La verdad no se mide por la suma de ciento o miles de personas que claman por su presencia. Mientras persista la injusticia en este «tarado» planeta, la solidaridad ha de ser la palabra, el gesto y la acción que ha de inundarla. La defensa por la verdad y la justicia, fue lo que se […]
La verdad no se mide por la suma de ciento o miles de personas que claman por su presencia. Mientras persista la injusticia en este «tarado» planeta, la solidaridad ha de ser la palabra, el gesto y la acción que ha de inundarla.
La defensa por la verdad y la justicia, fue lo que se oyó anoche en la Calle Serrano No 75 de Madrid. Justo frente a la arrogante, amurallada y perversa Embajada de los Estados Unidos en el Estado Español.
Un nutrido grupo de españoles comprometidos con la Revolución Cubana y su gesta, -que ya supera el medio siglo-, dieron sus voces para exigirle al gobierno del «Premio Nobel de la Paz» Barack Obama, la inmediata liberación de los Cinco Antiterroristas Cubanos presos en las cárceles de los Estados Unidos.
Banderas cubanas, del Che y del Movimiento de Solidaridad con Cuba, estuvieron en esa concentración en desafío ante un gobierno que pretende dictar normas, leyes y conductas, asumiendo el rol de gendarme de la humanidad. No solo estaban los amigos españoles. Los hermanos de Latinoamérica no faltaron a esta cita, ante la necesidad del compromiso por una justa causa.
La historia sabe de los cientos de miles de torturas, genocidios y crímenes de guerras en los que ha estado -y sigue estando- los sucesivos gobiernos de los Estados Unidos, marcadas por esas bombas «dejadas» en Hiroshima y Nagasaki en el año 1945. Sus «lanzas» siguen generando dolor y huellas imborrables en un pueblo que está bajo las sombras de la era nuclear.
La verdad sobre los héroes de la República de Cuba, Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Fernando González, Antonio Guerrero y René González florece cada vez que la solidaridad, la dignidad y el humanismo se enaltecen ante la fuerza bruta.
Son cinco hombres que apostaron su vida, por defender a todo un pueblo del terrorismo internacional. Merecen un lugar de honor y gloria en este mundo sin fronteras. Tuvieron la valentía de ser el escudo de todo un pueblo. Se apostaron en las entrañas de las organizaciones de cubanoamericanos que organizan -con total impunidad-, actos vandálicos y criminales contra el pueblo cubano y su gobierno.
La Casa Blanca estimula y apoya con total desfachatez y cinismo, estos actos de reconocidos terroristas, para fragmentar la unidad de los cubanos en torno a su Revolución.
Los cinco cubanos aman la paz y siguen luchando por ella. El pueblo cubano le exige al gobierno de los Estados Unidos el retorno de los Cinco a casa.
La gloria de sus vidas está en sus actos. La dignidad es la huella que han dejado ante la furia del terror. La victoria será un hecho. El pueblo cubano y la solidaridad internacional no se amedrentan ante la cobardía del imperio. Ellos lo saben.
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