La continuidad de la estrategia de la Revolución de que Cuba ha de ser un país de ciencia -un principio primigenio del proceso- quedó reflejada en el Proyecto de Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, documento que durante tres meses se someterá a discusión popular. Los debates de masas […]
La continuidad de la estrategia de la Revolución de que Cuba ha de ser un país de ciencia -un principio primigenio del proceso- quedó reflejada en el Proyecto de Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, documento que durante tres meses se someterá a discusión popular.
Los debates de masas que desde el 1ro. de diciembre hasta el 28 de febrero antecederán las sesiones plenarias del VI Congreso del Partido incluirán un profundo análisis de los lineamientos que fijan la hoja de ruta de la ciencia, la tecnología y la innovación cubanas en los próximos años.
Es un pronóstico de Perogrullo: tómese en cuenta que en los últimos 50 años el país ha graduado a un millón de profesionales universitarios y millones de técnicos y obreros de alta calificación; o que nuestro nivel escolar está por arriba del noveno grado, a la cabeza del Tercer Mundo e incluso por encima de la mayoría de las naciones industrializadas.
En Cuba usted pone un pie en el más modesto taller y le sale de la nada un ingeniero, un investigador o un técnico erudito. Valga otra perogrullada: cuando se trata de ciencia, en Cuba todo el mundo tiene algo que decir (y de lo que no es ciencia también).
Súmese a lo anterior, que decenas de miles de investigadores trabajan en nuestros centros científicos. Y sirva como otro ejemplo, que el desarrollo de Cuba en esta esfera no fue pasado por alto en el Informe sobre la Ciencia 2010 de la UNESCO, que, emitido el pasado 10 de noviembre -Día Mundial de la Ciencia- resaltó el creciente protagonismo en este ámbito de un grupo de países subdesarrollados o emergentes, entre ellos el nuestro.
Son las ciencias las que configurarán el presente y por supuesto el futuro económico de los países. Cuba ni está ajena ni de brazos cruzados. Y aunque el Proyecto de Lineamientos… recoge específicamente en varios incisos este crucial asunto, estamos ante un tema transversal, que lo recorre en su totalidad. De hecho, la misma confección de este documento refleja un arduo ejercicio científico, tanto de teoría marxista como de política, realismo y sentido común -cualidades muy escasas en el mundo de hoy.
En criterio del redactor de Detrás de la Ciencia, se retrata en el Proyecto un escenario económico que funcionará con una alta organización productiva, una elevada eficiencia laboral y un amplio desarrollo tecnológico e innovador, resultados todos -entre otras premisas y fortalezas- de un profundo, responsable y comprometido ejercicio científico-técnico.
Investigación y producción: Un matrimonio ejemplar
En mi opinión, el espíritu y la letra del Proyecto de Lineamientos… configuran el presente y miran el futuro en el tema con largura y también con realismo, al promover una cabal sinergia entre el quehacer investigativo y la producción, pareja que más de una vez ha andado cada uno por su lado, cuando no divorciada.
Así, en el capítulo I, Modelo de Gestión Económica, acápite Esfera Empresarial, el Lineamiento 24 plantea que los «centros de investigación que están en función de la producción y los servicios deberán formar parte de las empresas o de las organizaciones superiores de dirección empresarial, en todos los casos en que resulte posible…».
El propósito es uno: «Vincular efectivamente» el eje investigación-desarrollo-producción. Más adelante, el Lineamiento 127 (capítulo V) enfatiza que en general la empresa socialista -que es y será la forma principal en la economía nacional, como recoge el documento- «tendrá que ir creando las condiciones para propiciar la integración de los logros de la ciencia y la técnica en la producción, donde sea posible y necesario».
También pasa por la economía
El capítulo V del Proyecto de Lineamientos… se dedica por entero a la Política de ciencia, tecnología e innovación que desarrollará el país en los próximos años. Aquí queda ceñida a siete puntos, aunque a lo largo del documento una cifra mayor de incisos se detiene específicamente en el tema, puntualizando su rol en cada una de las esferas de forma prolija y enfática.
El Lineamiento 122 de esta sección fija el camino de un ejercicio coherente con las necesidades del desarrollo económico y el bienestar social de la nación, al plantear la creación de «las condiciones organizativas, jurídicas e institucionales para lograr un tipo de organización económica y un sistema de generalización que combine la investigación científica, el desarrollo de nuevos productos y servicios, la producción eficiente y la gestión exportadora».
El Lineamiento 123, en tanto, convoca a «sostener y desarrollar los resultados alcanzados en el campo de la biotecnología, la producción de equipos médicos de avanzada, la industria del software, las tecnologías educativas, los servicios científicos y tecnológicos de alto valor agregado; la bioinformática y la nanotecnología».
Aquí se trata de una de las esferas más dinámicas de nuestra economía, cuyos rubros se han convertido en los segundos generadores de divisas por concepto de exportaciones de bienes.
El Proyecto de Lineamientos también enfatiza en sostener y desarrollar las investigaciones sobre la protección del medio ambiente y los recursos naturales, y la mitigación y adaptación al cambio climático, que incluye un importante aporte de las ciencias sociales.
Asimismo llama a situar al sector industrial en condiciones de «asumir un papel relevante en el crecimiento económico, en la capacidad innovadora y el cambio estructural del sector productivo, y para que contribuya de forma significativa a la elevación de la independencia económica y de la soberanía tecnológica en ramas estratégicas».
Más adelante, en el capítulo VIII Política Industrial y Energética, el Lineamiento general 202 sobre la Política industrial encomienda: «Priorizar la formación de personal técnico y de cuadros calificados, así como la integración entre las entidades que participan en las actividades científico-tecnológicas, de ejecución de programas de investigación-desarrollo y de mitigación de impactos ambientales».
Y el Lineamiento 208, para las principales ramas de la industria, encarga crear «estructuras organizativas que integren los procesos de financiación, investigación-desarrollo (I+D), producción, ingeniería y soporte técnico de productos y servicios con alto potencial exportador».
En el sector agrícola, el Lineamiento 126 plantea «impulsar la aplicación de la ciencia y la técnica en función del incremento de la producción de alimentos y la salud animal, en todos los eslabones de la cadena productiva».
Al respecto propone disminuir los costos de producción «sobre la base de producir biofertilizantes, plaguicidas y productos similares que permitan reducir las importaciones y la dependencia del mercado externo en estos renglones».
Sobre este tema, el Lineamiento 173 del capítulo VII Política Agroindustrial, enfatiza en potenciar la aplicación de los resultados de la ciencia y la técnica en este sector; mientras que el 187 llama a lograr «una mayor integralidad en el desarrollo de la ciencia y la técnica, haciendo que se integre con eficiencia a la base productiva, perfeccionando los servicios científico-técnicos a los productores».
En la UNESCO
El «caso cubano» fue uno de los estudiados para la elaboración del Informe Mundial sobre la Ciencia 2010 de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), en ocasión del Día Mundial de la Ciencia, celebrado el pasado 10 de noviembre.
Redactado por un equipo de expertos internacionales, el expediente presentó el panorama actual de la ciencia y la tecnología en el mundo, e incluyó estudios sobre varios países de élite: Brasil, Canadá, China, Cuba, Estados Unidos, Federación de Rusia, India, Irán, Japón, República de Corea y Turquía.
El documento resaltó el alcance de las investigaciones científicas en la Isla caribeña. En el análisis regional sobre América Latina señaló: «Cuba se sitúa a la vanguardia de las tecnologías de producción de vacunas y ha conseguido erradicar enfermedades prevenibles utilizando la ciencia y la tecnología para satisfacer necesidades sociales».
También indicó, en un enfoque de género, que en 2008 el país antillano mostraba que el 53 por ciento del total de los profesionales del sector de ciencia y tecnología eran mujeres, y el 53 por ciento del total de los graduados universitarios que emprendían una carrera científica también eran mujeres.
El informe reseñado por UNESCOPRESS indicó además que las tendencias mundiales de la ciencia están pasando de la unipolaridad del Primer Mundo a la multipolaridad, con una amplia participación de los países emergentes.
«Aunque Estados Unidos, Europa y Japón sigan encabezando, a nivel mundial, las inversiones dedicadas a la Investigación y Desarrollo (I+D), la competitividad de los países emergentes, con China a la cabeza, es cada vez mayor», se señaló.