Ha decidido Rusia ratificar el Protocolo de Kioto sobre cambio climático. Firmado en 1997, la negativa de Rusia y EEUU, los mayores contaminadores del planeta, lo dejó en el aire. El Protocolo, para entrar en vigor, exige que sea aceptado por países que emitan el 55% de gases contaminantes. Por lógica elemental. El que produce […]
Ha decidido Rusia ratificar el Protocolo de Kioto sobre cambio climático. Firmado en 1997, la negativa de Rusia y EEUU, los mayores contaminadores del planeta, lo dejó en el aire.
El Protocolo, para entrar en vigor, exige que sea aceptado por países que emitan el 55% de gases contaminantes. Por lógica elemental. El que produce gases debe reducir su emisión.
El tema afecta el devenir de la humanidad. Los científicos atribuyen al cambio climático desastres sin fin. Huracanes, sequías, calentamiento del planeta, pérdida de hielos polares…
Una lista interminable de calamidades, que afecta sobre todo a países pobres. Se pudo ver en el Caribe en pasadas semanas. Un huracán tras otro, arrasando países, economías, futuro.
Para detener el deterioro urge reducir los gases tóxicos. Aunque eso no acaba el problema.
Deforestación, erosión, desertización son problemas vinculados. Causados por el hambre atroz que azota al Tercer Mundo. Que exige un cambio radical en el desigual intercambio.
El expolio de los países pobres por los ricos es causa de esos problemas. Para ponerle fin no tienen prisa los ricos. Una solución integral exige combatir la pobreza. Atacar la miseria
Buena noticia lo de Rusia. Pero Kioto es una parte del problema. Una parte nada más.