Vestido con la ropa que usó durante su primera gira mundial como presidente electo de Bolivia y cargando en la espalda a una bebé que lo abraza, el presidente Evo Morales representará en la «Alasita» el cambio que buscan las mujeres. Se trata de una pequeña figura de yeso que el movimiento feminista boliviano Mujeres […]
Vestido con la ropa que usó durante su primera gira mundial como presidente electo de Bolivia y cargando en la espalda a una bebé que lo abraza, el presidente Evo Morales representará en la «Alasita» el cambio que buscan las mujeres.
Se trata de una pequeña figura de yeso que el movimiento feminista boliviano Mujeres Creando ideó para la feria de las miniaturas. El diseño es de la escultora Cristal Ostermann. La festividad de La Alasita (cómprame, en aymara) se realiza en la ciudad de La Paz, cada 24 de enero.
La tradición, una de las más antiguas de la cultura andina, dice que al adquirir una miniatura del objeto deseado, éste se hará realidad.
Y lo que esperan las mujeres es que los hombres asuman la responsabilidad de la crianza de las hijas e hijos, y del trabajo doméstico. Pero también sueñan con un país sin machismo, sin violencia, sin discriminación y sin racismo para todas y todos.
El «Evito», que además lleva una escoba y una bolsa de mercado, fue elaborado por centenares de mujeres que sufrieron violencia de parte de sus parejas y que acudieron al servicio legal de Mujeres Creando.
Es un cuestionamiento al machismo de nuestra sociedad, que se refleja en el discurso misógino del Presidente, explica Julieta Ojeda, integrante de Mujeres Creando. «Hemos tomado un personaje significativo por su relación con la sociedad, para plasmar al padre responsable y al hombre ideal».
Expectativas truncadas
El proceso de transformaciones que comenzó con la asunción de Morales a la presidencia generó expectativas en la población. Sin embargo, varios sectores se sienten defraudados.
Hay temas de derechos fundamentales que no han sido incorporados en el proyecto de nueva Constitución Política del Estado (CPE), que será sometido a referéndum el domingo 25 de enero, sostiene Julieta Ojeda, integrante de Mujeres Creando.
El texto constitucional «no es transformador, no es revolucionario ni para hombres ni para mujeres», sino el resultado de un pacto entre hombres, señala. La voz de las mujeres fue mediada por partidos políticos y organizaciones no gubernamentales liberales y conservadoras.
Por eso, en «un acto de protesta, de dignidad y de provocación», Mujeres Creando también presentó la Constitución Política Feminista del Estado que aboga por «el país imposible que miles de mujeres construimos todos los días».
El movimiento aclara que la constitución feminista no es una campaña por el «sí» o el «no», sino que pone en evidencia «que hay otras maneras de concebir la palabra de las mujeres y las transformaciones que le son urgentes a nuestra sociedad».
La figura de Evo y la constitución feminista fueron entregadas en sus propias manos al presidente, durante un acto por el bicentenario de la fundación de la ciudad de La Paz. Los recibió y no hizo ningún comentario.
Las «ausencias»
Los temas ausentes tienen que ver con derechos fundamentales de las personas, como la soberanía del cuerpo de las mujeres, la filiación materna, la eliminación del servicio militar obligatorio y el Estado laico. Tampoco se consideró la situación de la población que emigró al extranjero.
Además, si bien el proyecto establece, por un lado, que el Estado prohíbe y sanciona toda forma de discriminación en razón de la orientación sexual, por otro lado especifica que el matrimonio es entre una mujer y un hombre.
Esto ha generado protestas entre la comunidad gay y lésbica, ya que una primera versión de este punto se refería al matrimonio entre personas.
Aunque Mujeres Creando no cree en el matrimonio, Julieta Ojeda considera que la iglesia se impuso y el proyecto de CPE cerró cualquier posibilidad para las parejas del mismo sexo.
«Es un planteamiento insulso porque nuestro dios nos ha puesto una hembra y un macho; entonces eso se tiene que respetar», afirma Román Loayza, ex constituyente y antiguo dirigente del gubernamental Movimiento al Socialismo (MAS).
No obstante, la Conferencia Episcopal de Bolivia, mediante un comunicado, ha dicho que «el carácter ambiguo de la formulación constitucional del ‘matrimonio entre una mujer y un hombre’ (Art. 63) y del reconocimiento estatal de ‘las familias’ (Art.62), como si fueran una de las varias clases de matrimonio o familia, abre la posibilidad de que se consideren como tales a aquellas relaciones de pareja entre personas del mismo sexo».
El derecho a la vida
La soberanía de las mujeres sobre sus cuerpos también quedó fuera. Por ejemplo, se omitió la despenalización del aborto, demandada por diferentes organizaciones, aunque la Iglesia católica cree que, al haberse reconocido el derecho a la vida desde la concepción, «podría abrir el camino a la legalización».
«No podemos despenalizar. Desde el momento en que se ha engendrado tenemos que cuidar a la hija o al hijo. Eso tampoco podía estar en el texto constitucional», dice Loayza.
Él tampoco está de acuerdo en la eliminación del servicio militar obligatorio, aunque cree que los conscriptos deben adquirir una profesión durante el año que viven en los cuarteles.
La filiación materna fue planteada por Mujeres Creando. Pretendían, por un lado, que las mujeres recuperen su maternidad al darles a sus hijos e hijas el primer apellido y evitarles el humillante trámite de reconocimiento cuando los varones niegan la paternidad.
El tema ni siquiera fue discutido en la Asamblea Constituyente, pero sí está en la constitución feminista. Ojeda cuenta que algunas mujeres han pedido incluso hacer una campaña de firmas para que esta propuesta se constitucionalice.
El dirigente del MAS cree que este punto podría ser posible mediante una ley, luego de la aprobación del proyecto, aunque antes tendría que haber una preparación para que los hombres ‘tomen conciencia’.
Para inmigrantes muy poco
Unos tres millones de bolivianas y bolivianos viven fuera del país, según datos aproximados de Migración; sin embargo, en el proyecto de CPE «no hay nada para los que están fuera de Bolivia», reclama el cónsul de Bolivia en Argentina, Alberto Gonzáles.
«Personalmente mandé una invitación a la Asamblea Constituyente y a la gente que estaba trabajando el tema pidiéndoles que vengan a escuchar a la gente, pero no hubo eco y lo que yo escucho de la gente es que no se la ha tomado en cuenta».
En cambio, Fidel Colque, un boliviano que vive hace 24 años en Argentina, cree que un logro fue la inclusión en el texto constitucional del voto para las y los bolivianos que radican en el extranjero. Él, junto a otros inmigrantes, hizo huelga de hambre para poder votar en el referéndum, pero sin éxito.
«Una vez que se apruebe, vamos a ser atendidos por los partidos políticos, por el sistema y vamos a presentar un proyecto del inmigrante; vamos a poder manifestarnos y exigir lo que no tenemos fuera del país», dijo.
Loayza sostiene, a su vez, que el proyecto de CPE crea un escenario de generación masiva de empleo, lo que dará a la población emigrante la oportunidad de volver. Menciona en especial las autonomías indígenas, el impulso a la actividad agrícola y el control social de los recursos naturales para su industrialización.
Principios y valores
Jorge Lazarte, ex asambleísta del opositor Unidad Nacional, indicó que, idealmente, un texto constitucional es un conjunto de principios y valores que rigen la vida de una población.
«Lo que tiene que haber en un texto constitucional son principios abiertos que puedan ser apelables para consagrar otro tipo de derechos en leyes orgánicas o en códigos… No puede estar todo lo que la gente quiera». Aun así, Lazarte cree que el proyecto es demasiado detallista en sus 411 artículos.
Él dice que «lo curioso es que cuando son más débiles los países, más gordos son los textos constitucionales. Países con mayor estabilidad institucional tienen constituciones más livianas. La constitución escrita más vieja del mundo, la de Estados Unidos, apenas tiene siete artículos».
Sin embargo, reconoció que hubo aspectos que la Asamblea Constituyente quiso modificar, como el servicio militar obligatorio, debido a la violencia que se ejerce en los cuarteles y que les ha costado la vida a muchos jóvenes. Pero las Fuerzas Armadas se opusieron.
Había una apertura a la discusión de todos estos temas, reitera Ojeda; sin embargo, el texto constitucional fue transado por el MAS «con sectores poderosos» como las iglesias, la «derecha», los militares y con sectores indigenistas y fundamentalistas.