Puede que Monsanto no sea la compañía más grande del mundo, ni la peor. Sin embargo, el gigante de la biotecnología de St. Louis Missouri se ha convertido en el emblema de todo lo que está mal con nuestro sistema de alimentación industrial y el sistema agrícola. Con 21.000 empleados en 66 países y 15 […]
Puede que Monsanto no sea la compañía más grande del mundo, ni la peor. Sin embargo, el gigante de la biotecnología de St. Louis Missouri se ha convertido en el emblema de todo lo que está mal con nuestro sistema de alimentación industrial y el sistema agrícola.
Con 21.000 empleados en 66 países y 15 mil millones de pesos en ingresos, Monsanto es un peso pesado en la industria de la biotecnología. El acaparador y monopolista de las semillas del mundo es la fuente de al menos un tercio de las emisiones globales de gases de efecto invernadero antropogénicos, y es en gran parte responsable de la pérdida de suelos, agua y biodiversidad. Sin dejar de lado la marginación y a veces el terror que la compañía provoca en millones de pequeños agricultores.
Desde principios del siglo 20, Monsanto ha comercializado productos altamente tóxicos que han contaminado el medio ambiente y enfermado de manera permanente o incluso matado a miles de personas en todo el mundo. Los más tóxicos de sus productos incluyen:
• PCB: uno de los 12 contaminantes orgánicos persistentes que afectan a la fertilidad humana y animal.
• 2,4,5 T (2,4-D): un componente del Agente Naranja que contiene dioxina y que fue utilizado por el ejército de Estados Unidos durante la guerra de Vietnam. Sigue siendo una de las principales causas de defectos de nacimiento y cánceres.
• Lasso: un herbicida prohibido en Europa
• Roundup: el herbicida más utilizado en el mundo, es la causa de una de las tragedias más grandes de salud y ambiente en la historia moderna. Este herbicida altamente tóxico, se rocía en los cultivos transgénicos incluida la soya y el maíz para la alimentación animal o para la producción de biocombustibles, ya ha sido recientemente clasificado como un probable carcinógeno humano por la Organización Mundial de la Salud.
En una rara excepción, Monsanto se ha solicitado a Monsanto pagar 46.5 miles de millones de pesos para compensar a las víctimas de intoxicación por uno de sus tóxicos. A veces la empresa negocia y llega a acuerdos fuera de la corte, para evitar tener que admitir cualquier «mala conducta».
Pero en su mayor parte, gracias a la poderosa influencia de la multinacional sobre los políticos de Estados Unidos y el mundo, Monsanto ha sido capaz de envenenar con total impunidad.
Es hora de que lxs ciudadanxs del mundo luchen y resistan. El 15 y 16 de octubre en La Haya, Holanda, la Ciudad Internacional de la Paz y la Justicia, un panel de distinguidos jueces internacionales escuchará el testimonio de testigos que han sido afectados y dañados por Monsanto, debidamente representados por abogados legítimos.
En su preparación para el tribunal ciudadano, y durante el testimonio, los jueces tomarán en cuenta seis preguntas que son relevantes no sólo en relación con Monsanto, sino con todas las empresas involucradas en modelar el futuro de la agricultura. Las seis preguntas son:
1. Derecho a un medio ambiente sano: ¿violó la empresa Monsanto, por sus actividades, el derecho a un medio ambiente seguro, limpio, sano y sostenible, como se reconoce en el derecho internacional de los derechos humanos, teniendo en cuenta las responsabilidades impuestas a las empresas por parte de los Principios Rectores de Empresas y Derechos Humanos, según lo aprobado por el Consejo de Derechos Humanos en su resolución 17/4 de 16 de junio de 2011?
2. Derecho a la alimentación: ¿La empresa Monsanto violó, por sus actividades, el derecho a la alimentación, como se reconoce en el artículo 11 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y en los artículos 24.2 y 27.3 de la Convención sobre los Derechos del niño, y en los artículos 25 (f) y 28.1 de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, teniendo en cuenta las responsabilidades impuestas a las empresas por los Principios Rectores sobre Empresas y Derechos Humanos, como aprobado por el Consejo de Derechos Humanos en su resolución 17/4 del 16 de junio de 2011?
3. Derecho a la salud: ¿La empresa Monsanto violó, por sus actividades, el derecho al nivel más alto posible de salud, tal como se reconoce en el artículo 12 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, o el derecho del niño al disfrute del más alto nivel posible de salud, explícito en el artículo 24 de la Convención sobre los Derechos del niño, teniendo en cuenta las responsabilidades impuestas a las empresas por parte de los Principios Rectores sobre Empresas y Derechos Humanos, según lo aprobado por el Consejo de Derechos Humanos en la Resolución 17 / 4 del 16 de junio 2011?
4. La libertad de expresión y la investigación académica: ¿La empresa Monsanto viola la libertad indispensable para la investigación científica, garantizado por el artículo 15 (3) del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, así como la libertad de pensamiento y de expresión garantizados en el artículo 19 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, teniendo en cuenta las responsabilidades impuestas a las empresas por parte de los Principios Rectores de empresas y derechos humanos, según lo aprobado por el Consejo de Derechos Humanos en su resolución 17/4 del 16 de junio de 2011?
5. Complicidad en crímenes de guerra: ¿Es la empresa Monsanto cómplice en la ejecución de un crimen de guerra, tal como se define en el artículo 8 (2) de la Corte Penal Internacional, al proporcionar materiales para el Ejército de los Estados Unidos en el marco de la operación «Ranch Hand» lanzado en Vietnam en 1962?
6. Ecocidio: ¿Podrían las actividades pasadas y presentes de Monsanto constituir un delito de ecocidio, entendido como la generación de daños graves o destrucción del medio ambiente, alterando de manera significativa y duradera los bienes comunes o servicios de los ecosistemas de los que ciertos grupos humanos dependen?
Las y los jueces del tribunal ciudadano no tienen la facultad de adoptar decisiones vinculantes. Pero van a emitir opiniones que proporcionarán a las víctimas y sus asesores legales de argumentos y fundamentos legales para futuras demandas en contra de Monsanto en su jurisdicción nacional.
A lo largo de la historia, los tribunales ciudadanos han sido un instrumento eficaz para resaltar la necesidad de cambiar la ley internacional, de modo que las víctimas de las empresas transnacionales tengan un medio para la reparación del daño. Se logra más éxito cuando son capaces de atraer la atención de los medios de comunicación, y cuando están respaldados y apoyados por millones de ciudadanxs en todo el mundo.
Si quieres apoyar el Tribunal Internacional contra Monsanto y seguir su progreso, firma aquí. (Las organizaciones también pueden firmar aquí).
Para presentar el testimonio de algún testigo, reclamaciones vía correo electrónico: www.monsanto-tribunal.org También puedes apoyar el tribunal financieramente.
Más sobre el Tribunal Internacional de Monsanto.
Katherine Paul es directora asociada de la Asociación de Consumidores Orgánicos .
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.