Primero que todo me gustaría agradecer a la Asociación Hermanos Saínz por habernos invitado, por habernos tenido en cuenta en este espacio con motivo de homenajear, desde la actualidad, un aniversario más del asesinato del Che Guevara en Bolivia y de los combatientes que cayeron con él 46 años atrás. Realmente tengo que confesarles que […]
Primero que todo me gustaría agradecer a la Asociación Hermanos Saínz por habernos invitado, por habernos tenido en cuenta en este espacio con motivo de homenajear, desde la actualidad, un aniversario más del asesinato del Che Guevara en Bolivia y de los combatientes que cayeron con él 46 años atrás.
Realmente tengo que confesarles que hace unos días cuando me comentaron la posibilidad de estar aquí con ustedes el primer sentimiento, la primera sensación tuvo que ver con el reto y con la responsabilidad que implica compartir la mesa y el tema con Fernando, con María, personas que han dedicado una buena parte de sus vidas a estudiar, profundizar, sistematizar y divulgar el pensamiento y la obra de Ernesto Guevara. Y también con jóvenes investigadores como Elier que sin dudas hacen un aporte importante a la historiografía en nuestro país y que con sus prácticas enriquecen el escenario de las ciencias sociales contemporáneo.
En ese sentido yo traje más bien ideas en forma de viñetas, de puntos, y dentro de ellas una experiencia en desarrollo que realiza el Centro de Estudios Che Guevara y que me parece interesante compartir porque creo se ajusta perfectamente a la convocatoria del espacio
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