Alan y Judy Gross y sus representantes han estado aumentando la presión a la administración para que haga lo que no ha hecho y logre que sea liberado de la prisión en Cuba: negociar. En estos momentos, Estados Unidos insiste en su liberación incondicional y desecha las razones para su encarcelación en Cuba. Cuba ha […]
Alan y Judy Gross y sus representantes han estado aumentando la presión a la administración para que haga lo que no ha hecho y logre que sea liberado de la prisión en Cuba: negociar. En estos momentos, Estados Unidos insiste en su liberación incondicional y desecha las razones para su encarcelación en Cuba. Cuba ha declarado pública e inequívocamente su deseo e intención de solucionar el asunto de Gross por medio de negociaciones. También ha dejado en claro de que no lo liberarán sin recibir nada a cambio, mientras los Cinco de Cuba aún permanecen en la cárcel en Estados Unidos. Así que las cosas están en un punto muerto por el momento. Adoptar poses tampoco solucionará el problema, no importa cuán serias o buenas parezcan. Las palabras duras y las resoluciones del Congreso no son más que eso, palabras y resoluciones. Aún no se ha dado el diálogo. Usualmente, cuando dos partes en disputa están dispuestas a participar en un diálogo verdadero, existen posibilidades. El cambio transformacional que plantea el encarcelamiento de Gross y obtener su libertad es lo que nos obliga a revalorizar nuestras posiciones inherentes y supuestos acerca de Cuba. Existen cuatro obstáculos contextuales que hay que superar a fin de llegar a una solución que traiga a Alan Gross a casa.
Durante décadas nos recuerdan anualmente que nuestro embargo contra Cuba es una afrenta a los ojos de la comunidad de naciones. Nuestros vecinos en Latinoamérica también nos recuerdan que no podemos continuar manteniendo esta política fracasada si es que vamos a mejorar las relaciones en la región. Nos aislamos y nos pone en una situación embarazosa, aún más cuando la Cuba que decimos es ilegítima es reconocida en todo el mundo. Eso está basado en la posición general de que justificamos las políticas basadas en la hostilidad y la intervención que no han funcionado y que llevan más de cinco décadas dañando tanto al pueblo cubano como al norteamericano.
Existe una batalla en curso a favor de la percepción de que Allan Gross no hizo nada incorrecto en Cuba. Bueno, puede que a nosotros nos parezca que es así, pero las leyes norteamericanas no tienen vigencia en otros países. Punto. Necesitamos respetar eso, en especial en Latinoamérica. ¿Tienen alguna duda? Lean nuestra historia con nuestros vecinos. Es también sobre esta base que capturaron y encarcelaron a los Cinco de Cuba. Esos cinco cubanos vinieron a Estados Unidos no a espiar a Estados Unidos, sino a sus compatriotas cubanos en el sur de la Florida que estaban organizando actos terroristas y puesta de bombas en La Habana. ¿Tienen alguna duda? Busquen en Internet «bombas terroristas en La Habana», «Vuelo 455 de Cubana» y «Fabio di Celmo». En vez de trabajar con Cuba para detener estas actividades violentas, nuestro gobierno viró la tortilla y los Cinco de Cuba resultaron ser los que fueron a la cárcel. Por tanto, un diálogo y una negociación con Cuba requerirán de nosotros que al menos abandonemos la creencia de que el gobierno de Cuba es ilegítimo. La libertad de Alan Gross nos exigirá que hagamos una revisión de la realidad. Sin embargo, esa posición no concuerda con el Obstáculo #3.
2) Las conversaciones con Cuba están supeditadas a la muerte de Fidel y Raúl Castro.
Este juego macabro de esperar a que los Castro mueran antes de que establezcamos formalmente conversaciones con Cuba tampoco tiene sentido. Y nadie sabe cuánto tendremos que esperar para que eso suceda. La longevidad es común en la familia Castro. Fidel y Raúl Castro tienen un hermano mayor, Ramón, que tiene 87 años. ¿Qué nación cuerda mantiene una política de esperar por la muerte a expensas de billones en actividad económica y millones de vidas afectadas en ambos países? La lógica, la razón y el sentido común deben prevalecer por sobre la emoción, el odio y la venganza. Es de interés estratégico y nacional que Estados Unidos se relacione con Cuba de la manera que esta es ahora, en vez de esperar por el futuro. Esa es la propuesta que debe debatirse exitosamente. La vida de Allan Gross y la vida de otros seres humanos y sus familias dependen de ello.
3) Hay un conciliábulo bipartidista bien atrincherado en el Congreso a favor del embargo, y que es el cortafuegos que mantiene este asunto bajo control.
Este grupo congresional adopta y defiende la posición de que bajo ninguna circunstancia debe haber negociaciones con Cuba, incluso a expensas de que Alan Gross languidezca en una cárcel cubana por no se sabe cuánto tiempo. Ellos son:
Demócratas
Senador Bob Menéndez (Nueva Jersey)
Representante Albio Sires (Nueva Jersey)
Representante Debbie Wasserman-Schultz (Florida)
Republicanos
Senador Marco Rubio (Florida)
Representante Ileana Ros Lehtinen (Florida)
Representante Mario Díaz-Balart (Florida)
Queda por ver cuál será la posición en este asunto de dos miembros cubano-americanos recién elegidos, el senador electo Ted Cruz (republicano por Texas) y el representante electo Joe García (demócrata por la Florida). La representante Wasserman-Schultz, presidenta del Comité Nacional Demócrata y judía, se incluye en esta lista debido a su larga alianza política con la familia Díaz-Balart y el apoyo financiero de campaña proveniente de la línea dura. Recuerden que únicamente cuentan los votos y el dinero. Siempre.
El presidente Obama tendrá que estar dispuesto a enfrentarse a las protestas de estos miembros demócratas y enfrentarse a los republicanos para decir basta ya y salir del atolladero. Él tendrá que decidir si usa su poder para solucionar de manera definitiva esta crisis o si capitula ante los de la línea dura. El presidente Obama tendrá otra oportunidad de poner a trabajar su status del Premio Nobel. El único grupo que protestará por un intercambio de Gross por los Cinco de Cuba y el reinicio de las relaciones EE.UU.-Cuba será una minoría muy pequeña. El presidente Obama tiene a su alcance el poder para solucionar esta situación y brindar alivio inmediato a la familia Gross, en especial porque va a comenzar su segundo período y no necesitó de la Florida para obtener la reelección. La única ventaja política que estos congresistas tienen sobre el presidente es retrasar u obstaculizar asuntos que son importantes para la administración. Eso hace que el personal se preocupe. Sin embargo, el verdadero liderazgo y la verdadera valentía política requieren que se corran riesgos, en especial si es para salvar vidas y llevar alivio a seres humanos que sufren y, en este caso, que sufren innecesariamente. Pero, ¿habrán informado de manera total al presidente para que él pueda evaluar y decidir qué quiere hacer para que se libere a Alan Gross? Judy Gross y sus aliados debieran dirigirse directamente al presidente en cada oportunidad e incluir a estos congresistas en sus protestas a favor de la libertad de Alan Gross. Ellos están bloqueando las negociaciones y el diálogo. Permitan que estos congresistas miren a Judy Gross directamente a los ojos y le digan que Estados Unidos no negociará la liberación de su esposo en Cuba.
4) Naturaleza humana. A nadie le gusta admitir que está equivocado o que obró mal, especialmente a gobiernos
Garantizar la liberación de Alan Gross y de los Cinco de Cuba requerirá, como mínimo, una admisión implícita de errores de una o ambas partes. La humildad debe triunfar por sobre la arrogancia. En las soluciones diplomáticas de las crisis, se dan o se crean oportunidades para permitir que una de las partes o las dos guarden las apariencias. El presidente Obama necesita designar a alguien en quien él pueda confiar para solucionar este rompecabezas.
Ojalá que Alan Gross y su familia pueden superar estos obstáculos y obtener su libertad. USCubaPolitics.com apoya la solución de esta crisis y la libertad de Alan Gross y de los Cinco de Cuba.