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Programa, programa, programa

Fuentes: Berria

Traducido para Rebelión por Daniel Escribano

«Programa, programa, programa.» Así solía responder Julio Anguita en la época en que fue coordinador general de IU cada vez que se proponía algún trato a la coalición: no habían nada que negociar al margen del programa. La versión oficial de todas las negociaciones [con el PNV para la elección del diputado general de Álava (n. del t.)] también se ha solido limitar a eso: ponerse de acuerdo en el programa, he ahí la clave de los gobiernos de coalición. De la historia de las negociaciones entre el PNV y Ezker Batua (EB) no sabíamos más que eso, hasta que tomó la palabra Xabier Agirre [candidato del PNV y diputado general entre 2007 y 2011 (n. del t.)].

Merece la pena ver este vídeo: http://www.youtube.com/watch?v=08cJiM9QRAI. Agirre, cuando faltaban unos minutos para dejar de ser diputado general, ha olvidado la versión oficial y ha encendido el ventilador: Ezker Batua pidió al PNV puestos de trabajo y dinero a cambio de los dos votos que le faltaban a Agirre. Dijo que negociaron en dos mesas paralelas: del programa en la mesa A, de dinero y de puestos de trabajo, en la mesa B. No era una denuncia genérica: dijo cuánto dinero pidieron, qué puestos de trabajo, quién, para quién, todo. No estamos acostumbrados.

Un paréntesis antes de proseguir con el relato. Puede ser discutible cuánto de izquierda tiene Ezker Batua, pero está fuera de debate que de unida no tiene nada. Desde que formalizaron la división cuando, en junio del año pasado, en lugar de realizar un consejo político hicieron dos, los dos sectores de EB funcionan como si fueran dos partidos separados: por un lado el sector del coordinador general, Mikel Arana, y, por el otro, el sector al que todavía llaman madracista. El sector crítico es el mayoritario en Álava y, por tanto, han ejercido en las negociaciones los de este sector. Reprendamos el hilo.

A bote pronto, en el mismo pleno, la portavoz de EB, Mertxe Etxezarreta, respondió que era mentira. Pero la otra juntera de EB, la candidata a diputada general, Nerea Gálvez, reconoció rápidamente, en el twiter, que no sabe si es mentira o verdad: «Si ha mentido, querella contra Agirre; si no ha mentido, que los responsables asuman su responsabilidad». Pero la hipótesis de que es mentira ha perdido fuerza rápidamente. Mikel Arana ha dado crédito total a las denuncias de Agirre y, además, ha dado nombres y apellidos: el propio Javier Madrazo, junto con Serafín Llamas, ha estado pidiendo trabajo y dinero. El otro sector también ha desmentido que sea mentira, pero con matices. Según Kontxi Bilbao, los negociadores oficiales supieron por el PNV que otro negociador de EB pidió puestos de trabajo y dinero, pero inmediatamente le apartaron y retiraron esas peticiones de la mesa de negociación; Bilbao ha hablado duramente contra Agirre por haber aireado los trapos sucios de la negociación.

Éste es el relato hasta la tarde del viernes. Suficiente para extraer una conclusión. Los negociadores de EB en la mesa B no son recién llegados a la política ni novatos en las negociaciones para formar gobiernos de coalición. Si pidieron lo que pidieron fue porque pensaron que tenían oportunidad de lograrlo y, en caso de no lograrlo, esperaban que el tema no saldría de la confidencialidad habitual de las negociaciones. Ellos sabrán después de qué experiencia llegaron a esas opiniones. Y la duda: ¿al que, en este confuso mercado de votos, puestos de trabajo y monedas, se ha llevado la mejor parte, el PP de Álava, todo le ha salido gratis?

Berria, 9 de julio de 2011

Fuente: http://www.berria.info/blogak/imanol/index.php?blog=10&cat=300