Burla, temores, descaro… todo puede emplearse como calificativo en la nueva suspensión del juicio al connotado terrorista Luis Posada Carriles. La fecha escogida es la del 11 de enero del 2011. Lo risible no es la suspensión. Son los motivos: mentiroso y entrada ilegal a los Estados Unidos en 2005. ¡Vaya tomadura de pelo! Si […]
Burla, temores, descaro… todo puede emplearse como calificativo en la nueva suspensión del juicio al connotado terrorista Luis Posada Carriles. La fecha escogida es la del 11 de enero del 2011.
Lo risible no es la suspensión. Son los motivos: mentiroso y entrada ilegal a los Estados Unidos en 2005. ¡Vaya tomadura de pelo!
Si el Guinnes de récord tuviera espacio dedicado a malhechores y asesinos, Posada, de seguro, ocuparía sitial sobresaliente en la nómina. La voladura del avión de Cubana de Aviación, en Barbados, en 1976, acto aborrecible y criminal en el cual perecieron 73 personas, es harto suficiente.
Pero la jueza Kathlee Cardone, del Tribunal de El Paso, Texas, aseguró ahora que la nueva fecha es «definitiva y no requiere nuevos retrasos», al referirse a las diversas postergaciones de la vista. Tal pareciera que la oculta diestra de algún poderoso manto protector se encargara de cuidar las espaldas del anciano criminal.
El pasado 31 de mayo -hace apenas cuatro días– el joven italiano Fabio di Celmo habría cumplido 45 años de nacido, pero Posada Carriles no lo quiso así. En 1997, el cuatro de septiembre, falleció por explosión de bomba en el hotel Copacabana víctima de los varios atentados que el terrorista y sus secuaces ejecutaron en diversos hoteles y restaurantes de La Habana.
A la sazón aparecían en la nómina de los matadores los hoteles Meliá Cohíba, Capri, Nacional y el restaurante La Bodeguita del Medio, emblemáticas plazas concurridas por turistas a su paso por la capital cubana. Tal era el propósito: ahuyentar a quienes acudían a veranear a la Isla, no importaban las vidas de inocentes.
En 1998, en exclusiva al diario The New York Times, Posada Carriles, al igual que ante el crimen de Barbados, se jactó de ser el autor intelectual de tales atentados en La Habana, cuyo propósito era el de aterrorizar a los turistas para que no viajaran a Cuba.
Autoridades cubanas han puesto en manos de sus homólogas de Estados Unidos numerosas evidencias sobre esos hechos. Sin embargo, el juicio contra semejante espécimen es por fullero y patrañero, no por asesino múltiple, como era de esperar.
Incluso las máximas autoridades de la norteña nación (léase Barack Obama) tienen pleno conocimiento de que Luis Posada Carriles, además, es prófugo de la justicia venezolana con 73 cargos de asesinato (cada una de las víctimas del avión de Cubana de Aviación)… Pero ¡oh, casualidad! El bandido se fugó de la cárcel. El abogado cubano-americano José Pertierra, quien representa al gobierno venezolano en su pedido de extradición del asesino, ha dado a conocer la extensa folia criminal puesta en manos de las autoridades estadounidenses sin que nada acontezca en ese sentido. Como se dice: ¡buen billete se mueve en el affaire Posada Carriles!
Pero los muertos ni sus familiares y seres queridos, tienen precio. Apenas nos separan 125 días del venidero seis de octubre: aniversario 34 del horrendo crimen múltiple de Barbados. Trece años del fallecimiento de Di Celmo. ¿Qué ha sucedido?
Luis Posada Carriles ha paseado su figura por Miami y otros lares de este planeta con prisiones más o menos intercaladas. Pero, a decir mera verdad, ni con la muerte pagaría las atrocidades cometidas o salidas de su perverso cerebro.