Es un proyecto que recibió un financiamiento cercano a los 300.000 dólares por parte de la FAO
A la espera de nuevas familias de tilapias procedentes de Brasil, la acuicultura cubana ultima los detalles del resultado más importante de un proyecto de colaboración con la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
Esta iniciativa, desplegada por dos años, contempló el establecimiento e implementación del procedimiento para el cultivo intensivo y la capacitación de actores clave en la producción sostenible de tilapias del Nilo mejoradas genéticamente.
«La importancia de este proyecto es grande. Vamos a contar con tilapias genéticamente mejoradas, lo que implica que pueden crecer más y tener mejores características», dijo a la Redacción IPS Cuba Jesús Rodríguez, jefe del Departamento de Acuicultura de la División Pesquera, del estatal Grupo Empresarial de la Industria Alimentaria (GEIA).
Cuba había realizado algunas acciones en mejoramiento genético, pero hasta ahora resultaban insuficientes, indicaron especialistas en el taller final del proyecto, realizado los días 18 y 19 de enero en La Habana.
«Logramos algo, pero queremos y necesitamos más, porque el pescado que produce la acuicultura es mayormente para la población y, en una pequeña proporción, para el mercado de frontera», declaró Zenaida Arboleya, coordinadora del proyecto FAO de Mejoramiento genético de peces.
«Cuando tienes un pez mejorado genéticamente tienes mayor eficiencia en el cultivo y mayor rendimiento, que implica una producción superior», dijo la también directora de la Unidad de Desarrollo e Innovación de la Empresa de Desarrollo de Tecnologías Acuícolas (EDTA), del GEIA.
Ganancias múltiples
El proyecto permitió que, en una primera fase, un consultor internacional capacitara a un grupo de técnicos. Con posterioridad, se hizo una capacitación en la Universidad Estadual de Maringá, en Brasil, donde pudieron apreciar en vivo el flujo tecnológico de un programa de mejoramiento genético y participar en algunas de sus acciones.
«Eso nos dio una idea de lo que es realmente un trabajo de mejoramiento genético para peces. A su vez, el proyecto ha facilitado la adquisición de nuevas familias de peces, algo muy necesario porque las que se habían trabajado se había hecho de una forma incorrecta», dijo Arboleya.
«Es el mismo concepto de la familia de los humanos: mamá y papá tienen hijos que son hermanos enteros. Debe trabajarse con animales que sean parientes para evitar consanguinidad, malformaciones y que no alcancen el crecimiento esperado», describió.
El proyecto firmado entre FAO y el Ministerio de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera y ejecutado por el Ministerio de la Industria Alimentaria, aportó recursos que van a permitir continuar trabajando y mejorar las acciones de capacitación de la EDTA.
Sin embargo…
Contar con las nuevas familias de tilapias genéticamente mejoradas es solo una parte del proceso.De acuerdo con Rodríguez, deben conjugarse todos los otros elementos relacionados con el cultivo: la alimentación, calidad del agua y preparación del personal que atiende el proceso.
Con su criterio coincide Lesbia Calderón, una bióloga especializada en acuicultura y jefa del área de ceba de tilapias en la unidad empresarial de base La Juventud, en el municipio Los Palacios de la occidental provincia Pinar del Río, la de mejores resultados productivos en esta especie.
A su juicio, el incremento en los rendimientos en su granja depende no solo del mejoramiento genético, sino también del manejo, la introducción de la tecnología de reversión sexual -tratamiento hormonal para transformar las tilapias asexuadas en machos-, y el mejoramiento de la calidad del pienso.
Ello posibilita «obtener la producción en menor tiempo, mayor rendimiento en filete y por hectárea, lo que significa mayores producciones».
Un programa de desarrollo del ramo acuícola busca para 2030 duplicar y triplicar las producciones acuícolas, tanto intensiva y extensiva, lo que requiere de financiamiento.
Más allá de la tilapia
«Lo más importante que tiene el proyecto es el establecimiento de un programa genético para peces de agua dulce. Es el mismo proceder en la tilapia, el clarias y la carpa china», consideró Arboleya.
A su juicio, «Cuba necesita de ese procedimiento y una vez que lo establezcamos en la tilapia, estamos preparados para llevarlo a otras especies».