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Sobre la OEA y el indulto a terroristas en Panamá

Para la leche que da la vaca que se la tome el ternero

Fuentes: Cádiz Rebelde

Eso cantaba el bueno (el maravilloso) de Carlos Puebla allá por el 62, poquito tiempo después de que la OEA (es cosa de risa…) en su reunión del 31 de enero de ese mismo año en Punta del Este, Uruguay, aprobara entre otras, estas resoluciones: 1) Que la adhesión de cualquier miembro de la Organización […]

Eso cantaba el bueno (el maravilloso) de Carlos Puebla allá por el 62, poquito tiempo después de que la OEA (es cosa de risa…) en su reunión del 31 de enero de ese mismo año en Punta del Este, Uruguay, aprobara entre otras, estas resoluciones:

1) Que la adhesión de cualquier miembro de la Organización de los Estados Americanos al marxismo-leninismo es incompatible con el Sistema Interamericano y el alineamiento de tal Gobierno con el bloque comunista quebranta la unidad y solidaridad del hemisferio.

2) Que el actual Gobierno de Cuba, que oficialmente se ha identificado como un Gobierno marxista-leninista es incompatible con los principios y propósitos del Sistema Interamericano.

3) Que esta incompatibilidad excluye al actual Gobierno de Cuba de su participación el Sistema Interamericano.

Y sus motivos tenía el genial trovero, pues a la OEA desde sus inicios en 1948 hasta la famosa resolución, ya le había dado tiempo de reconocer el golpe de Stroessner en Paraguay, de avalar la invasión que mercenarios de la CIA realizaron en Guatemala para «forzar la renuncia» de Jacobo Arbenz en el 54, y de prestar apoyo a la administración norteamericana en su vergonzoso episodio de Playa Girón en el 61, entre otras lindezas.

La verdad es que el papel de un país como Cuba en organismos transnacionales como la OEA tiene mucho de interesante, no sólo por el valor en sí mismo de posicionamientos independientes, imaginativos y revolucionarios, sino también por lo de ejemplo que supone para otras políticas erráticas o decididamente dependientes del gran tirano del norte.

A pesar de todo como dice la canción, para la leche que da la vaca, para lo que suponía el llamado «Sistema Interamericano» de aplastamiento de cualquier iniciativa que no cuadrara con el esquema de «patio trasero» de los norteamericanos, para eso, que se la tome el ternero, que sigan sin Cuba.

Y de hecho han seguido.

Sin Cuba la OEA se sigue cubriendo de gloria.

En los sesenta, siempre compinchada con los imperialistas y sus marines, tiene que sufrir la vergüenza, la ignominia de colaborar con la invasión de la República Dominicana (65) de sofocar la marea popular que desde la calle sacó pecho ante los tanques.

En los setenta mira para otro lado en Chile y no ve el asesinato de Allende, mira para otro lado en Argentina, en Uruguay. Consiente la Operación Cóndor.

En los ochenta se suma al asedio nicaragüense, colabora con los «luchadores de la libertad» del pistolero-bufón Reagan. Casi forma parte de la «guerra de baja intensidad» que el pentágono diseña para acabar con la lucha popular revolucionaria de Centroamérica. Se invade Panamá.

En los noventa le toca el turno a Haití, y se ceba con Venezuela, no con la de la corrupción del puntofijismo, no con la del saqueo de uno de los países más ricos del continente, con esa no, con la Bolivariana.

Y dice también Carlos Puebla que la OEA era cosa de risa, la verdad es que razón no le falta. El llamado «Sistema Interamericano» del que fue excluido Cuba durante los últimos 42 años ( y del que sólo hemos referencia a algunos de sus máximos «logros») , por el mero hecho de hacer pública una posición política de gobierno totalmente libre y legítima, por alienarse con los países que estratégicamente más le interesaban, la verdad que un poco de risa sí que da.

Ahora, en agosto de 2004, Brasil se ha marcado una pirueta diplomática y ha intentado integrar a Cuba en el «Grupo de Río», grupo que bajo los auspicios de la OEA nace en el 86 como un G- 8 latinoamericano formado por Argentina, Brasil, Colombia, México, Panamá, Perú, Uruguay y Venezuela. Hoy lo forman 19 países.

Si los EEUU echaron a Cuba de la OEA, difícilmente iban a aceptar una propuesta de integrarla en algo que nace bajo su paraguas y con la sempiterna coletilla de favorecer la «integración regional de América Latina y el Caribe».

Cuba en un organismo de integración duele. Y no sólo duele, también asusta. Bastante estarán sufriendo con la presencia de la nueva Venezuela Bolivariana como para aceptar así, porque Brasil quiere mostrar de alguna forma su lado izquierdista, la dignidad «impertinente» frente a políticas bastardas que Cuba tiene a mucha honra el valor de defender.

La cosa no podía salir y no salió. El Ministro brasileño de Exteriores reconoció que no hubo consenso, que se trataba de un «tema sensible», y que serán necesarias nuevas consultas. Otra pirueta diplomática para decir que el voto sigue estando amarrado por Washington y que el Grupo de Río, por mucho que diga que entre sus prioridades está la lucha por la democracia desde el desarrollo económico y social, tiene su independencia, su autogestión (o al menos la de la mayoría de sus miembros) metida en un cajón y con la llave muy, pero que muy al norte.

No ha pasado de moda. Podríamos seguir cantando a coro con Carlos Puebla y sus tradicionales aquello de que …para la leche que da la vaca que se tome el ternero.

Para colmo de OEA y de Grupo de Río, un miembro de hecho de ambos organismos, Panamá, bajo el alucinante mandato, ya en ciernes, de la ínclita conservadora Mireya Moscoso, en sus últimos seis días de gobierno, indulta por «motivos humanitarios» a la panda del asesino a sueldo de la CIA Luis Posada Carriles (él mismo y Pedro Crispín, Gaspar Jiménez y Guillermo Sampoll),veterano del fallido intento de invasión de bahía de cochinos, además implicado (y mucho más) en la voladura de un avión cubano con 72 pasajeros en el 76 y pillados «in fraganti» intentando asesinar a Castro durante la Cumbre Iberoamericana del año 2000 (cumbre de la que no han podido expulsar «todavía» a Cuba, aunque no desisten en los intentos).

De indultos humanitarios como este está llenito el pedigrí de la OEA.

Lo dicho, para la leche que da la vaca……