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Redada contra quienes denunciaron la muerte de sus compañeros

Se eleva a dos los inmigrantes asesinados en la frontera de Melilla

Fuentes: Indymedia Estrecho

Los inmigrantes hablan en el siguiente comunicado y exigen justicia para sus compañeros asesinados. Dos inmigrantes presuntamente asesinados por la guardia civil en la frontera de Melilla. La madrugada del lunes 29 de agosto ha sido trágica. Dos compañeros cameruneses partieron con nosotros a la alambrada que separa el monte Mariguari en Marruecos con la […]

Los inmigrantes hablan en el siguiente comunicado y exigen justicia para sus compañeros asesinados.

Dos inmigrantes presuntamente asesinados por la guardia civil en la frontera de Melilla.

La madrugada del lunes 29 de agosto ha sido trágica. Dos compañeros cameruneses partieron con nosotros a la alambrada que separa el monte Mariguari en Marruecos con la Ciudad de Melilla.

Éramos varios, tampoco muchos, comenzó la carrera, los coches de la guardia civil nos buscaban, es como siempre una lucha , una pelea, una guerra… Sólo que muy desigual, ellos tienen esos gases que nos asfixian, esas pelotas de goma que te parten el alma cuando te disparan. Ellos tienen también balas reales, que a veces suenan en la noche. Nosotros tenemos las manos y los pies, y la idea de no oponer resistencia. Lo importante es el grupo y las esperanzas de un camino recorrido de dos o tres años desde nuestros países de origen para llegar a la ansiada Europa.

También tiene la guardia civil unas grandes porras que caen al cuerpo pesadas y rápidas, que nos rompen los huesos y la esperanza. Algunas de esas porras tienen también electricidad y sientes cómo el cuerpo te tiembla por dentro, como pierdes la respiración en un momento y crees que vas a morir.

Ese día fue como tantos otros, con sus heridos como tantos otros días. Esta vez la policía marroquí no estaba. Éramos nosotros y los guardias. Muchos habíamos atravesado las dos alambradas, estábamos ya en Melilla, la guardia civil abrió la puerta pequeña y nos devolvió a Marruecos. A los heridos, a los sanos y a dos cuerpos sin vida. En el fragor de la noche y en el miedo a que llegasen los militares marroquíes y nos deportasen a Oujda (en la frontera con Argelia, en tierra de nadie) completando el trabajo de las fuerzas españolas, nos escondimos en el bosque. Fue a la mañana siguiente cuando encontramos el cuerpo de uno de nuestros hermanos destrozado a golpes y claro está muerto. También vimos que a la alambrada se habían trasladado los jefes de la gendarmería real e intuímos que algo malo había pasado. Los marroquíes decían que había otro cuerpo muerto en la alambrada.

Estuvimos al lado del cadáver, hicimos dos llamadas de teléfono pidiendo socorro, para que las autoridades internacionales sean conscientes de todo lo que está pasando. Alguien llegó y filmó, vió y pudo testimoniar que aquello que decíamos era verdad. También Médicos sin Fronteras ha visto los heridos, y uno de los cadáveres, también saben que uno de los muertos tenía el estómago reventado. ¿Por qué entonces tanto silencio? Nosotros, los clandestinos, como se nos llama, los que no tenemos palabra también juramos por nuestra dignidad (porque aunque nos maten seguimos teniéndola como seres humanos) que vimos como nuestros compañeros eran golpeados por la guardia civil hasta la muerte, y que después abrieron la puerta pequeña de la alambrada y tiraron sus cadáveres como perros en territorio marroquí.

Y sabemos que volveremos a ir hacia la alambrada, muchos de nosotros huímos del hambre y de la guerra. Pero no tenemos miedo porque aunque todos los organismos nos dejen solos sabemos que somos seres humanos y que no hemos hecho nada, que los asesinos no están entre nosotros, y que al menos dios sabe todo eso.

REACCIONES DE INMIGRANTES DESDE EL CAMPAMENTO DEL BOSQUE AL LADO DE CEUTA

«Pueden devolvernos hasta Marruecos, pero pegar a un ser humano hasta matarlo, ¿eso qué es?, no puedo comprenderlo. Sabíamos que algún día pasaría. Aquí cada día volvemos heridos, cada día la guardia civil de Ceuta nos envía a Marruecos, aunque estés en la ciudad. En Ceuta no hay morenos porque cada día nos pegan y nos maltratan en la alambrada. Todos somos devueltos: mujeres embarazadas, niños, incluso aquellos que piden asilo», F.C, maliense.

«Eran hermanos cameruneses. Hoy es un día de duelo para nosotros. Verdaderamente qué barbarie, me recuerda a cuando los militares entraron en mi casa nos robaron todo y violaron a personas de mi familia. Creía que en Europa no pasaría esto, creía que la policía de Europa era otra cosa, pero después de ver a la guardia civil me pregunto ¿España es un país democrático?, ¿son los jefes del gobierno los que ordenan pegar hasta matar o son los propios militares de la guardia civil?, E.G., camerunés.

«Ahora es cuando doy gracias a Dios por estar vivo. He pasado dos veces por el agua, nadando hasta Ceuta. Dos veces que la guardia civil nos ha enviado a Marruecos. Soy congolés y les pedía por favor que necesitaba refugiarme en España, mi hermano fue descuartizado por los miliitares y puesto en la puerta del hospital general de la capital donde trabajaba como médico. En lugar de escucharme, una de las veces, un guardia civil con barba, uno mayor que parece jefe, sacó su arma, me habían desnudado y yo tenía mucho frío porque era de noche y había pasado nadando, con la pistola me apuntó a la cabeza y me puso de rodillas. Me dijo que ese era el único asilo que encontraría allí la muerte. Sabes podría reconocer a ese guardia civil hasta en el infierno, pero nunca tendré el derecho a defenderme. Ahora sé que si hubiese querido matarme podría haberlo hecho con total impunidad». M.L., congolés.

REACCIONES DE INMIGRANTES DESDE OUJDA (FRONTERA CON ARGELIA)

«No me extraña nada, yo estaba allí también antes de que la guardia civil me deportase a Marruecos y los militares marroquíes me enviasen a la frontera con Argelia, y los militares argelinos me reenviasen a Marruecos de nuevo. Así me ha pasado tres veces, ahora quiero volver a mi país, pero cómo, soy de Namibia, para llegar hasta allí imagínate. Yo esperaba que algún día esto pasara, la Guardia Civil es de las policías más violentas que he encontrado desde Namibia hasta aquí»C. D, namibio.

«Salí de mi país que está en guerra con todos los dientes. Los mantuve por todo África y una noche un guardia civil me los rompió con su porra. Siete dientes, siete que perdí en Europa, lo peor es que te hacen perder la dignidad, después se ríen llamándote moreno. No quiero hablar más, ¿es qué alguien va a hacer algo contra los asesinos?», L.D., costa marfileño.

Pedimos a las organizaciones sociales unirse a este grito de justicia.
Pedimos a las organizaciones testigos de estos hechos que denuncien públicamente lo que han visto.
Exigimos al gobierno español que depure responsabilidades y haga justicia dentro de la guardia civil.
Exigimos al gobierno español que cumpla el artículo 157 del reglamento de extranjería.
Exigimos al gobierno español que cesen las torturas en las fronteras de Ceuta y Melilla.

Redada contra los inmigrantes que denunciaron la muerte de sus compañeros

A las seis de la mañana los militares marroquíes han entrado en el campamento de inmigrantes al que pertenecían los dos cameruneses asesinados por la guardia civil. Los militares contaban con un helicóptero y con un gran número de efectivos. Se han efectuado numerosísimas detenciones. El resto de compañeros está escondido en los bosques.

Estos hechos demuestran la colaboración eficaz de las fuerzas de seguridad marroquíes y del estado español en la represión brutal y el asesinato de compañeros inmigrantes.

A las dos de la madrugada del día veintinueve de agosto un grupo de cincuenta y dos inmigrantes se traslada a la valla fronteriza de Melilla. El grupo se divide en tres, uno de ellos compuesto por dieciséis inmigrantes.

Este grupo es visto por dos coches de la guardia civil. Los cuatro agentes salen de los mismos y comienzan a disparar con balas de goma. En ese momento llegan refuerzos, varios coches.

Del grupo de dieciséis ocho han atravesado las dos vallas que separan territorio marroquí de territorio español. Dos de ellos están vomitando sangre, una pelota de goma a muy corta distancia ha herido a un inmigrante en la zona del estómago. Otra pelota, también a corta distancia, ha ido a dar contra el pecho de otro inmigrante.

Agentes de la guardia civil comienzan a pegar con la culata de los fusiles y con porras eléctricas a los ocho inmigrantes reducidos en el suelo. Uno de estos ocho inmigrantes ve como uno de los compañeros que vomitaba sangre ya no se mueve. El otro continua vomitando.

La guardia civil abre la puerta pequeña de la alambrada que sirve como frontera a Melilla y Marruecos, enviando a territorio marroquí a las ocho personas. Uno de ellos es un cuerpo inerte, otro está malherido.

Los seis compañeros corren a esconderse. Y es a la mañana siguiente cuando la comunidad de inmigrantes cameruneses recupera uno de los cadáveres. El otro que yacía al lado de la alambrada, y que ha sido visto por un inmigrante guineano es recuperado por efectivos de la gendarmería real marroquí.

Al mediodía del día veintinueve la comunidad de inmigrantes cameruneses llama a las organizaciones sociales para denunciar y atestiguar estas muertes.

Por la tarde deciden, un grupo de estos ciudadanos cameruneses acercarse a una de las fronteras oficiales de Melilla para mostrar el cadáver a la Guardia Civil que se encuentra al otro lado de la alambrada.

Hacen esto en forma de protesta y acusan directamente a la Guardia Civil de la muerte del compañero.

Pasados los primeros momentos de sorpresa las autoridades marroquíes llegan a la zona y detienen a este grupo que pasa a comisaría para ser deportado posteriormente a la frontera con Argelia.

El treinta de agosto sobre las cuatro de la tarde, uno de los inmigrantes testigos de los acontecimientos era interrogado en la gendarmería real.

El treinta y uno de agosto al medio día dos testigos de nacionalidad marroquí confirman haber visto a la guardia civil expulsando a un grupo de inmigrantes el veintinueve a la madrugada y que dos de las personas eran prácticamente arrastradas por agentes de la benemérita.

La hora y el lugar de los testigos marroquíes coincide con las declaraciones de los testigos cameruneses.

BRUTAL REDADA CONTRA LOS INMIGRANTES EN LOS BOSQUES DE NADOR

El treinta y uno a las seis de la mañana los militares marroquíes han entrado en los bosques de Nador cercanos a la frontera de Melilla donde se encuentran los inmigrantes subsaharianos.

La redada, según relatan los propios inmigrantes ha sido terrible. A las tres de la tarde hora marroquí hemos podido establecer comunicación con algunos de los inmigrantes que se encuentran escondidos desde esta mañana.

Confirman que hay muchos detenidos que serán deportados a la frontera de Argelia y que el número de efectivos de las fuerzas de seguridad marroquíes era mucho más numeroso que en otras ocasiones.

Las dotaciones militares disponían también de un helicóptero.

Como sucede en la mayoría de los casos, los inmigrantes han recibido torturas de parte de los militares marroquíes y se han dado también casos de pillaje. Todas las escasas pertenencias de los inmigrantes han sido quemadas o robadas. Los compañeros cameruneses manifestaban la dureza de los días vividos después de la muerte de los dos inmigrantes.