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Retrato dinámico de la población cubana

Fuentes: Granma

El 9 de febrero de 1972 se funda el Centro de Estudios Demográficos de la Universidad de la Habana (Cedem)

Cuando en pleno año 1967 el entonces equipo de «Fuerza de Trabajo», del Instituto de Economía -actual Facultad de Economía de la Universidad de La Habana-, desarrollaba investigaciones como la encuesta del Plan Especial «Antonio Maceo», en Guane, el Censo de Población del Plan «Nuevo Mundo», en Batabanó y los estudios sociodemográficos de Santiago de Cuba, Bayamo e Isla de Pinos (actual Isla de la Juventud); quizá sus integrantes no tenían del todo clara la idea, de que estaban sentando las bases de lo que sería luego una institución decisiva para la ciencia y el desarrollo de la sociedad cubana.

Porque de aquel grupo, que apenas dos años después pasó a llamarse Equipo de Demografía, y el cual reunía nombres como el de Sonia Catasús Cervera, Oscar Rodríguez Mazorra, Alfonso Farnós Morejón, Raúl Hernández, entre otros, nacieron las primeras acciones de sensibilización por el conocimiento de los problemas demográficos del país y del interés por esta rama. Asimismo, se gestó la idea de constituir un centro que se dedicase a los estudios de esta especialidad.

En la fecha del 9 de febrero de 1972 se ubica la fundación oficial del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad de la Habana (Cedem), que 45 años después sigue apostando al progreso de la sociedad cubana, a punto de partida de los resultados de alto impacto social de las investigaciones, que en el campo del análisis demográfico, y de los estudios de población-desarrollo, lleva a cabo esta institución.

«La ciencia en sentido general, en cualquier sociedad, está llamada siempre a adelantarse a los propios procesos sociales, y si es el caso de las ciencias sociales, mucho más. Debe la ciencia intentar explicar, proyectar y pronosticar los procesos sociales y debe también de aportar a la ejecución política y de gobierno, elementos para la toma de decisiones», explica a Granma el profesor Antonio Aja, director del Cedem, quien apunta que justamente el centro está inmerso en este proceso.

«Nuestra misión nos lleva también a tener que trabajar en la formación de quienes estudian todos estos procesos, que son los demógrafos. La demografía es una ciencia que, se nutre de otras, y cuyo núcleo agudo está en la estadística, la matemática, la economía, pero que como estudia la población, cada vez más se mueve en serias relaciones con otras ciencias sociales, e incluso con ciencias naturales y exactas y la medicina. Por tanto, el demógrafo se forma a partir de cualquiera de estas especialidades, en el tercer y cuarto nivel de educación a partir del postgrado. Nuestro objetivo es también la formación de demógrafos, lo cual hemos ido desarrollando a través de la Maestría en Estudios de Población, y más recientemente en un línea doctoral en Ciencias Demográficas».

«Al cumplir 45 años, si revisamos lo que hemos hecho en todo este tiempo, nos percatamos de que estamos cumpliendo en determinada medida ese rol de estudiar a la población cubana, desde el ángulo que nos compete, que es la demografía. Ello se traduce en la investigación del comportamiento de la población en el orden reproductivo, de expectativa de vida, de la familia, la movilidad espacial de esa población, es decir, la migración, entendida tanto dentro de las fronteras nacionales como en el orden internacional, con una importante mirada de género en cada uno de estos aspectos», señaló.

A su juicio, y partiendo del escenario demográfico actual de Cuba, Aja apuntó que hay un proceso, el cual quizá sea el más divulgado en nuestro país en los últimos tiempos. «Se trata del envejecimiento demográfico. Cuba es el país más envejecido de América Latina y el Caribe, con el 19, 8 % de su población con 60 años y más. Es un desafío, no un problema, porque significa que tenemos una población importante que vive más, con un grupo de saberes, de experiencia acumulada… Pero al mismo tiempo es un reto, en primer lugar económico, y desde el punto de vista social y familiar».

En ese orden, comentó, Cedem se ha ido posicionando en la investigación de las variables demográficas, así como en el estudio de estas y su relación con el desarrollo, centrando sus esfuerzos también en una mirada en particular muy importante, que es la visión territorial, local de todos estos procesos.

«Gracias al apoyo que siempre hemos tenido de la Universidad de La Habana, donde nos encontramos, y de la cooperación internacional, en especial la agencia del Fondo de Población de las Naciones Unidas, Unfpa, nos hemos posicionado en un importante número de provincias y territorios del país».

Ello, agregó el entrevistado, es fruto además de alianzas que ha establecido el Cedem con instituciones académicas, dígase universidades, las direcciones del Ministerio de Ciencias, Tecnología y Medio Ambiente, el Ministerio de Salud Pública, en específico con el Programa de Atención Materno Infantil, la Oficina Nacional de Estadísticas e Información, el Instituto de Planificación Física, entre otros, en función de poder estudiar las características de determinadas zonas del país, aportar evaluaciones y valoraciones sobre las mismas, la información que se obtiene acerca de ellas, e incluso formular propuestas de intervención y políticas al respecto.

«En muchas provincias ya se cuenta con gobiernos y administraciones que reconocen el tema de la población, pero tenemos un apoyo trascendental en los Lineamientos de la Política Económica y Social, que llevan aparejado un mandato para el Cedem de estudiar la dinámica de la población, lo cual también permite avanzar en ese sentido».

«La población es objeto y sujeto del desarrollo y como tal hay que reconocerla», subrayó el profesor Aja. Para el académico, Cuba se mueve en esa dirección y no debe perderse de vista que tan importante es una política de población a nivel macro, como su visión territorial.

«Las dinámicas demográficas cambian de un territorio a otro. Por ejemplo, en el Occidente cubano se recibe migración de Oriente y Centro, quizá la tasa de fecundidad es baja, si la comparamos con el Oriente. Cuba tiene elementos disfuncionales como una fecundidad adolescente, que para nada se compara con la fecundidad adolescente de América Latina y el Caribe; pero para nosotros, por nuestras condiciones, por nuestro proyecto social, es alta, y si tenemos en cuenta el sistema de salud y educación, resulta más disonante que ello suceda», refirió el experto, que coloca este como uno de los temas fundamentales a considerar hoy en la dinámica demográfica del país.

Asimismo, «en la misma medida que la población envejece, pues las causas de las enfermedades se modifican y la mortalidad debe aumentar. Es un proceso a atender también. Por otra parte, en el análisis tenemos el gran tema del envejecimiento, en el sentido de la calidad de vida con la que se envejece; y en ese aspecto se incluyen las relaciones intergeneracionales, es decir, la convivencia en un hogar, bajo el mismo techo, en un ómnibus, en la calle o un centro laboral, de varias generaciones de cubanos. Y subrayo convivencia, no choque, lo cual hace que este proceso deba marchar en gran medida mediante la capacitación, educación y comunicación, donde la prensa desempeña un papel fundamental».

Según precisa el director del Cedem, la misma condición económica del país es decisiva. «En la medida en que el país, el proyecto económico y social avance, el PIB crezca y eso se vea reflejado en la familia cubana, en las condiciones de vida, en la cotidianidad del hogar; en esa misma medida también los indicadores demográficos, no es que vayan a modificarse, pero sí reciben un aliento diferente. Ello no quiere decir que porque mejoren las condiciones económicas amentará la tasa de fecundidad, porque no es así. Hay suficientes investigaciones y registros históricos para demostrar que no es un proceso que curse de ese modo. Sin embargo no se puede renunciar a que la mujer cubana quiera tener los hijos que desee, cuando lo desee, y que la situación económica no sea un impedimento para ello. Son dos relaciones diferentes, en ese orden; y son elementos que no pueden desdeñarse de ninguna manera».

Dentro de este tema del envejecimiento, el académico sitúa otro asunto igualmente vinculado a la economía: la jubilación y las pensiones. «Una cuestión hoy difícil de modificar si no se modifican asimismo las políticas económicas. Se puede capacitar, educar, hacer muchas cosas en el área comunicacional, pero ello tiene un tope, el que determina la jubilación de cada cual».

Además, dijo, el envejecimiento lleva una carga adicional para la mujer joven. «Hay muchas familias que sufren el tema de la migración, un fenómeno que si bien no constituye un elemento que define el envejecimiento, sí incide en el crecimiento demográfico de manera general porque es población que se pierde cuando migra, y en segundo lugar porque sí influye en la estructura por edades de la población. La migración es esencialmente joven, como sucede en el mundo entero», explicó Aja.

Si bien todos estos temas son susceptibles al ámbito de la subjetividad, la fecundidad y el envejecimiento demográfico son dos asuntos donde ello se refleja de manera particular. De acuerdo con el entrevistado, esto guarda relación no solo con las condiciones de vida, «sino con las subjetividades de cómo se siente la persona que está envejeciendo, si se siente o no acompañada. Y esta carga subjetiva, que por lógica se encuentra presente en la medida que se envejece, cuando se está en soledad, es mayor. Y es parte de lo que hoy sucede».

Muchos más retos surgen, y entre estos Aja mencionó además a la mujer, «en la necesidad de pensar cómo y a qué sectores de la economía se está incorporando y a cuáles no. Este es un elemento que trae de la mano un riesgo significativo, de cara a un proyecto que hoy potencia la economía no estatal, pero que no significa que todo lo que se estimule sea lo que realmente el desarrollo de la economía necesita; y que la fuerza de trabajo, en particular la femenina, se mueva a ese sector. Hay un tema vital en eso, en desentrañar las estadísticas», ejemplificó.

Asimismo, hay desafíos en la disonancia existente entre los altos niveles de educación de la población, y el hecho de que muchas veces esta no se traduce luego en resultados para el individuo y la sociedad. «Poco avanzamos si tenemos un grupo de profesionales dedicados a labores que no son las estudiadas, entre estos un gran número de mujeres. Es una pérdida que se da, un descenso profesional, pero al mismo tiempo es un proceso complejo, porque pasan las necesidades individuales de por medio».

Otra alerta la sitúa el entrevistado en la descapitalización de las zonas rurales, proceso que hoy es un hecho en Cuba. » Es muy difícil, luego de que un país pierde una tradición en el campo, poder retomarla. Históricamente las labores agrícolas eran desempeñadas por personas adultas jóvenes, no por adultos mayores; y hoy nuestros campos están envejecidos, y a los hijos no siempre les interesa continuar esta tradición. Parte de ese problema conlleva inversión en ciencia y tecnología, pero también atender las dinámicas de estas poblaciones», precisó el profesor Aja.

Lograr que en la gestión del desarrollo se utilicen los insumos sociodemográficos, como la caracterización del estado y la dinámica de la población y al análisis de las condicionantes relacionadas con ambos; y que en ello estén implicados los gobiernos de cada territorio, es un tema que debe colocarse en la agenda de la nación, y hacia ahí marcha el Cedem en su 45 aniversario.

«Los resultados científicos de estos años, hablan de cómo se ha avanzado en el reconocimiento del tema, de saber que existe un proceso de envejecimiento de la población cubana que hay que abordar, pero necesitamos aún pasar a la etapa de reconocer la diversidad de formas para atenderlo, y no quererle aplicar al tema demográfico las mismas prácticas que se le aplican a otros asuntos, porque no es viable. Los temas de población tienen una dinámica de un ritmo particular. El efecto de una política X sobre las características de la población, si dio algún resultado, puede que empecemos a verlos años después, porque el espacio temporal es muy largo. No ver estas particularidades en esa «acción- reacción» puede poner en peligro la comprensión y subsistencia de las medidas, que pueden ser incluso positivas. Son aspectos para seguir críticamente», concluyó Aja.

Fuente: http://www.granma.cu/ciencia/2017-11-10/retrato-dinamico-de-la-poblacion-cubana-10-11-2017-23-11-11