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Apostilla a la lectura de una entrevista

Para entender a Cuba: entre la encrucijada y el entrevero

Fuentes: Rebelión

El artículo de Guillermo Almeyra que aparece en Rebelión con el título de «Cuba en la encrucijada» (http://www3.rebelion.org/noticia.php?id=239709) se presenta como una lectura de una larga entrevista mía, que El Viejo Topo publicó íntegra (29-30 de marzo, http://www.elviejotopo.com/topoexpress/cuba-socialismo-sin-miedo-i/), y cuya primera parte Rebelión recomendó a sus lectores (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=239634). Dado que el referente de este artículo son […]

El artículo de Guillermo Almeyra que aparece en Rebelión con el título de «Cuba en la encrucijada» (http://www3.rebelion.org/noticia.php?id=239709) se presenta como una lectura de una larga entrevista mía, que El Viejo Topo publicó íntegra (29-30 de marzo, http://www.elviejotopo.com/topoexpress/cuba-socialismo-sin-miedo-i/), y cuya primera parte Rebelión recomendó a sus lectores (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=239634).

Dado que el referente de este artículo son mis propios juicios y valoraciones, pido permiso para aclarar un par de puntos, en un espíritu de diálogo y entendimiento.

Almeyra mezcla a lo largo de su comentario lo que digo yo con su propia cosecha, al punto de hacer inextricable lo uno y lo otro.

En ninguna parte afirmo que el Partido Comunista quedará «subordinado al aparato estatal capitalista», que el Periodo especial (la crisis de los 90) fue una etapa «de fuerte autoritarismo y burocratización», o que «la revolución se hizo a pesar y en contra del Kremlin y del Partido Socialista Popular (Nikita Jruschov creía incluso que Fidel Castro era agente de la CIA).»

Todas esas afirmaciones, y otra de menor cuantía, aunque igualmente desconcertantes para mí, se hacen en párrafos u oraciones que empiezan diciendo «Se plantea…», «Hernández nos recuerda….», «Hace notar también», incluidas las que apuntan que «dentro de pocos días, Raúl Castro renunciará [sic] a la presidencia de la república»), así como sobre las relaciones de Cuba con Venezuela, la cuestión de la vivienda y las políticas al respecto, a los que la entrevista le dedica amplio espacio, y creía yo, aportaba elementos para un juicio informado, muy distante de las conclusiones de Almeyra.

Reconozco el derecho de cualquier autor a decir lo que le parezca sobre el proceso político cubano, su sistema y su circunstancia actual. De hecho, la mayor parte de lo que se puede leer sobre Cuba, no importa su signo ideológico, goza de esa prerrogativa, reflejo de opiniones y preferencias soberanas, aunque no siempre de dominio y análisis fundamentado sobre el complejo proceso político cubano.

Como tengo la impresión de que Almeyra, a pesar de las citas indicadas arriba, se propone a veces argumentar en defensa de Cuba y su socialismo, agradezco la oportunidad de aclararlo al autor y sobre todo a los lectores, en un ánimo fraterno, y como diría Inodoro Pereyra (el renegau) a su fiel Mendieta, «para evitar entreveros.»

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.