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A Ría non se vende tiene el apoyo de los pescadores

Ría de Vigo: tejiendo redes por el medio

Fuentes: Diagonal

18 colectivos sociales, vecinales y ecologistas luchan unidos desde hace tres años contra la contaminación marítima y la urbanización sin control de la ría gallega. La ría de Vigo, principal área metropolitana de Galicia, zona industrial, pesquera, polo de atracción turística y puerto mercante, se ha convertido en un escenario de conflictos territoriales en el […]

18 colectivos sociales, vecinales y ecologistas luchan unidos desde hace tres años contra la contaminación marítima y la urbanización sin control de la ría gallega.

La ría de Vigo, principal área metropolitana de Galicia, zona industrial, pesquera, polo de atracción turística y puerto mercante, se ha convertido en un escenario de conflictos territoriales en el que distintos intereses se confrontan. En esa lucha, colectivos sociales, vecinales o ecologistas que antes operaban de forma individual cumplen ya tres años de acción coordinada a través de la red. En Cangas, los vecinos paralizan desde hace cuatro años la construcción del puerto deportivo de Massó al interponerse entre los camiones y las obras. Cuando empezaron eran menos que los 300 de Esparta. En la última manifestación, este verano, sumaron más de 5.000. «De 2005 a 2007, la empresa subcontratada no pudo hacer más allá de un pequeño relleno. Inicialmente no había mucha gente, los del Foro Social de Cangas, sobre todo», recuerda Cándido Martínez, de Luita Verde. En mayo de 2009, la promotora intenta retomar la obra, acompañada de las fuerzas de seguridad. La movilización se salda con 17 detenidos pero los trabajos se paran. «Fue importante que la cofradía declarara que no quería indemnizaciones sino la paralización del puerto», valora Cándido. (ARNSV), una iniciativa de cooperación que encontró eco en toda la comunidad a través de Galiza Non Se Vende.

Ambas redes han surgido tratando de mantenerse al margen de influencias políticas. En el recuerdo, las ruinas de Nunca Máis y la experiencia en Vigo de una plataforma de defensa de la ría que trató de coartar distintas reivindicaciones -apuntan en ARNSV– una vez que BNG y PSdeG llegaron a la alcaldía. «En la Xunta, con el anterior Gobierno bipartito fue mal porque ellos percibían que atacábamos a un supuesto Gobierno de izquierdas», explica Duarte Ferrín, del colectivo vecinal Bouzas Móvete.

Los apoyos de la red se asientan en los colectivos y en una opinión pública que consideran favorable: «A la gente le llega directamente el problema. Ven que la ría se convierte en una cloaca, ven los rellenos y muchos kilómetros de instalaciones portuarias», observa Ferrín. «La prueba de la concienciación está en que la misma presidenta de la Autoridad Portuaria, Corina Porro [ex alcaldesa de Vigo por el PP], se pronuncia contra los rellenos, aunque luego haga lo contrario de lo que dice». El caso del puerto deportivo de Massó, que se llevaría por delante uno de los principales bancos marisqueros de la ría, representa un hito de movilización social (ver recuadro).

La implicación de la cofradía pesquera de Cangas en la movilización de Massó constituye un referente. «Los marineros son los más afectados por la contaminación y los rellenos y son los que tendrían que estar en primera línea», sopesa Ferrín. De la misma forma opina Xosé Reigosa, de Salvemos Monteferro: «Creo que hace cinco años sería impensable su participación, pero ellos también ven la reducción de capturas y la destrucción de bancos».

En la última movilización contra los rellenos en la ría de Vigo, este otoño, más cofradías se sumaron a la de Cangas en el apoyo a ARNSV, si bien la suma de nuevos apoyos sociales y de implicación es una cuenta aún pendiente. «Lo primero es que los distintos colectivos de ARNSV nos vayamos conociendo y trabajando más en conjunto», valora Cándido Martínez. «Llegar más allá es complicado, hay muchos colectivos politizados, bastante verticales, enquistados, con directivas que llevan tiempo y sin funcionamiento operativo. Hablo de algún movimiento social, vecinal e incluso de defensa del medio», añade. Un diagnóstico que tampoco es ajeno a parte de las cofradías.

Otro problema radica en una dura oposición política y judicial. Sólo en el caso de Massó, Reigosa cifra en un centenar los juicios por obstrucción de la obra, una parte ya resueltos con multas e incluso órdenes de alejamiento de las obras. En 2008, un acto simbólico en la sede de la Xunta en Vigo con motivo del aniversario del Prestige se saldó con multas de 780 euros por persona. ARNSV apunta a la Subdelegación del Gobierno en Pontevedra. «Ese día hubo actos similares en otras ciudades, pero fuimos los únicos multados», recuerdan. «Así es difícil plantearse más acciones», explica Ferrín. «Es la forma que tienen de coartarnos. Nos cargan de multas y no tenemos ni un duro» -concluye Reigosa-. Aún así aguantamos. No esperamos grandes éxitos repentinos, pero sí que no se hagan las cosas sobre nuestro silencio».

Cuatro años de bloqueos

En Cangas, los vecinos paralizan desde hace cuatro años la construcción del puerto deportivo de Massó al interponerse entre los camiones y las obras. Cuando empezaron eran menos que los 300 de Esparta. En la última manifestación, este verano, sumaron más de 5.000. «De 2005 a 2007, la empresa subcontratada no pudo hacer más allá de un pequeño relleno. Inicialmente no había mucha gente, los del Foro Social de Cangas, sobre todo», recuerda Cándido Martínez, de Luita Verde. En mayo de 2009, la promotora intenta retomar la obra, acompañada de las fuerzas de seguridad. La movilización se salda con 17 detenidos pero los trabajos se paran. «Fue importante que la cofradía declarara que no quería indemnizaciones sino la paralización del puerto», valora Cándido.

Fuente: http://www.diagonalperiodico.net/Ria-de-Vigo-tejiendo-redes-por-el.html

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