Muestra jocosamente el telediario a Fidel Castro aprobando entre grandes aplausos la entrega de varios miles de ollas arroceras, insistiendo así en su imagen de tirano populista. Cuba tiene muchos años encima de castrismo, pero también de bloqueo. Los EE UU impiden, entre otras cosas, que Cuba venda o comercie en condiciones normales sus escasas […]
Muestra jocosamente el telediario a Fidel Castro aprobando entre grandes aplausos la entrega de varios miles de ollas arroceras, insistiendo así en su imagen de tirano populista. Cuba tiene muchos años encima de castrismo, pero también de bloqueo. Los EE UU impiden, entre otras cosas, que Cuba venda o comercie en condiciones normales sus escasas materias primas, como el azúcar o el níquel, penalizando a cualquier empresa que se atreva a usarlas en su proceso productivo. En ese contexto, la olla arrocera supone que se pueda cocinar el menú diario cubano, arroz con frijoles, con un gran ahorro de energía, piedra angular de la maltrecha economía cubana. Tras la olla arrocera se repartirán televisores de bajo consumo, que también es muy gracioso.
¿Quién piensa aquí en esos términos? Querremos la tele más plana o más grande, pero su consumo de energía estará fuera de las prioridades. En Cuba, ese ahorro es vital, pero no se menciona en la noticia. Nuestra información es tan veraz e independiente que no necesitamos el contexto.