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Para que «Andar Teatro» vuelva a andar

Fuentes: Rebelión

Roberto Albellar Hernández es un actor sagaz y estudioso, genuino investigador artístico, titiritero, teatrero ingenioso; hombre del Teatro -con mayúscula-, con experiencia radial, televisiva y cinematográfica. Roberto nos ha incorporado al más actual universo audiovisual cubano, una nueva imagen del Héroe Nacional José Martí Pérez (1853-1895). Hasta hace pocos días era el director del Grupo […]

Roberto Albellar Hernández es un actor sagaz y estudioso, genuino investigador artístico, titiritero, teatrero ingenioso; hombre del Teatro -con mayúscula-, con experiencia radial, televisiva y cinematográfica. Roberto nos ha incorporado al más actual universo audiovisual cubano, una nueva imagen del Héroe Nacional José Martí Pérez (1853-1895). Hasta hace pocos días era el director del Grupo Andar Teatro, de la dirección de Cultura en San José de las Lajas, municipio cabecera de la provincia Mayabeque. Hoy este actor-director y sus otros dos colegas de plantilla, están sin contrato laboral [1] . La notable labor artística, educacional y promocional que desarrollaban se ha paralizado, y sus energías y talentos se emplean en la urgencia de recurrir a los órganos de justicia laboral, y en el reclamo justo de que el Sindicato de la Cultura, ocupe el papel que le corresponde en la defensa de sus derechos, el esclarecimiento y solución de lo ocurrido.

Pienso que la disolución de un grupo de teatro en nuestro país, y la pérdida abrupta del trabajo para sus integrantes -sean uno o cien los desempleados-, resulta por su naturaleza, un acontecimiento cuyo esclarecimiento nos interesa y atañe a todas y todos. En tanto la Historia es disciplina y herencia para no desdeñar, y también instrumento de evaluación y pronóstico del presente, la Historia de vida de Roberto Albellar Hernández, y el camino de la reconstrucción histórica de los acontecimientos, bien puede ser una contribución, al pensar colectivo, y sobre todo a la evaluación de causas, consecuencias y soluciones.

La paradoja de un homenaje

El pasado 19 de julio, en el acto por el Día del Historiador, la Unión Nacional de Historiadores de Cuba (UNHIC) en la capital, reconoció el aporte de Roberto Albellar Hernández. El acuerdo del Comité Ejecutivo de los historiadores en La Habana, significaba la opinión unánime de los asistentes al Congreso Provincial de Historia, sobre la calidad y el impacto cultural e ideológico del trabajo del actor en su caracterización de José Martí. Dábamos nuestro homenaje al artista que millones de cubanos y cubanas descubrimos en el serial Duaba: La Odisea del Honor, obra de excelencia que nos regaló la Televisión Cubana el pasado año, y expresábamos la opinión de centenares de niños y niñas, jóvenes, maestros y maestras, combatientes y pueblo habanero, que en estos meses han disfrutado del Martí de Albellar Hernández, quien ha actuado en escuelas, institutos, universidades, unidades militares y fábricas del territorio.

Albellar Hernández con modestia y justicia, nos había explicado que la interpretación de Martí, era más que su hacer personal, una obra colectiva. Agradecía a quienes le hicieron llegar al personaje, tanto en el orden artístico como en lo que al conocimiento histórico se refería. Sobre todo explicó con pasión, el trabajo hermoso y profesional de sus colegas y colaboradores del Grupo Andar Teatro, y cómo nació y se fertilizó la obra: «Café con el Maestro», con textos del Apóstol, que interpretaba en sus presentaciones. Y en atención a tal labor, también acordamos en la UNHIC habanera, reconocer el trabajo colectivo del Grupo Andar Teatro, en particular la puesta de la mencionada obra.

La mañana feliz del Día del Historiador, no lo fue más cuando uno de los jóvenes que acompañaban a Albellar Hernández luego de agradecernos, nos informó que el Grupo Andar Teatro había sido desactivado. Al preguntarle, el propio actor-director confirmó que la Dirección Municipal de Cultura, le había cerrado el contrato, y hoy por hoy estaba sin trabajo.

El artista

Albellar Hernández (1963) es un genuino producto del pueblo en Revolución, creció como artista en el seno del movimiento de aficionado en las Fuerzas Armadas Revolucionarias. Desde su primer premio a los 17 años, en el Tercer Festival de Artistas Aficionados de la Empresa Militar Industrial «Liberación», el talento de este hijo de campesinos pobres de San José de las Lajas, se multiplicó con un sostenido crecer de esfuerzos y estudios. En el 2003 la Asociación de Jóvenes Creadores «Hermanos Saiz», le otorgó su beca de Reconocimiento y Protección al Talento Artístico, y tres años después el obrero-actor decidió dedicarse definitivamente a la labor artística, para entonces ya había comenzado a incursionar en la dirección teatral. Graduado de actuación del nivel medio superior de la educación profesional, por sus resultados actorales y constante autosuperación -ha sido alumno de Mayra Navarro, Eva Piwowarski y Nelson Dorr-, la comisión de expertos del Consejo Nacional de las Artes Escénicas de Cuba, le otorgó el primer nivel profesional.

De sostenida vocación pedagógica, además de su trabajo actoral, Albellar Hernández realiza una activa labor promoviendo la educación artística en su terruño. Así ha organizado talleres de actuación para niños y jóvenes, y alrededor de su proyecto se ha nucleado un grupo de talentosos y entusiastas jóvenes.

La caracterización de Martí

Sobre el trabajo de concepción y proyección dramatúrgica del José Martí que interpreta Roberto Albellar Hernández , el asesor del Grupo Alfredo Troche Valdés -hoy en misión de colaboración cultural en la República Bolivariana de Venezuela- afirma: «Porque José Martí, es propiedad intelectual de todos los cubanos. Cada quien lo imagina en la perfecta soledad de su conciencia. Entonces, el reto de esta interpretación martiana solo encuentra equivalente en la efusión del drama ateniense: mitos conocidos, personajes simbólicos, héroes populares en el imaginario colectivo. Héroes que sufren, mueren y se desgarran en la escena; sin menoscabo de su areté , de su excelencia épica; de su cualidad simbólica« [2] .

En el documento oficial de evaluación profesional de Albellar Hernández en mayo del 2013 se lee: «El actor, entrega un Martí de carne y sangre; en el acto trascendente de la acción y del discurso. No, desde la comodidad interpretativa de la ficción martiana: su obra poética, narrativa o dramatúrgica sino desde la difícil perspectiva de su corporeidad. Un ejercicio de actuación trascendental que vivifica el gesto y nos prodiga su vigencia inacabable. Actuar a Martí es un reto; no únicamente del oficio que Albellar ratifica magistralmente en este proceso. Ni siquiera de conocimiento o dominio teóricos que están aquí embebidos en la praxis. Hay un sortilegio ético que ciñe al actor y una dimensión épica que compulsa al equipo de creación» [3] .

Andar Teatro

Junto a la joven actriz; Yudelis Flores Díaz (1986) [4] , y con la incorporación de Alfredo Troche Valdés (1967); dramaturgo e investigador, con experiencia en varias agrupaciones teatrales, Albellar se propuso impulsar la creación de una agrupación que rescatara y recreara las virtudes del teatro popular y revolucionario en el Este de la ya «antigua» provincia de La Habana, con centro en su pueblo natal. Así nació el Grupo Andar Teatro. La sede del Grupo sería la propia casa de Roberto, devenido en director del pequeño colectivo.

En enero de 2010, el Consejo Nacional de Artes Escénicas les otorgó al grupo la Beca de Creación: Rolando Ferrer, lo que les permitió comenzar el montaje de la obra «Zapatero Remendón», vinculados al Consejo Provincial de Artes Escénicas de la Habana. Esta primera puesta la disfrutamos también en la capital, durante las t emporadas teatrales del Hubert de Blanck en el 2010 y el 2011. «Un Hombre Solo» obra estrenada en diciembre del 2010 en la Casa del Joven Creador de San José de las Lajas, es la puesta que a juicio de los fundadores del nuevo proyecto teatral, les abrió el diapasón cultural de su propuesta estética. Para ello fue muy importante el acompañamiento de intelectuales y artistas lajeros, de representantes de la crítica especializada nacional, y sobre todo de un heterogéneo grupo de espectadores del territorio, y su manifiesto interés por dialogar con una experiencia teatral que se arraigaba en el substrato cultural de la región histórica que define a Mayabeque.

Para Alfredo Troche Valdés «el 2011 nos produjo un enriquecimiento de la experiencia artística, crítico-analítica e investigativa de los integrantes del grupo. Así como la ampliación del repertorio del grupo por nuevas propuestas escénicas. Evidenciándose la activación de nuevos espacios de reflexión sobre el teatro mediante la multiplicaciones de acciones de taller para jóvenes y la realización de actividades académicas. Decir esto, nos afirma en la creencia del teatro como arma social; que -antes de cambiar al público al cual se dirige-debe comenzar modificando el «ser» y «el hacer» de los artistas que lo practican« [5] .

En el 2012 en la propia sede-casa de Roberto se realizaron dos temporadas teatrales con la obra «Un Hombre Solo», y se profundizó en la propuesta comunitaria del Grupo. En mayo «Un Hombre Solo» va a la conocida sala «El Sótano» de nuestra capital, por invitación de la compañía «Rita Montaner». El año 2013 marcó un crecimiento en la labor del Grupo , con la participación en numerosas actividades de promoción cultural y en el Festival provincial Mayabeque teatral, mientras que l a obra «Café con el Maestro» les llevó hasta las provincias de Guantánamo y Granma.

¿Teatro del absurdo?

Luego de su trabajo en el serial televisivo Duaba, lo Odisea del Honor, el 2014 se inició con más requerimientos y presentaciones para Roberto y su colectivo, y el cuarto año de existencia de la agrupación teatral parecía perfilarse también como año de reconocimientos. No solo la UNHIC, los ha distinguido. Antes l o hizo la Agencia Artística de las Artes Escénicas en el 35 Aniversario de su fundación. Y por la labor patriótica realizada en el serial, las Fuerzas Armadas Revolucionarias condecoraron a Roberto Albellar Hernández con la Medalla de Destacado en la Preparación para la Defensa. Y junto a los laureles, sin dudas llegó en abril un hecho de arte mayor, cuando Yasser Lezcano Hernández (1970) inauguró en el Memorial José Martí -en estos días se puede apreciar en el Museo de la Revolución (antiguo Palacio Presidencial)-, su exposición personal de foto cerámica «Dicha Grande» dedicada al Héroe Nacional, donde el lente del fotógrafo llega a la vitalidad y cercanía del Martí a través del personaje que encarna Albellar Hernández.

La  sumatoria de todas las buenas noticias, que se acumulaban para Albellar Hernández y Andar Teatro en los primeros meses del 2014, tendrían un inesperado y dramático desenlace: La desactivación del grupo en junio, produjo un punto de llegada de lo absurdo, visto no en un drama de Samuel Beckett, Eugéne Ionesco o Fernando Arrabal, sino de forma palpable en la vida única y real del artista, sus compañeros, colaboradores y familiares.

La acusación de imitador

Bajo el título Imitadores del ser y de la nada, Enrique Ubieta Gómez, director y articulista de la revista La Calle del Medio, publicó en julio del 2013, una crítica a los imitadores de artistas y figuras famosas, donde resaltaba la banalidad de tales poses. En este contexto de criticidad, refiriéndose a la caracterización de Albellar Hernández sobre Martí, expresó:

«Durante el re­cién finalizado Congreso de los periodistas, apareció José Martí. Allí estaba, sin dudas, en el espíritu de las discusiones. Pe­ro digo que de repente llegó, fí­sicamente. Era un actor que lo   representaba, me dijeron, pero el rostro era muy parecido. Después lo vi en el restaurante, sin el traje de época, y seguía siendo Martí en camisa de mangas cortas. No pretendo juzgar a los imitadores de gran­des personajes. Nos hacen re­cordar a los mejores hombres y mujeres del pasado. Pero «ser como» es mucho menos, y mu­cho más. Prefiero a quienes no   se parecen y son, pese a todo, los más parecidos. [6]«

Ninguno de los compañeros que invitaron a Roberto a que actuara en el Congreso de la UPEC, se sintió aludido por lo que se decía en el artículo. Tampoco quienes le aplaudieron ese día en el Palacio de Convenciones de La Habana, ni colega alguno del gremio teatral, se animaron a explicar por la prensa la diferencia entre un actor y un imitador. Solo una bella joven de 17 años, consideró su deber hacerle llegar a la redacción de la revista una carta con sus discrepancias. Sin dudas se trataba de alguien que conocía en profundidad al actor, y sobre todo al hombre. A Tania Albellar Rodríguez le dolía el maltrato a su padre y maestro. Ella sabía sobre todo, que el artista y militante comunista Roberto Albellar Hernández «se parece» y «es».

El conflicto administrativo

Al crearse la nueva provincia de Mayabeque, el experimento de estructura gubernamental que allí se aplica, incluyó la desaparición del Consejo Provincial de Artes Escénicas y la subordinación administrativa de las agrupaciones artísticas profesionales a las direcciones municipales de cultura. En criterio de los miembros del Grupo Andar Teatro, la experiencia de atención municipal no transitó por los mejores canales. Alfredo Troche Valdés escribía al finalizar el 2012:

«No es el momento, ni la intención de este documento hacer un inventario de los desaguisados y desaciertos compendiado por la Dirección Municipal de Cultura de San José de la Lajas en su tratamiento y relación con el grupo. Para los propósitos de nuestro artículo basta saber que aún hoy (diciembre 2012) no han logrado articular una política presupuestaria que garantice la producción, desarrollo y consolidación de las acciones culturales que una agrupación como la nuestra puede acometer y -efectivamente- realiza. De manera concomitante, esto les ha impedido gestionar y desarrollar una estrategia realista de programación, promoción y divulgación pública que potencie orgánicamente nuestras posibilidades, generalizando sus resultados [7].

En abril del 2013 a Andar Teatro se le otorgó la sala de video de la Micro en San José de las Lajas como sede teatral, espacio que decidió nombrar Sala Teatral José Martí, pero de inmediato se produjeron desencuentros por la utilización del local. El 9 de Septiembre del 2013, en carta a la presidenta del Poder Popular en la provincia, Albellar Hernández protesta la situación creada y afirma: » Nos retiraremos hoy de dicho local; algunas de las cosas personales del grupo Andar Teatro han sido dañadas « [8] .

En el 2013, el documento evaluativo del proyecto asume tres debilidades:

  • Dificultades con el acceso total a las partidas presupuestarias que componen el presupuesto anual (aprobado) del grupo.

  • No se ha podido incrementar la plantilla artística del grupo con el personal artístico profesional necesario por demoras en el completamiento de la plantilla.

  • Aún continuamos autogestionando el aseguramiento de la programación del grupo por los repetidos incumplimientos (transportación, aseguramiento y audio) de la dirección Municipal de Cultura [9] .

Disolución del Grupo Andar Teatro

A principios de noviembre de 2013, con el objetivo de evaluar las propuestas artísticas y el desempeño de cada grupo en relación con su proyecto artístico y su proyección en el territorio, la Dirección Municipal de Cultura fue objeto de una visita programada por el departamento de Desarrollo Artístico del Consejo Nacional de las Artes Escénicas. Seis meses después, en mayo del 2014 se recibió en el municipio lajero el dictamen de la visita donde se concluyó que, el grupo Andar Teatro presentaba «particularidades incompatibles con el objeto social principal de los grupos pertenecientes al catálogo del Consejo Nacional de las Artes Escénicas. Que insiste en promover y facilitar acciones de alto valor profesional» [10].

El día 23 del propio mes de mayo, las autoridades del gobierno de San José de las Lajas y de la dirección provincial de Cultura, con la participación de un representante del Sindicato de la Cultura, en posesión del criterio del Consejo Nacional de las Artes Escénicas, y tras una evaluación en la que se añadieron varios elementos acusatorios más en el orden del conflicto administrativo y funcional que se venía acumulando, decidieron disolver el Grupo de Andar Teatro y determinaron cancelar los contratos de los tres integrantes del colectivo. La Dirección Municipal de Cultura informó que para tal acción estaba amparada en la Resolución Conjunta no.01 /de 2013 del Ministerio de Cultura (MINCULT) y el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), que establece el reglamento para el sistema de relaciones de trabajo de los trabajadores pertenecientes a la rama artística.

No basta el arte

El debate de ideas debe ser una condición superior de nuestra sociedad, que no se puede dejar «solo» a los periodistas. La carta de Tania Albellar Rodríguez debió recibir un mayor apoyo, y Andar Teatro exigir su derecho a que la misiva se publicara en La Calle del Medio, y en otros medios, por muchas razones, y la primera por ser la hija del artista aludido. Esa carta es testimonio de amor, principios, altura ética y cultura, y en tanto retrata para quienes no lo conocen, la obra de arte mayor que ha «producido» la familia de Roberto Albellar Hernández y Olga Lidia Rodríguez López.

Albellar Hernández, sus colegas y quienes conocían la seria labor del actor y su Grupo, en la investigación y construcción dramática del personaje de José Martí, debieron reaccionar en los medios. El silencio frente a una opinión desacertada en la prensa, le otorga certeza, credibilidad y masifica el error.

El saber que es inmanente al arte, dota al artista de la posibilidad de entender el movimiento histórico, de comprender a sus contemporáneos y a sí mismo, pero no siempre somos capaces de aprovechar esta fortaleza para conocer y conocernos, aprehender la realidad y transformarla. Los creadores deben aprender a actuar en las circunstancias políticas de un país donde «son» poder constitucional, pero no necesariamente «tienen» el poder real en la inmediatez de las estructuras y decisiones operativas de una instancia nacional, gobierno provincial o local.

Nunca se puede romper el diálogo como ágora educativa. Y el movimiento intelectual debe ser inclusivo en la labor formativa y cultural de los cuadros y funcionarios, en la educación y sustentación de la dignidad y trascendencia del arte, y en tanto en la prioridad de su aseguramiento material y político. El cambio de mentalidad que solicita la dirección de la Revolución, pasa por esta contribución que solo pueden hacer los creadores del arte y la ciencia.

Esta Revolución posee una praxis de ética, justicia y dignificación humana, que se concreta en procedimientos políticos, normas e instrumentos legales, que hay que conocer y hacer cumplir. La labor pedagógica que refiero se realiza y continúa, al exigir la aplicación de los derechos conquistados, en cada lugar y frente a los hechos concretos. Al asumir nuestra ciudadanía propositivamente, y ser en consecuencia, contraparte efectiva del poder que a nombre del pueblo ejercen funcionarios y directivos. La dirección de la Revolución precisa además, que les ayudemos a determinar qué compañeros no pueden ser sujetos de dirección en estos tiempos. Debemos aprender a cumplir estas tareas «de poder» y «gobierno desde abajo», cada día mejor. No basta el arte, hay que hacer política, política revolucionaria.

Culpas y culpables

El experimento que se desarrolla en las nuevas provincias de Artemisa y Mayabeque ya ha probado suficientemente que se puede gobernar con vitalidad, resultados y estructuras más compactas. Ello es un camino importante para desburocratizar los gobiernos provinciales y locales, por la vía de la reducción de plantillas y la descentralización-centralización de unas y otra funciones. Pero en actividades tan especializadas como el teatro, es necesario pensar en cómo desarrollar un sistema de atención más ajustado a la especificidad de la gestión cultural.

El país se organiza mejor, precisa de planificación, y la producción cultural no puede estar ajena a tal requerimiento, pero tanto los decisores como los administradores del sector creativo, deben considerar las peculiaridades del sector y sus trabajadores. El proceso de la creación intelectual y la maduración de un colectivo artístico, se abren a un conjunto de circunstancias personológicas e histórico concretas, cuya complejidad y casualidad nunca podrán «planificarse» exhaustivamente. Habrá que evaluar hasta donde lo propiamente «administrativo» de un municipio, puede rectorar la vida profesional y la labor cultura de un artista y de un colectivo que se le subordine.

Muy bien que el Consejo Nacional de las Artes Escénicas otorgue una beca de creación, y promueva la fundación de un nuevo grupo de teatro en una provincia, pero esta acción inicial de muy poco significa, si cuatro años después, por los resultados de una inspección -insisto, una sola visita de evaluación, un solo día, en 20 minutos- ese mismo Consejo determina seis meses después de la observación realizada, que el proyecto premiado y financiado carece de valía para estar en su Catálogo. ¿Y qué se hizo antes y durante, para acompañar y trabajar por el éxito del proyecto y promover y facilitar acciones de alto valor profesional ? ¿Y quién revisó y certificó la calidad de las obras presentadas en los 48 meses de existencia del Grupo? ¿Y quién revisó y certificó la pertinencia de las evaluaciones anuales? ¿El éxito reiterado de sus puestas con los públicos de Mayabeque, de la capital y las provincias orientales, fue obra del azar? ¿No tenían derecho Roberto Albellar Hernández y sus colegas a que en el propio acto de inspección de noviembre, se les fundamentara profesionalmente la gravedad de los errores que se sustenta el dictamen del Consejo Nacional de las Artes Escénicas? ¿Por qué no se dieron a conocer en tiempo y forma las conclusiones de la vista? ¿Por qué en seis meses de prolongado análisis en el seno del Consejo Nacional de las Artes Escénicas, nunca Roberto Albellar Hernández y sus colegas fueron citados para una entrevista o interpelación? ¿A dónde conduce tanto no hacer, tanta falta de transparencia?

La drástica decisión de disolver el Grupo Andar Teatro es demasiado fácil. Niega lo que la propia provincia de Mayabeque hace a diario, para llevar adelante el experimento de gestión que el país ha puesto en sus manos: ¿Qué ejercicio de análisis desde el gobierno se realizó con el Consejo Nacional de las Artes Escénicas? ¿Qué análisis desde el gobierno se realizó con el colectivo teatral? ¿Se tuvieron en cuenta las protecciones legales que establece la Ley a favor de los trabajadores? ¿Qué papel jugó el Sindicato de la Cultura?… ¿Mayabeque puede prescindir de sus artistas? ¿Qué va a hacer San José para no perder el entusiasta colectivo de jóvenes talentos que se ha nucleado alrededor del liderazgo cultural de Albellar Hernández y Andar Teatro?… Estas y otras interrogantes pudieran intentar responderse, no para buscar culpas y culpables, sino para encontrar las vías de salvar el arte, y consolidar el espacio de ideología y cultura revolucionaria creado por Roberto Albellar Hernández , sus colegas y colaboradores.

La Revolución Cubana ya hace muchos años, superó el tiempo en que a espaldas de la dirección que lideraba la colosal batalla contra el imperio, dentro y fuera del país, mientras millones de cubanos y cubanas crecíamos como sujetos de emancipación en dedicación perenne a las tareas del estudio, la producción y la defensa, en el sector cultural se producían negaciones absurdas de la ética, la libertad y legalidad, actos sazonados con el peor dogmatismo de ultraizquierda. Trabajo ha costado desterrar de la dirección y gerencia de la cultura en el país, el burocratismo, las decisiones y «cocinados» de cúpula, el mandonismo, el doctrinarismo y la intolerancia, la incultura; y no podemos permitirnos el más mínimo retroceso.

Robertico: La opinión de un coterráneo

En una carta pública a raíz de conocerse la cancelación de su contrato por los funcionarios de la dirección municipal de Cultura, el lajero Rafael Martínez Salazar, hizo un retrato que me permito citar en extensión:

«Si usted pregunta en San José de las Lajas, su pueblo natal, por Roberto Albellar Hernández, posiblemente nadie, o casi nadie lo reconozca. Pero si usted lo asocia con el negrito, el teatrero, Martí, o el grupo «Andar Teatro» que involucra a toda su familia más que a instituciones representativas, entonces, inexorablemente le hablaran de Robertico; con más de veinte años haciendo teatro, con, o la mayoría de las veces sin, «Recursos.»

Yo Rafael Martínez Salazar, que fui director de Cultura Municipal en pleno periodo especial; y aunque parezca una «panfilada», despertando de un gran sueño, recuerdo a Roberto: Matul al hombro, pasando los avatares y penumbras; con el estómago vacío pegado al espinazo, pero sin desmayar; haciendo teatro, llevando la risa, dando alegría; allí, al rodeo, cuando lo poco y mucho que podíamos darle a los niños era amor para ver su risa espontanea, sincera; junto a Teresita Fernández, Liuva María, con Ivett, y otros; convocado y convocando.

Me pregunto: ¿A quién? y/o ¿por qué? Hay alguien a quien le moleste que siga Roberto acercando el teatro necesario y urgente, hoy y siempre al hombre. Roberto, enseña, transmite, porque no le quepa dudas: Es un Revolucionario con Mayúscula, de esos que, siguen apegados a la modestia y los valores, aferrados a su salario y enarbolando un lema siglo XX ̶ que parece de ET ̶ «Vergüenza contra dinero». Conozco su trabajo en escuelas, circunscripciones, centros de trabajo, asentamiento, calles y patio.

El miércoles 4 de junio, recién leí en Juventud Rebelde » Rigo Ferrera lleva la risa al barrio», y me alegré, porque eso es, lo que Roberto ha hecho siempre [11].

Notas

[1] La decisión de cerrarle la contrata al asesor del Grupo Alfredo Troche Valdés fue rectificada posteriormente en atención a la protección laboral que tienen los trabajadores que están en misión de colaboración internacionalista.

[2] Alfredo Troche Valdés: Andar con el maestro. un viaje que comienza, San José de las Lajas, s/f, inédito.

[3] Modelo EA2: Valoración sistemática de los resultados de trabajo, mayo del 2013 . Archivo personal de Roberto Albellar Hernández.

[4] Flores Díaz en la actualidad labora en otro proyecto.

[5] Alfredo Troche Valdés: Andar Teatro. Hacer y deber ser de una utopía teatral , San José de las Lajas, diciembre del 2012, documento inédito.

[6] Enrique Ubieta Gómez; Imitadores del ser y de la nada, La Calle del Medio, La Habana, No. 63, julio del 2013.

[7] Alfredo Troche Valdés: Andar Teatro. Hacer y deber ser de una utopía teatral , Ob. cit.

[8] Roberto Albellar Hernández: Carta a Tamara Balido presidenta del Poder en Mayabeque, 9 de septiembre del 203. Archivo personal de Roberto Albellar Hernández

[9] Roberto Albellar Hernández: Proyecto de trabajo del Grupo Andar Teatro para el año 2013, documento. Archivo personal de Roberto Albellar Hernández .

[10] Dirección de Cultura de CAM San José de las Lajas, 23 de mayo del 2014, documento. Archivo personal de Roberto Albellar Hernández.

[11] Rafael Martínez Salazar. Carta Pública, San José de las Lajas, junio del 2014.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.