismo real de Europa del Este. En los años 90 también hubo quienes ganaron dinero con libros en los que anunciaban la inminente caída de la Revolución. Se difundió la idea de que la Revolución no era más que una invención soviética. Es necesario entender la gran diferencia entre nuestro proceso y el de los de socialismo real.
P.- Mencióneme alguna de las diferencias fundamentales.
R.- Aparte del hecho de cómo llegamos al poder, hay una característica esencial distintiva, la participación de la gente, la de sumar. Y si hay alguien que ha contribuido a eso determinantemente, ya desde la época en que combatíamos a Batista, ese es Fidel Castro. Si no se entiende eso, no se entiende por qué nuestra revolución ha podido sobrevivir tras 47 años de bloqueo y acoso de EEUU.
P.- ¿Existe un cambio generacional en la cúpula del poder?
R.- En este casi medio siglo de vida nuestro, tanto en la vida política, como en la económica, cultural o militar, se han ido incorporando constantemente otros. Y por eso en la Asamblea Popular que presido la edad promedio de sus 600 miembros es de 45 años. Y es una Asamblea que tiene diputados de 80 años como Fidel Castro, de 75 años como Raúl, de 69 como yo. Si existe ese promedio es porque hay gente que no tiene ni 30 y cada uno de ellos está ahí porque representa algo.
P.- Ustedes reivindican que su Parlamento, la Asamblea, es totalmente democrática. Explíquenos cómo se elige y cómo funciona.
R.- Claro que es un ejercicio de democracia real. Los miembros de la Asamblea Nacional se eligen cada cinco años, al igual que las 14 asambleas provinciales. Las 169 asambleas municipales se renuevan cada dos años y medio.
P.- Empezando por abajo, por las municipales. ¿Cómo se eligen sus miembros? ¿Quién propone a los candidatos, el único partido que existe, el Partido Comunista?
R.- No, el Partido Comunista no funciona en Cuba como un partido electoral, no presenta candidatos. Cualquier ciudadano puede presentar en las asambleas vecinales de las distintas circunscripciones de su municipio como candidato al vecino, al compañero de trabajo o de estudio, a quien considere que mejor puede representar los intereses de su zona, de su ciudad, que mejor pueda pelear determinadas reivindicaciones comunes. Estas subdivisiones hacen que la gente conozca realmente a los candidatos, todo el mundo se conoce. Ahí no hay elecciones a dedo, y el voto, que no es obligatorio, pero que todo el mundo quiere ejercer, es secreto.
P.- ¿Quiénes pueden ser electores?
R.- El registro es automático, nadie tiene que inscribirse en ninguna parte. Todos los mayores de 16 años pueden votar. El proceso es transparente; en lugares públicos se exponen las listas de los electores, para que todos puedan controlar que no haya irregularidades, que todos figuren, salvo los inhibidos porque están cumpliendo condenas de cárcel, o que hayan sido inhibidos por problemas mentales, como en cualquier país. El recuento se hace in situ y en público, los vecinos están ahí, la gente puede controlarlo.
P.- ¿Usted mismo y Fidel Castro han sido elegidos diputados siguiendo el proceso de elección municipal y provincial, para llegar a ser diputados?
R.- Exactamente, yo salí elegido diputado por el distrito 2, en el que vivo y trabajo, el de Plaza de la Revolución; Fidel por el distrito Santiago de Cuba. Hay que recibir por lo menos el 50% más uno de los votos, yo recibí un poquito más. En Cuba no se funciona con partidos que internamente deciden los candidatos que van a llevar a las elecciones y les presentan esa lista a los electores, incluso cerradas.
P.- ¿Y qué decide la Asamblea Nacional Popular?
R.- La Asamblea es nuestro Legislativo y es la que elige el Gobierno. Para ser miembro del Gobierno no es necesario ser miembro de la Asamblea, salvo el presidente del Consejo de Estado, que sí debe ser diputado. Es el presidente el que presenta a la Asamblea su propuesta para formar el Gobierno. La Asamblea lo elige, al igual que a los magistrados del Tribunal Supremo. Aprueba las leyes, el Presupuesto y realiza el control sobre la Administración, en los tres niveles, municipio, provincia y Estado, a través de las comisiones ad hoc que se crean al efecto.
P.- El Parlamento no sesiona todo el año. ¿Es por eso que muchos diputados pueden dedicarse a otras actividades?
R.- El Parlamento sesiona sólo dos veces al año, durante 10 días aproximadamente cada vez, en sesión plenaria, aparte de las numerosas comisiones que trabajan de forma permanente. Esto no quiere decir que trabajen menos que parlamentarios de otros países, porque tienen numerosísimas reuniones con la gente, con sus representados. La mayoría de los miembros de la Asamblea no son profesionalmente diputados, son personas que mantienen su trabajo normal. La mitad de los diputados, 300, son también delegados municipales, lo que permite estar muy pegados a la gente. Siempre recuerdo en ese sentido lo que decía Hans Kelsen [uno de los teóricos de Derecho más famosos del siglo XX] de que la única forma para resolver la contradicción entre democracia representativa y democracia participativa o directa, era la hipertrofia del Parlamento. Es decir, desarrollando la actividad del Parlamento más allá de esa institución, que los trabajadores, los campesinos, las instituciones, parlamenten, debatan los problemas de la sociedad. Tiene que haber un Parlamento, claro, pero la cuestión es de cómo no se convierte en una ficción y la única manera es vinculando a la gente.
P.- ¿Y en la práctica, además de los propios diputados, cómo participa el ciudadano de a pie en el debate sobre los proyectos de ley?
R.- Es que nosotros no discutimos ningún proyecto de ley en la Asamblea Nacional Popular sin que se haya discutido antes por todo el país, en todos los territorios. Antes de que aprobáramos la última ley, la de cooperativas agropecuarias, todas ellas discutieron en asambleas el anteproyecto, que había sido presentado por la Asociación Ciudadana de Agricultores Pequeños, los campesinos.
P.- Si haciendo ciencia ficción, nos encontráramos con que EEUU levanta el bloqueo a Cuba. ¿Cambiarían su actual sistema, permitirían la existencia de otros partidos políticos? ¿Permitirían que aparecieran medios de comunicación independientes, privados?
R.- Lea la revista Vitral, que se publica desde hace años en Pinar del Río, que es bastante conocida, la dirige una personalidad del sector católico, aunque no es sacerdote, es un laico. Su director, Dagoberto Valdés Hernández, a diferencia de la postura moderada que tiene la Iglesia católica, critica con gran dureza a la Revolución, y el Estado no impedido su circulación ni sanciones a quien quiera suscribirse a ella.
P.- Pero me reconocerá que es una excepción, hay alguna otra publicación crítica, pero no es lo normal.
R.- Es que una cosa es una publicación como ésta y algunas otras publicaciones opositoras, y otra distinta es la oposición fabricada por EEUU. No se trata solamente del bloqueo. Desde 1959 existe el Proyecto Cuba, avalado por el Gobierno de EEUU. Y el general Kim Patrick lo dijo abiertamente, que lo esencial de ese proyecto es organizar una oposición dentro de Cuba. En España también sería delito que un Gobierno extranjero fabricara artificalmente una oposición en España. ¿Por qué les extraña que nuestras leyes lo prohíban? Los que participasen en esa fabricación estarían incurriendo en un delito, estoy seguro de que serían sancionados por las leyes. Ese documento se desclasificó en 1997 y ahí se puede ver como en 1959 se asignó a ese proyecto un presupuesto de 300.000 dólares. Está el último plan de Bush, dotado de 80 millones de dólares, que pregona organizar y entrenar a la oposición interna.
P.- Pero, volviendo a la ciencia ficción, si eso se acabara y EEUU levantara todas sus medidas contra Cuba. ¿Cambiaría algo?
R.- Yo no creo que eso fuera razón para que los ciudadanos cubanos renuncien a su derecho de postular directamente a los candidatos. ¿En qué medida es superior un sistema según el cual los partidos se arrogan la soberanía de la gente, se arrogan la representación de la gente y deciden quiénes son los candidatos?
P.- Pero ya existe un partido, el comunista, ¿por qué no podrían existir otros?
R.- En Cuba no hay ningún partido electoral. El Partido Comunista no propone candidatos, no hace ningún tipo de propaganda electoral. Entiendo que sea a veces difícil de entender para ciudadanos europeos, pero realmente son los propios ciudadanos los que proponen y eligen a los candidatos.
P.- ¿Y qué me dice sobre los presos políticos que hay en Cuba? Sin contar aquellos que hayan cometido atentados o usado medios violentos, hay otros detenidos. ¿De qué se les acusa?
R.- Estamos hablando no sólo de personas influenciadas, sino dirigidas, controladas, actuando como parte del plan de un gobierno extranjero, de Estados Unidos. Ése es el delito que se persigue, no que opine, no que piense.
P.- ¿Cómo ve el caso Posada Carriles? EEUU lo tiene en su territorio pero no lo juzga por los atentados cometidos contra Cuba, no da la extradición a Venezuela pero no ha encontrado a ningún país que lo acoja.
R.- A mí me preocupa francamente la seguridad personal de Posada Carriles. Yo creo que están apostando a que el hombre muera, o propiciar su muerte, o que la gente olvide. Técnicamente él está retenido en una instalación migratoria, donde mantienen a personas que no han sido admitidas en el país. Deciden por ello deportarlo y buscan a dónde enviarlo. El Tribunal Supremo dijo hace tiempo que el Gobierno no podía retener indefinidamente a un inmigrante ilegal. La ficción legal que quieren crear es que Posada Carriles no está formalmente en EEUU, que no ha entrado legalmente. Es como si Bin Laden llegara en una patera a España y España decidiera no admitirlo en el país y buscar un país que lo acoja. ¿Qué diría EEUU? Que España está amparando a un terrorista. Recordemos que Interpol lanzó un pedido de captura hace 20 años por el derribo del avión de Cubana de Aviación en vuelo en 1976 en el que murieron 73 personas.
P.- ¿Y de qué acusa EEUU a los cinco agentes cubanos detenidos?
R.- Si uno ve las actas comprueba que fueron acusados de infiltrar grupos terroristas en Miami. Intentaban alertar a tiempo de planes terroristas contra Cuba. Hace cinco años tres de ellos fueron condenados a cadena perpetua y los otros a duras penas también, en un proceso lleno de irregularidades. Estuvieron 18 meses incomunicados y fueron procesados ex profeso para que se los condenara de antemano.
P.- La irrupción de Chávez, Morales y otros líderes de izquierda en América Latina ha supuesto un balón de oxígeno para Cuba ¿no?
R.- Se da la paradoja de que coincidiendo con la desaparición del llamado socialismo real en Europa del Este y cuando muchos auguraban nuestra defunción, en los 90 comienza a hacer crisis el modelo neoliberal en América Latina tras décadas de dictaduras y gobiernos corruptos. ¿O nos olvidamos de Carlos Andrés Pérez y de cómo la gente se levantó contra él en el Caracazo, que se saldó con cetenares de civiles muertos? Los procesos de izquierda en América Latina tienen distintas características, pero hay en común un anhelo de independencia, de integración regional y de rechazo al ALCA, como se vio en la cumbre de Mar del Plata. Nunca se dio una situación política y social así en tantos países de la región simultáneamente. Esto muestra que otro mundo sí es posible.