El pasado 28 de agosto, el diario digital Radio y Televisión Martí dió otra muestra de su intolerancia y de la total incapacidad de sus periodistas para hacer un análisis neutral y completo. El citado diario reproducía un artículo publicado por el periódico canadiense The Globe and Mail en el que se atacaba a Jagrup […]
El pasado 28 de agosto, el diario digital Radio y Televisión Martí dió otra muestra de su intolerancia y de la total incapacidad de sus periodistas para hacer un análisis neutral y completo. El citado diario reproducía un artículo publicado por el periódico canadiense The Globe and Mail en el que se atacaba a Jagrup Brar – diputado canadiense y miembro del opositor Nuevo Partido Democrático (NPD)- por el simple hecho de haber expresado elegios a favor de la Revolución cubana y de sus logros históricos. La culpa de Brar se reducía a una fatal declaración: «la brecha entre los ricos y pobres virtualmente no existe en Cuba, la educación en la Isla es gratuita y ningún niño se va de noche a la cama con hambre«. Éso provocó la reacción de los miembros del Partido Liberal canadiense y de los periodistas de martinoticias.
En una mezcla de banalidades y generalizaciones completamente desconectadas del contexto caribeño, se hacía el típico llamado a las ‘libertades individuales‘ y, sobre todo, al fenómeno migratorio cubano. En ese sentido, el Partido Liberal y los de martinoticias criticaban las declaraciones de Brar aduciendo «que los cubanos arriesgan sus vidas en diminutos botes de pesca para atravesar aguas infestadas de tiburones a fin de escapar de uno de los últimos regímenes comunistas del mundo«.
Es decir, una vez más fue publicado un artículo banal y de escaso valor informativo que pretendía quitar el fenómeno migratorio cubano de su contexto histórico y geográfico y, además, anular todos los logros -internacionalmente reconocidos- dela Revolución cubana por el hecho de que existen emigrantes cubanos ilegales.
La conclusión sigue siendo siempre la misma: la emigración cubana se convierte automáticamente en un fenómeno político y sentencia el fracaso del sistema vigente en la Isla mientras que todos los fenómenos migratorios del mundo (incluso y sobre todo los del entorno caribeño) tienen exclusivamente matriz económica y nunca se habla de ‘fracaso del sistema capitalista’.