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Saramago dice que la democracia es «una fachada decorativa»

Fuentes: El Mundo

El escritor portugués José Saramago, premio Nobel de Literatura 1998, dijo ayer en San Salvador que la democracia es una «fachada» detrás de la cual «sólo hay unas cuantas vigas carcomidas por la polilla, llenas de polvo y excrementos». Saramago expresó en una conferencia en la Universidad de El Salvador (UES) que los poderes políticos […]

El escritor portugués José Saramago, premio Nobel de Literatura 1998, dijo ayer en San Salvador que la democracia es una «fachada» detrás de la cual «sólo hay unas cuantas vigas carcomidas por la polilla, llenas de polvo y excrementos».

Saramago expresó en una conferencia en la Universidad de El Salvador (UES) que los poderes políticos y económicos «pretenden mantener la decorativa fachada del edificio democrático e impiden con sus discursos machacones y con otros métodos que verifiquemos que detrás de la fachada existe algo todavía».

Saramago afirmó que a la democracia hay que «arrancarla del inmovilismo, de la rutina y de la falta de credibilidad en sus propias virtudes; los factores rutina y falta de fe en sí misma son los que convienen a los poderes económicos y políticos», informa Efe.

Señaló el autor de Ensayo sobre la ceguera que «si junto a la democracia política y, en un mismo plano, se situara la democracia económica y cultural, otras serían nuestras sociedades, otro nuestro mundo. Quizás todavía no sea demasiado tarde para pensar», apostilló.

El escritor, poniendo toda la carne en el asador, dijo que «quizá ya sea tarde para millones de personas, pero quizás todavía puedan salvarse de la ignominia, el hambre y la incultura quienes están detrás de nosotros, que no se salvarán si no abrimos siquiera las puertas del debate».

Criticó también Saramago que el ciudadano sólo sirva «para poner o quitar gobiernos, a veces sin muchas diferencias». El Nobel recibió en la UES un Doctorado honoris causa, y en la misma ceremonia el alcalde de San Salvador, Carlos Rivas Zamora, le nombró «visitante distinguido», aunque el escritor, más modesto, pidió que lo llamaran únicamente «visitante» y «amigo».