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Pensar la educación en la Cuba-2024 (VIII)

Recuperar y crear en ciencia y conciencia

Fuentes: Rebelión

El estudio de lo planificado y en ejecución por el MINED para el curso 2023-2024, dice de la existencia de criterios de retos, de estrategias y procederes acertados en función de las prioridades que se han fijado.

Se sabe lo que se hace y lo que se quiere. La propuesta de esta serie de ensayo ha estado en el interés de sumar criterios y asuntos que considero deben pensarse en prioridad, importancia y urgencia.

Coincidimos en que la educación cubana precisa “cambiar todo lo que deba ser cambiado”, en consecuencia con el sabio legado del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruzi. Pero no siempre se entiende que para cambiar se debe primero mirar y aprender del pasado, y recuperar para crear en el hoy. Un punto importante está en volver la mirada y estudiar lo que con Fidel bien hicimos.

El inventario preliminar que compartí en esta serie de ensayo (https://rebelion.org /inventario-preliminar-sobre-lo-que-debe-ser-cambiado/), no lo pensamos como “muro de lamentos”, si para socializar criterios de soluciones necesarias y posibles en tiempos de transformación digital de la sociedad y migración hacia un nuevo modo de producción de conocimientos. Me referiré en esta octava entrega a la necesidad práctica de desarrollar soluciones en orden teórico e histórico pedagógico.

Los caminos

En inventario preliminar, me referí a las debilidades que se aprecian en el proceso de enseñanza aprendizaje. La perspectiva del joven Dr.C. Yosdey Dávila Valdés nos confirma.

El profesor Dávila Valdés afirma: “Cada vez más las clases generan pasividad y conformismo en los estudiantes, como tendencia los educandos se convierten en solo contestadores de preguntas que ya tienen asignadas respuestas únicas”. Para el profesor Dávila Valdés “es necesario eliminar dentro del proceso enseñanza-aprendizaje las acciones obsoletas, poco creativas y con alto grado de esquematismo”.

“Se deben realizar acciones –continúa el profesor Dávila Valdés- que promuevan la búsqueda de niveles superiores del pensamiento, así como actitudes diferentes, flexibles, novedosas e innovadoras, que respondan a las exigencias del mundo contemporáneo en sus más diversas manifestaciones. Esta exigencia apunta al empleo de métodos decisorios que promuevan sujetos sociales verdaderamente transformadores y revolucionarios, con un estilo democrático y productivo, lo cual posibilita que el estudiante sea reflexivo, crítico, participativo y, además, que despliegue sus acciones con elevado grado de implicación y compromiso”. Y lo más importante: Del pronunciamiento del deber ser, el profesor va a la acción de propuestas, y comparte sus concepciones y experiencias didácticas en un interesante textoii. Ese es un buen camino.

Bien que nos centremos en el proceso de enseñanza aprendizaje, pero esta prioridad tiene su certeza solo si consideramos que el reto de conocimiento es mucho mayor, y actuamos en consecuencia. Me preocupa que esta necesidad macro no se atienda suficientemente. Coincido con la colega Dra.C. Candelaria Peregrino Vargas en que “hay que prestarle mayor atención, cuando de perfeccionamiento de la educación se trata, al lugar y papel de las variables diversas, dígase: históricas, filosóficas, políticas, sociológicas, culturales, ético axiológicas e ideológicas, mediadoras de la educación que co determinan su dinamismo regulándolo, y que desempeñan un papel nada despreciable en su avance, desarrollo, retroceso o estancamiento”.

“No es que se desconozcan como tales las variables mediadoras –precisa la profesora Peregrino Vargas-, sino que aún no se justiprecian sus influjos desde una visión sistémica de lo educativo y en perspectiva de complejidad dialectico materialista. En este sentido es importante atender e investigar tanto las retroacciones de las relaciones parte-todo, como las bifurcaciones para prever los puntos de no retorno”iii.

Cultura general integral

Los ensayos pedagógicos, los planes desarrollados y las ratificaciones de la praxis que acumuló el Comandante en Jefe, nos las regaló en síntesis relevante con la propuesta de formar una cultura general integral. Este y no otro fue el horizonte que el Comandante fijó hace 22 años como propósito de la educación revolucionaria cubana.

En la definición realizada en el despegue de la llamada Batalla de Ideas Fidel fijó en tres aspectos fundamentales su propuesta de cultura general integral:

1) La necesidad de ser “poseedores de profundos conocimientos profesionales, científicos, técnicos y artísticos según la profesión de cada cual”; 2) “el dominio de varios idiomas”, 3) poseer “también de una amplia cultura política, histórica, económica y filosófica, que permita comprender y enfrentar los grandes desafíos (del presente) y el futuro”iv. Afirmamos desde nuestra experiencia práctica y resultados de investigación, que el nudo central de esta configuración educacional debe ser la formación histórica, patriótica, martiana y fidelistav.

El líder de la Revolución Cubana dos décadas atrás, aseguraba que el logro de esa cultura general integral que proponía, podía ser el arma universal de emancipación capaz de salvar al hombre en medio de la feroz globalización capitalista; frente a sus poderosos sistemas de guerra ideológica, de manipulación de las conciencias, de mimetismos banalizantes y promoción de seudovaloresvi. La situación actual ya no es la misma, resulta peor.

Hoy, es imposible aprehender la complejidad de los problemas educativos desligados de las complejidades de un mundo globalizado, hegemonizado, conectado y regulado por la geopolítica más salvaje del poder capitalista, montada sobre la espiral del avance científico y tecnológico. Los cambios son fundamentales e impactan los niveles básicos de la energía, de la vida y la conciencia: el trabajo, la cotidianidad, nuestros cuerpos, pensamientos y sensibilidades. Estos cambios e impactos nos producen incertidumbres ideológicas, éticas y políticas que requieren de atención y preparaciónvii.

Nuestra realidad muestra que el sistema nacional de educación, no está inmune al influjo de factores retardatarios y conservadores, que ralentizan su lugar y papel en la coyuntura actual. Y lo más preocupante se sitúa en que no siempre existe conciencia de lo que sucede, bien por la naturalización de las prácticas, como por la co presencia de concepciones actuantes aún sesgadas por el tradicionalismo pedagógico y de la dialéctica materialista manualesca del llamado marxismo leninismo.

Hay que recuperar la epistemología fidelista en su perspectiva desenajenadora, descolonizadora del conocimiento, los saberes y las culturas nacional-popularesviii. Una vez más en nuestra historia las ideas –la teoría revolucionaria, la ciencia y la educación- deben marchar junto a los acontecimientos.

El cambio necesario

La problemática a resolver está en que la propuesta fidelista sobre la formación de una cultura general integral, no ha sido privilegiada en el discurso institucional y académico que se produce, por el que se educa y forma en el país.

El alcance epistemológico de la entidad cognoscitiva cultura general integral, no se ha estudiado en profundidad. Los trabajos que a principios de siglo, al calor de la Batalla de Ideas, se realizaron sobre esta perspectiva cognoscitiva y su sistema categorial no se conocen, no se citan en las tesis y propuestas en curso. Estas referencias prácticamente desaparecieron del discurso escolar y universitario.

Búsquese cuántos proyectos de ciencia -institucionales y asociados a programas ramales de los dos ministerios de educación- tienen entre sus objetivos trabajar y proyectar la epistemología fidelista y su propuesta de cultural general integral. Búsquese en la literatura pedagógica de la última década, en lo que se publica en las glorificadas revistas certificadas.

“Un problema tenemos -.afirma la joven Dra. C. María Isabel Bardina Torres- y es que nos hemos alejado en los procesos esencias de las ideas de Fidel”ix. Muy de acuerdo con mí estimada colega.

Repensar y actualizar

La situación con la propuesta fidelista nos lleva un problema práctico de trascendencia: Me refiero al estado de la teoría pedagógicax. Hay que repensar y actualizar el lugar y el papel de la Pedagogía y de las Ciencias de la Educación en el sistema de la educación cubana, que sigue enclaustrado en lo occidental escolarizado, en tiempos –como ya me referí- de transformación digital de la sociedad y migración hacia un nuevo modo de producción de conocimientos.

En cuanto al modelo pedagógico hay que precisar el objetivo rector de forma clara y precisa: Formar patriotas cultos, revolucionarios y comunistas, como el objetivo rector del proceso.

Se impone actualizar las políticas curriculares, las bases teóricas y metodológicas en cuanto a colocar en el centro en todos los niveles, en la investigación y la docencia, lo martiano, guevariano y fidelista, trilogía de síntesis que nos abre al conocimiento y estudio del pensamiento y el hacer, de quienes le antecedieron y acompañaron: De los padres fundadores de la escuela cubana y latinoamericana y de sus muchos ilustres seguidores en los siglos XIX y XX. El conocimiento de dónde venimos, el dominio del pensamiento pedagógico cubano y latinoamericano, resultan indispensables para fortalecer nuestra universalidad, y lograr las aportaciones que en las actuales circunstancias se necesitan.

Se precisa acabar de hacer los imprescindibles deslindes de las herencias negativas, y asumir dialécticamente todo lo positivo que aprendimos de la pedagogía soviética, germano-democrática, búlgara…xi El desastre del socialismo soviético, pasó también por los fórceps y los frenos que se le colocaron desde la burocracia política, a la poderosa ciencia que logró desarrollar el país de los soviets y que se replicó y fertilizó en las academias socialistas. Vive aún en Cuba más de una generación de agradecidos que estudiamos y nos formamos en las academias del socialismo que realmente existió en la URSS y la Europa central y oriental. Y no pocos tuvimos la suerte –hoy nos percatamos de tal inteligencia- de encontrar en la insistencia que nos hacían por el estudio de los clásicos, la resistencia de no pocos de nuestros profesores a inculcarnos los manuales teleológicos entonces en curso.

Sinteticemos nuestras praxis de internacionalismo y colaboración en América Latina y África, cuanto dimos, cuanto aprendimos, y fertilicemos con esa riqueza la pedagogía cubana contemporánea. Debemos ir con modestia y muchos deseos de aprender y compartir a los espacios de educación social y popular, que a contracorriente se han desarrollado en nuestro país, no pocos impulsados por las iglesias de militantes revolucionarios y socialistas.

Actualizar y enriquecer los contenidos curriculares para la formación profesional del magisterio con los aportes del marxismo latinoamericano, el universo freiriano, la pedagogía crítica y las demás teorías anticapitalistas, elaboradas en zonas de la izquierda y el movimiento social norteamericano y euro occidental, cuyos autores no son privilegiados por las grandes cadenas del mercado, no los contratan las agencias internacionales, ni se favorecen de la publicidad educacional. Descubramos como lo hacen los pedagogos revolucionarios chinos y vietnamitas.

Fortalezcamos con la base pedagógica nacional-universal de la pedagogía revolucionaria cubana, la buena salud de la didáctica desarrolladora, marxista y martiana que se constituye en la actualidad en la principal fortaleza de la escuela y la universidad cubana.

De la lucha ideológica en política de ciencia

Parte de nuestros retos no son propiamente de ciencia, y si de política. La filosofía de la educación y la escuela cubana fueron fundadas en el siglo XIX bajo los principios de la crítica a las “verdades” escolásticas y el electismo, en función de nuestra naturaleza antillana, de las necesidades y metas de y para la nación. Apartarse de esta tradición de certezas concita el error.

Debemos combatir el acomodamiento y la incapacidad para la incorporación en síntesis martiana, de todo lo aportador y novedoso que nos llega con la colaboración internacional, con las fundaciones, ONGs y los organismos y agencias multinacionales. En consecuencia dar un alto a la nueva ola de mimetismos acríticos, ahora con las terminologías y los enfoques asépticos y de naturaleza reformista –no puede ser de otra manera-, que predominan en la filosofía, las fundamentaciones programáticas y la textología de la mayoría de estas institucionesxii.

Hay que revelar y dar a conocer la ciencia pedagógica que hoy crece en Cuba, reconocernos en sus contradictorios y sujetos en debate. En la capital, en las varias universidades rectoras de procesos y carreras, en las escuelas e institutos de base, incentivados por la Asociación de Pedagogos de Cuba (APC) y el movimiento de los foros de ciencia y técnica que organiza el movimiento sindical, transcurren muy interesantes procesos de creación, lucha académica y ascenso científico.

Revelemos lo que crece en la profundidad de nuestro territorio: Cada vez que participo de un evento o intercambio en provincias, me maravillo de lo que se produce y avanza en paralelo con los circuitos ya formalizados y más publicitados. Demos la batalla contra las verdades anquilosadas y sus promotores intocables, y que nadie piense que solo están en La Habana.

Demos un alto a quienes hacen política –mala política- con la ciencia y nos convocan a seminarios y talleres, donde no se propician consensos ni acuerdos, ni continuidades.

Mi directora la Dra. Catalina García Fernández –como toda buena profesora- me ratifica y propone con su criticidad propositiva una mediación decisiva: El asunto vital de la participación protagónica y decisoria. “Es necesario escuchar y tomar decisiones desde diferentes criterios, resultados de las investigaciones que tú expresas con argumentos y las opiniones expertas de nuestros educadores en las aulas. Sobre todo oír lo que piensan los más jóvenes que están sufriendo, sí sufriendo todos los errores, y ellos son el futuro de esta Cuba que amamos” xiii. Sin dudas la democratización en la toma de decisiones también es un camino que tenemos que fortalecer.

Una Felicitación

Felicito al Ministerio de Educación Superior (MES) por proponer realizar los debates del Congreso Universidad 2024 con la mirada puesta en la “Educación Superior del Futuro: transformación social, calidad, pertinencia y sostenibilidad». La propuesta anterior, reiterada en varios cónclaves, que subrayaba la “… el Desarrollo Sostenible e Inclusivo”, nos colocaba a remolque de la propuesta de la UNESCO, sin dudas una plataforma progresiva con la que trabajamos e interaccionamos, pero que no coincide en definición y propósito con la nuestra.

El asunto que refiero no es menor, no se trata de un cambio de lemas. La mención que se hace orienta y proporciona el enfoque del Congreso, y antes, durante y después influye en el movimiento de ciencia que la convocatoria bien promueve en los colectivos y los profesores en todo el país. La propuesta de la UNESCO, con una cantidad notable de metas que ya Cuba ha trascendido, donde aportamos y recibimos en un relacionamiento de equidad, colaboración y solidaridad, no deja sin embargo de ser portadora de una concepción de desarrollo sostenible que no rebasa el horizonte capitalista.

Nuestra perspectiva se pronuncia por un desarrollo sostenible para una prosperidad de carácter socialista. Y faltó en las convocatorias nacionales que se realizaron anteriormente un ejercicio de precisión conceptual, que sin excluir, separar y dividir –lejos de las enfermedades izquierdistas y de la petulancia comunista que tanto criticó Lenin-, ayudara a avanzar desde nuestra propia identidad ideológica y política. Y sépase que no hago una crítica a destiempo. Defendí esta posición en el Congreso del 2020 en mi universidad de base y en el Palacio de las Convenciones, la discutí con directivo del MES y la expuse en más de un escenarioxiv.

Perfeccionemos aún más el proceso masivo que impulsan los Congresos de Pedagogía y Universidad. Pensemos en como empoderar más en los espacios decisores sobre la calidad y pertinencia de los trabajos presentados, la autoridad del juicio y no los juicios de autoridad.

Críticas con soluciones

No podemos seguir reproduciendo la crítica sin propuestas de soluciones a problemas fundamentales. Para desarrollar el marxismo como filosofía y pedagogía de la praxis, se precisa abandonar definitivamente los dogmas paralizantes.

Retomemos el curso histórico del marxismo y el socialismo científico cubano: martiano, marxista, leninista, hoy fidelista. El recorrido dialéctico de Martí a Lenin y Marx, para regresar con más fertilización, certezas y convicciones a Martí, es el que identifica a los fundadores: A Carlos Baliño López y Julio Antonio Mella, a Rubén Martínez Villena, cuando se encaminaba en esta dirección Antonio Guiteras Holmes fue asesinado. Este fue el recorrido histórico de Fidel Castro Ruz, de Abel Santamaría Cuadrado, de Antonio “Ñico” López Fernández y Raúl Castro Ruz, de la vanguardia marxista que lideró la Generación del Centenarioxv.

El marxismo brinda su enfoque revolucionario para desbrozar las esencias, caracterizar e identificar los fenómenos sociales en perspectiva de cambio y transformación revolucionariaxvi. El materialismo histórico y dialéctico jamás puede ser asumido como “método universal”, tal como se sigue impartiendo y asumiendo por la mayoría de nuestros colegas de la docencia y academia pedagógica. Se precisa profundizar en las fortalezas de la teoría del conocimiento que nos legaron los sabios fundadores del socialismo científico –incorporarla al currículo de formación pedagógica, al postgrado y a la formación doctoral, a la capacitación de los maestros y profesores en ejercicio-, como práctica para la emancipación, base de la metodología multi y transdiciplinar disciplinar, de los métodos y procedimientos que cada situación de investigación y desarrollo precisa.

La fortaleza del marxismo se ratifica más aún, en la necesidad de abordar los retos de transitar desde la Pedagogía y las Ciencias de la Educación al Modo 2 de producción de conocimientosxvii. Y en lo que nos corresponde esta perspectiva no es “discurso” ni “deber ser”. Junto a un grupo de 17 profesores investigadores de 6 universidades cubanas la hemos practicado en los últimos cinco años. Con este proceder entregamos nuestros resultadosxviii. A este fin proponemos la incorporación del enfoque histórico pedagógico para la formación y el ejercicio de la profesionalización pedagógicaxix.

Cuba-2024: Practicar las frases

La conceptualización epistemológica y gnoseológica fidelista, acerca de la formación de una cultura general integral sustenta su validez en función de los valores civilizatorios y pedagógicos que porta, en apertura martiana y guevariana, en atención a los fines de la educación comunista, en consideración de sus pertinencias política e ideológica frente a la guerra cultural global, y a las operaciones de guerra no convencional y subversión ideológico cultural que se instrumentan contra Cuba, sus actuales y más jóvenes generaciones.

“Nosotros no estamos en un proceso de instrucción: nosotros estamos en un proceso educativo; o sea, de formación, de crear una cultura general e integral que pasa por la cultura patriótica, política, ciudadana, cívica”, enfatizó el Primer Secretario y Presidente Dr.C. Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez, en intercambio con las autoridades educacionales visto el desarrollo del curso escolar 2023-2024xx.

Cuando confluyen la investigación histórica y la crítica cienciológica con la voluntad política de las autoridades, tal pareciera que tenemos el terreno arado y abonado, pero bien sabemos que no es así. Como le criticaba Julio Antonio Mella a sus compañeros de los partidos de la Internacional Comunista, hace 100 años: “practicar la frases”xxi es lo más difícil. Y le iba razón al fundador del socialismo científico cubano.

Con el ejemplo y la agudeza crítica de Mella, con la dirección del relevo fidelista, con nuestros cuadros del MINED, maestros, profesores y trabajadores, con los estudiantes, con los que hacen y avanzan: vamos a continuar en este arduo, pero no imposible ejercicio de practicar la teoría revolucionaria, la crítica propositiva, las certezas y propuestas de fertilización que defendemos.

Notas

i Fidel Castro Ruz: Discurso pronunciado por el Presidente del Consejo de Estado de la República de Cuba, Fidel Castro Ruz, en la Tribuna Abierta de la juventud, los estudiantes y los trabajadores por el Día Internacional de los Trabajadores, en la Plaza de la Revolución, el primero de mayo del 2000. En: http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/2000/esp/f010500e.html

ii Yosdey Dávila Valdés (Licenciado en Educación en la Especialidad de Profesor General Integral de Secundaria Básica en el Instituto Superior Pedagógico Rubén Martínez Villena, La Habana, 2007. Hoy Doctor en Ciencias Pedagógicas. Profesor Titular de la Universidad de Artemisa): La enseñanza de la historia más reciente de la Revolución Cubana. Necesidad, itinerario y propuesta, Cubaliteraria, La Habana, 2021, p 135

iii Ver: Candelaria Pelegrino Vargas: Programa dirigido a la gestión de la inclusión socioeducativa desde la formación inicial del psicopedagogo en un contexto de perfeccionamiento de la sociedad cubana. [Tesis en opción del título académico de Especialista en inclusión socioeducativa]. La Habana, Cuba: UCPEJV, 2019.

iv Fidel Castro Ruz: Discurso pronunciado en la Tribuna Abierta de la Revolución, efectuada en el área deportiva «Eduardo Saborit», del municipio Playa, el 31 de marzo del 2001. Disponible en: http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/2001/esp/f310301e.html; Y. Piñera Concepción e I. Rodríguez Poo: La educación y la cultura general integral. Revista Mendive, 2004 Disponible en: http://mendive.upr.edu.cu/index.php/MendiveUPR/article/view/167

v Felipe de J. Pérez Cruz y otros: La problemática del conocimiento histórico en la enseñanza de la Historia de Cuba. Informe Final. Proyecto Institucional de Investigación. Universidad de Ciencias Pedagógicas Enrique José Varona, La Habana, 2017. Ver: “Conocimiento histórico-pedagógico: constataciones, reflexiones y propuestas”. En: Colectivo de Autores: La historia, su enseñanza y aprendizaje Memorias del I Taller Nacional sobre la Enseñanza de la Historia, Ediciones UNHIC, La Habana, 2021.

vi Felipe de J. Pérez Cruz: La educación latinoamericana. Retos y confirmaciones, Editora Política, La Habana, 2005, p 78-79.

vii Ver: Edgar Morín, y Carlos Delgado: Reinventar la educación. Abrir caminos a la metamorfosis de la humanidad. La Habana, Cuba: Editorial UH, 2017, p 55.

viii Felipe de J. Pérez Cruz: Fidel Castro Ruz en la historia de la educación revolucionaria. Aspectos para una sistematización. En: XXIII Congreso Nacional de Historia. Ediciones UNHIC, La Habana, 2019; Filosofía de la educación en el proyecto socialista cubano, Ciencias Pedagógicas. Revista electrónica científico-pedagógica (ICCP): ISSN: 1605–5888 RNPS: 1844. No.2 (mayo-agosto), Año 2020, 4ta Época. Págs. 39-49.

ix María Isabel Bardina Torres (Maestra primaria en el 2002. Licenciada en Educación en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Ciencias Pedagógicas José Martí de Camagüey, en el 2007. Hoy Doctora en Ciencias Pedagógicas. Profesora Titular de la Universidad de Camagüey): Notas entregadas para esta presentación. La Habana, 20 de diciembre del 2023.

x Carlos M. Álvarez de Zayas: La Pedagogía como ciencia. Editorial Academia, La Habana, 1999; Josefina López Hurtado y otros: Compendio de Pedagogía. Edit. Pueblo y educación. 2002, p 58.

xi Felipe de J. Pérez Cruz: Historia de la colaboración educacional en la Revolución Cubana. Enlaces, influencias y transferencias, en la colaboración solidaria. En: Taller internacional “Sistema educativo cubano: enlaces, influencias y transferencias”, Instituto de Historia de Cuba, 19 y 20 de abril de 2017

xii. Felipe de J. Pérez Cruz: Retos actuales del marxismo: Una perspectiva desde Cuba, Rebelión, 16 de noviembre del 2016. En: https://rebelion.org/retos-actuales-del-marxismo-una-perspectiva-desde-cuba/

xiii Catalina García Fernández (Maestra Normalista. Doctora en Pedagogía por la Universidad de La Habana. Directora de la Filial Universitaria Lenin, del Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona 1972-1985). Notas entregadas para esta presentación. La Habana, 20 de diciembre del 2023.

xiv Felipe de J. Pérez Cruz: El papel de las ciencias sociales en la prosperidad y la sostenibilidad ideológico cultural del modelo socialista cubano, Instituto Superior de Tecnologías y Ciencias Aplicadas (InSTEC), La Habana, 2020; Fidel Castro Ruz: filosofía de la educación en el proyecto socialista cubano. Congreso Internacional Universidad 2020, La Habana, 10 al 14 de febrero del 2020.

xv Felipe de J. Pérez Cruz: Julio Antonio Mella y los fundamentos del marxismo en Cuba, Contracorriente, enero-marzo de 1997, Año 3, Número 7, p 53.

xvi Ver: Felipe de J. Pérez Cruz: De lo cuantitativo a lo cualitativo: Un enfoque histórico”. Docencia. Revista de Educación y Cultura, Lima, Año III, No. 7, febrero del 2003 (p. 57-64).

xvii Felipe de J. Pérez Cruz: De lo cuantitativo a lo cualitativo La enseñanza de la Filosofía Marxista en Cuba (II). Desmitificar los mitos del dogma, Rebelión, 26 de noviembre del 2016. En: https://rebelion.org/desmitificar-los-mitos-del-dogma/; Filosofía de la Educación en Fidel Castro Ruz (III). La praxis pedagógica, Rebelión, 16 de agosto del 2018. Disponible en: https://rebelion.org /la -praxis-pedagogica/

xviii María Isabel Bardina Torres y Felipe de J. Pérez Cruz: Contribución desde el conocimiento histórico
pedagógico a la enseñanza de la historia y la profesionalización de los docentes, Centro de Estudios de Ciencias de la Educación, Universidad de Camagüey Ignacio Agramante Loynaz, Camagüey, 2023. Premio de la Delegación Provincial del Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente (CITMA) en Camagüey, 2023.

xix Ver: María Isabel Bardina Torres: Informe: El enfoque histórico pedagógico en la investigación, innovación y formación pedagógica desde la Universidad de Camagüey. Premio del Rector a la innovación de mayor aporte al sector estratégico de la educación. Universidad de Camagüey, Camagüey, 2022.

xx Alina Perera Robbio: Curso escolar 2023-2024: retador y de cambios, Presidencia de la República, 12 de agosto del 2023. En: https://www.presidencia.gob.cu/es/noticias/curso-escolar-2023-2024-retador-y-de-cambios/

xxi Julio Antonio Mella: “Proletarios de todos los países, uníos…”. En: Instituto de Historia del Movimiento Comunista y la Revolución Socialista de Cuba, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1975,p 202.

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