Acaba de publicar un libro nuevo sobre el tratamiento que le dan los medios de comunicación a Cuba, ¿Qué es lo que los medios ocultan de la realidad cubana? Los medios tergiversan completamente la realidad de este pequeño país y lo presentan como la antecámara del infierno basándose sobre todo en prejuicios y en la […]
Acaba de publicar un libro nuevo sobre el tratamiento que le dan los medios de comunicación a Cuba, ¿Qué es lo que los medios ocultan de la realidad cubana?
Los medios tergiversan completamente la realidad de este pequeño país y lo presentan como la antecámara del infierno basándose sobre todo en prejuicios y en la retórica. Nunca hacen estudios comparativos ni dan la palabra a los que tienen una opinión diferente sobre este tema. Tomemos el ejemplo por excelencia: los derechos humanos. Los medios estigmatizan muy a menudo la situación de los derechos humanos en Cuba. En cambio nunca hacen un estudio comparativo, aunque sólo basta con tomar los informes anuales de Amnistía Internacional y compararlos. Yo lo hago en el libro y el resultado es edificante, de todo el continente americano, desde Canadá hasta Argentina, el país que viola menos los derechos es Cuba según Amnistía Internacional. Ahora, ello no quiere decir que Cuba es el paraíso. Existen en la isla algunas violaciones de los derechos humanos.
Pero además creo que los medios ocultan minuciosamente el contexto geopolítico en el que se encuentra Cuba y no dicen ni una palabra sobre la constante agresión política, económica, diplomática y mediática de Washington contra Cuba, por eso los medios cometen una grave violación a la deontología periodística cuando tratan de la realidad cubana.
Hay que salir de la visión maniqueísta: Cuba no es «Alicia en el pueblo de maravillas» ni «el infierno de Dante» y es eso lo que trato de hacer en el libro.
¿Y porqué Cuba genera tanta tergiversación en los medios?
Por la única razón que Cuba ha rechazado el capitalismo de empresa privada y ha decidido ubicar al ser humano en el centro de su proyecto de sociedad y no la ganancia. Ello es un pecado imperdonable para los grandes grupos económicos y financieros que controlan la inmensa mayoría de los medios privados. Como ves, nada que ver con la democracia o los derechos humanos.
¿El mantenimiento del bloqueo contra Cuba necesita de esta cobertura mediática?
Durante 30 años, la retórica diplomática de Estados Unidos para justificar el estado de sitio económico contra Cuba presentó la alianza con el monstruo soviético como el principal obstáculo para normalizar las relaciones con La Habana. Desde luego, esa afirmación carece de fundamento histórico pues la hostilidad hacia el gobierno revolucionario comenzó antes de la reanudación de las relaciones con la URSS en mayo de 1960 y cuando se desmoronó el bloque soviético y desapareció la amenaza roja en 1991, en vez de normalizar las relaciones, EE UU aumentó las sanciones con la Ley Torricelli en 1992, la Helms-Burton en 1996, el Primer Plan de Bush en 2004 y el Segundo Plan en 2006. Sólo cambió la retórica, ahora ya no es la amenaza soviética lo que impide un modus vivendi sino la «inaceptable situación de los derechos humanos».
Como si EE UU o la Unión Europea tuvieran autoridad moral para darles lecciones sobre los derechos humanos a los cubanos.
La obra incluye un prólogo de Nelson Mandela
Nelson Mandela, gran amigo de Fidel Castro, aunque los medios no quieran que se sepa, me hizo el inmenso honor de integrar una reflexión suya a mi libro sobre el papel fundamental de Cuba en la liberación de los pueblos de África. Explica también por qué el primer país que visitó después de su liberación no fue un vecino africano, Estados Unidos o Europa sino Cuba. Desde aquí le expreso mi infinita deuda de gratitud.
Usted suele publicar artículos, libros o participar en debates públicos, pero apenas aparece en programas de televisión, ¿por qué?
Primero porque me invitan muy pocas veces y cuando lo hacen me imponen condiciones inaceptables, como por ejemplo debatir contra varios opositores a la misma vez, luego porque la televisión es un medio de comunicación peculiar y poco propicio al debate profundo por una razón sencilla, el tiempo de televisión es un tiempo muy corto, muy breve, sólo adaptado a los pensamientos convencionales. Por ejemplo, si digo en la televisión que Cuba es una dictadura, es un mensaje que se difunde sin ningún problema, no hace falta ninguna explicación, es como si dijera que la tierra fuera redonda, es una evidencia. En cambio, si digo que el hecho de considerar a Cuba como una dictadura es transmitir una imagen caricatural, es imprescindible que explique mi punto de vista y para ello hace falta tiempo. Y ese tiempo, la televisión no te lo da.
¿Como ve el fenómeno opositor de los blogueros?
Lo primero desde mi punto de vista personal nada ni nadie debería impedir a los blogueros cubanos que expresaran sus ideas y opiniones sin medio a represalias, porque tienen todo el derecho de criticar duramente a las autoridades de La Habana. Ahora bien, es evidente que hay poderosos intereses opuestos al proceso revolucionario que se esconden detrás de esta cortina de humo que se llama la «ciberdisidencia cubana», simbolizada por Yoani Sánchez.
En una palabra, si me pidieran que firmara una petición defendiendo el derecho de Yoani a criticar al gobierno cubano, la firmaría sin ningún problema, en cambio si me solicitaran para que firmara un documento diciendo que Yoani es una simple bloguera cuyo objetivo es denunciar las aberraciones y las contradicciones de un sistema, no lo haría porque no es verdad.
La contradicción que hay entre medios de comunicación y poder es cada vez mayor pero en cambio lo que es cada vez más llamativo la ausencia de una fuerte crítica a ello en los países occidentales
El problema fundamental de los grandes medios de comunicación es que no disponen de un contrapoder poderoso, aunque la prensa alternativa en Internet desempeña un papel extraordinario para denunciar las derivas de las transnacionales de la información.