Miami.- En toda la baraúnda que es parte orgánica de las campañas políticas y mediáticas contra Cuba por parte de Estados Unidos y los demás enemigos de la Revolución Cubana -mejor dicho: de todas las revoluciones-, quedan silenciadas y encubiertas muchas verdades que son partes fundamentales de las políticas del imperialismo en contra de las […]
Miami.- En toda la baraúnda que es parte orgánica de las campañas políticas y mediáticas contra Cuba por parte de Estados Unidos y los demás enemigos de la Revolución Cubana -mejor dicho: de todas las revoluciones-, quedan silenciadas y encubiertas muchas verdades que son partes fundamentales de las políticas del imperialismo en contra de las causas de los pueblos; de las causas de las inmensa mayoría de la humanidad.
Precisamente uno de los principales objetivos de estas campañas mediáticas y políticas contrarrevolucionarias es suplantar o falsear los temas a discusión por la opinión pública mundial que las imperiosas necesidades de la humanidad determinan como materias principales a ser discutidas y analizadas y de manera responsable darles sus tan necesitadas soluciones.
Nada de esto es nuevo para el imperialismo. Por ejemplo, Rodolfo Sarracino, en su libro, Inglaterra : sus dos caras en la lucha cubana por la abolición, refiriéndose a la utilización de las campañas anti-abolicionistas por parte de los gobiernos británicos de mediados del siglo xix (cuando Inglaterra era la mayor potencia imperialista del mundo) para lograr el control económico de determinados mercados, en este caso el del azúcar de caña, explica que los intereses azucareros ingleses adquirían el azúcar producida por esclavos, la refinaban en Inglaterra, después la reexportaban a Alemania e Italia para finalmente a través de campañas mediáticas acusar a alemanes e italianos de consumir productos manufacturados por esclavos…
¿No les recuerda el tufo de esa campaña un hedor familiar?
Entre las verdades sobre determinadas políticas del imperialismo que han quedado silenciadas y encubiertas por la más reciente campaña en contra de Cuba es la de la utilización del terrorismo como política de Estado por los gobiernos de Estados Unidos y una de sus más siniestras consecuencias: el cruel encarcelamiento indefinido de los Cinco: Gerardo, Ramón, Antonio, Fernando y René.
En términos de los recursos legales disponibles al equipo de abogados de la defensa estamos llegando a la fecha límite, a mediados de junio próximo, de presentar el último disponible a sus abogados: el de habeas corpus.
En este caso habeas corpus se refiere a la presentación por parte de sus abogados de un recurso de apelación de los casos de los Cinco ante los tribunales en base a nuevas informaciones que no estaban disponibles a la defensa durante el juicio y el proceso de apelación original. Proceso de apelación que terminó en mayo pasado cuando el Tribunal Supremo federal se negó a considerarlo.
Los abogados de los Cinco así lo harán en junio próximo como requiere la ley: ante la jueza del Tribunal Federal de Distrito del Sur de la Florida que los juzgó y condenó originalmente, y hace unos meses resentenció a tres de ellos. ¡A esto en Estados Unidos le llaman justicia….!
Por eso, para verdaderamente obtener justicia, para ver en libertad inmediata a nuestros Cinco hermanos, se requiere de un desbordamiento de todos nuestros esfuerzos para profundizar la campaña política que es la que va a lograr obtener su libertad.
Por nuestra parte, aquí en Miami, este próximo domingo, 25 de abril, las organizaciones que integran la Alianza Martiana, tendremos otro acto público exigiendo su inmediata libertad.
Ni nos confunden, ni nos intimidan, ni nos achantamos. Nos mantenemos firmes -como Maldición Gitana- por siempre, hasta conseguir la libertad de los Cinco.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.