Salomé nos ha dejado un 23 de diciembre. Con ella compartimos trozos de un mundo que está por venir. A Salomé la hemos conocido en tiempos de lucha, esperanza y comunidad. Recordad que hace menos de cuatro años, en la Puerta del Sol, ocurrieron cosas que muchas llevábamos tiempo deseando, y Salo estaba entre nosotras. […]
A Salomé la hemos conocido en tiempos de lucha, esperanza y comunidad. Recordad que hace menos de cuatro años, en la Puerta del Sol, ocurrieron cosas que muchas llevábamos tiempo deseando, y Salo estaba entre nosotras. Luego lo llamamos 15M. Ella formaba parte de la comisión de Análisis Sol que se formó en la acampada, gentes de bien que ponían su experiencia y sus saberes sobre la mesa a disposición de todas, para ayudarnos a leer el mundo y a hacerlo mejor, más justo, más democrático, más común. Era el enlace con la comisión de Difusión en Red, así tuvimos la suerte de conocerla. Con ella hemos pasado días frenéticos de acción colectiva: noches de curro, madrugones para lanzar campañas en redes, coberturas de manifestaciones, alertas de palos de la policía… Mientras improvisábamos centros de medios en oficinas de prestado o en parques y plazas, Salo y su grupo nos daban las pistas, los ejes para enfocar la comunicación. Estaban atentas y nos indicaban dónde atacar, dónde conseguir ese plus de valor en la comunicación política gracias a sus análisis de los discursos mediáticos y populares que estábamos poniendo en juego. Ellas encontraban claves y nos las regalaban a todas las que estábamos alrededor.
Pasó todo un año de intensa vida y activismo en el que seguimos caminando junto a Análisis Sol y llegó el verano de 2012. Alguien había lanzado una campaña para «ocupar el Congreso», y había que trabajar para afinar el mensaje, hacerlo de todas. Impugnar el Régimen del 78 de una manera inclusiva. Nuestros caminos volvieron a juntarse en la Coordinadora 25S. La sonrisa de Salomé, su inteligencia, su dulzura, su fuerza y sus ganas de luchar contribuyeron en gran medida aquellos días a seguir dando la batalla a ese 1% que acumula el poder. Un combate que libramos desde el ámbito que tanto a ella como a nosotras se nos daba mejor: la comunicación, siempre a pie de calle. Recordamos nítidamente a Salo, y a su compañero Germán, domingo tras domingo en las asambleas del Retiro o ya en Neptuno, megáfono en mano, hablando a la multitud que le gritaba al Congreso que «no nos representan». Siempre decididas, siempre poniendo el cuerpo para el cambio social.
No solo a dar batalla, Salomé contribuyó y contribuye a sostener esa comunidad que seguimos tejiendo en redes y plazas. Los mejores logros de Salomé han tenido que ver con todo lo que sostiene nuestras vidas, con un delicioso y atento trabajo de cuidados. La hemos conocido en momentos épicos y también en el día a día, bajando a abrir el local de Cruce cada vez que hemos necesitado un lugar donde reunirnos, editando interminables actas de asambleas, parándose a tomar algo cuando paseaba con sus perras Nico y Lotta por Lavapiés y en muchas otras circunstancias, siempre atenta y amable.
Estamos convencidas de que sin personas como Salomé nuestro mundo sería hoy un poco peor. El pensamiento de que las cosas se pueden hacer de otra manera no es sino el mejor legado de gente que, como Salo, ha dado toda su energía para ello. Y lo ha hecho sin querer nada a cambio, lejos de cualquier foco, de cualquier ego, desde la más profunda sensatez de quien sabe leer el mundo en el que vivimos y las relaciones de interdependencia que nos atraviesan. Lo último que nos dijo, ya ingresada en el hospital, tenía que ver con su intención de construir movimiento municipalista en Madrid. En ningún momento se le pasó por la cabeza dejar de trabajar por todas.
Salomé nos ha dejado un montón de saberes irreversibles. Saberes que, de alguna manera, nos van a seguir empujando hacia aquello que queríamos construir allá por 2011, cuando nos encontramos. Nos conocimos luchando contra lo injusto; y estos días hemos vuelto a unirnos, a sabiendas de que su fallecimiento era tan injusto como irremediable. Y hemos peleado como nos enseñó, como ella sabía: con serenidad y decisión. Y nos sentimos orgullosas de haberlo hecho a su lado también esta última vez. Nada nos va a empujar más a seguir luchando juntas como la sensación certera de que Salo va a estar siempre con nosotras. Ella y todo lo que nos ha enseñado.
Desde cada nodo, desde cada plaza, gracias por todo, Salomé.
Fuente: https://www.diagonalperiodico.net/movimientos/25166-si-tocan-nos-tocan-todas-gracias-salo.html