Se ha producido un gran revuelo por las imágenes de vídeo de unos estudiantes de la Universidad de Informática de Cuba haciéndole preguntas muy críticas al presidente del Parlamento cubano Ricardo Alarcón. El coro mediático presenta el caso como un amotinamiento contra el gobierno cubano antes sus ineficiencias. Por eso vale la pena que intentemos […]
Se ha producido un gran revuelo por las imágenes de vídeo de unos estudiantes de la Universidad de Informática de Cuba haciéndole preguntas muy críticas al presidente del Parlamento cubano Ricardo Alarcón. El coro mediático presenta el caso como un amotinamiento contra el gobierno cubano antes sus ineficiencias. Por eso vale la pena que intentemos hacer algunas reflexiones.
En primer lugar, la existencia de ese vídeo muestra, de entrada, dos cosas:
– Que en Cuba los dirigentes se ponen a disposición de los ciudadanos para que les pregunten lo que consideren. Eso, además, no es nuevo, yo asistí en abril de 2005 a un acto similar de Ricardo Alarcón (ver http://www.rebelion.org/noticia.php?id=13825) [1] en la escalinata de la Universidad, al aire libre. Los estudiantes, la prensa extranjera y cualquiera que pasara por allí podía levantar la mano y preguntar lo que quisiera.
– Que no existe ninguna persecución a quiénes critican puesto que pueden preguntar sin temor.
Pensemos en ese mismo escenario en Estados Unidos. ¿Cuándo los altos cargos de ese país se han puesto a disposición de estudiantes para que les hagan preguntas? ¿cuándo se ha tratado de estudiantes procedentes de sectores humildes que estén en la universidad de forma gratuita? Veamos lo que le sucedió a un estudiante que también hizo una pregunta incómoda a John Kerry: 19 policías se encargan de sujetarlo y de sacarlo de entre el público, pero como les parece que esta medida es insuficiente no dudan en utilizar un táser (arma moderna que produce una descarga de entre 17.000 y 50.000 voltios) para «calmarlo» o para callarlo [2] , según se puede apreciar en estos vídeos.
Ahora veamos cómo se ha desarrollado la reacción mediática. El vídeo del acto dura dos horas, según pude leer en Univisión, pero los medios sólo han difundido cuatro o cinco minutos centrados en las preguntas críticas de dos estudiantes, no se han visto el resto de las preguntas y se han cortado las respuestas de Ricardo Alarcón. De forma que la censura a las preguntas al presidente del Parlamento cubano sólo ha existido en los medios de comunicación. Se puede comparar con el programa televisivo de preguntas a Rodríguez Zapatero en TVE, donde la pregunta referente a la monarquía apenas fue destacada en los medios y el debate lo generaron en torno al precio de un café en un bar. Y todo en clave nacional, los medios internacionales no le dieron importancia a las preguntas críticas que se pudieron hacer al presidente español.
En esta misma línea nos podemos preguntar qué medios internacionales se interesan por las preguntas críticas de estudiantes a sus altos cargos políticos. ¿Hemos visto en nuestros medios alguna vez a estudiantes colombianos preguntando a Alvaro Uribe? Eso sólo tiene interés cuando se hace al gobierno cubano.
El vídeo de las preguntas críticas de estudiantes cubanos a Ricardo Alarcón no es una muestra de rebelión contra el gobierno, es un ejemplo de que en Cuba hay democracia, libertad de expresión y madurez política de los gobernantes y de los estudiantes. Y de que en nuestros países la manipulación informativa es constante.