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«Sin gritar eureka, pero igualmente emocionados»

Fuentes: www.visionesalternativas.com

Víctor Casaus tiene muchos sueños. Los sueña despierto, andando por su ciudad, haciendo sin descanso, rompiendo bloqueos y esquemas, desde el Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau.   Ayudar a descubrir, primero, y consolidar después al Arte Digital entre los cubanos es uno de esos sueños. Acaba de hacerlo realidad plenamente. «Este X Salón […]

Víctor Casaus tiene muchos sueños. Los sueña despierto, andando por su ciudad, haciendo sin descanso, rompiendo bloqueos y esquemas, desde el Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau.   Ayudar a descubrir, primero, y consolidar después al Arte Digital entre los cubanos es uno de esos sueños. Acaba de hacerlo realidad plenamente.

«Este X Salón y Coloquio de Arte Digital ha confirmado una verdad inicial e importante: el arte digital existe entre nosotros. Lo hemos hallado, junto a los artistas digitales cubanos que nacieron y se formaron en estas diez jornadas y a los artistas internacionales que nos han acompañado, sin gritar ¡Eureka!, pero igualmente emocionados por la aparición de lo nuevo: no de lo que va a venir, sino de lo que ha llegado».

Del 2 al 8 de noviembre se desarrolló el X Salón. La parte vieja de La Habana , rejuvenecida con esta forma de creación, y otras zonas de la capital fueron escenario de exposiciones, coloquios, muestra de audiovisuales, acciones plásticas de todo tiempo, en la que las artes de fundieron, haciendo desaparecer las fronteras.

Casaus recuerda esos tiempos fundacionales, cuando muy pocos creían en el Arte Digital. Era 1999, un año difícil en la Isla , inmersa todavía en la mayor crisis de su historia eufemísticamente llamada Período Especial, cuando las computadoras eran reducidas y mayoritariamente llegadas a través de donaciones de amigos.

En medio de esas carencias Víctor, Abel Casaus, la coordinadora del Centro, María Santucho, y el resto de los trabajadores de la institución se lanzaron a esta aventura, a la que se fueron sumando, poco a poco pero decididos, creadores cubanos y artistas de todas las latitudes.

«En las palabras para el catálogo de uno de los salones, Abel Casaus -que los fundó junto a mí y a María, con la participación del pequeño equipo del Centro Pablo– comentaba: De estas experiencias han surgido amigos, enemigos y planetas. Este X Salón puede confirmar aquella verdad temprana: aquí estuvieron los amigos, que han crecido (artistas digitales, plásticos, diseñadores gráficos, fotógrafos, periodistas…) celebrando la fiesta de todas y de todos, incluso de los (pocos) enemigos atrincherados en la ignorancia, los papeles innecesarios o la oblicuidad. Y los planetas… bueno, los planetas siguen girando a pesar de los segundos, bajo la gloria humana y electrónica del arte digital en esta apuesta interminable a favor de la imaginación y la belleza».

Estuvieron por estos días en La Habana amigos como la argentina Alicia Candiani con su exposición Jouissance y su ponencia Nuevos medios, viejas historias: la presencia de los medios digitales en los circuitos internacionales del arte contemporáneo, y sobre todo con su experiencia y sabiduría: «Creo que este Salón va a ser un hito, un quiebre, porque en una década han pasado muchas cosas en relación con el arte digital. Al inicio ni siquiera era visto como posibilidad y ahora está instaurado en los medios como disciplina artística».

También, entre nosotros, el mexicano Pedro Meyer, destacado exponente de la fotografía mexicana contemporánea, quien incentivó la polémica en el Coloquio con su exposición sobre los libros del futuro, en la que llamó a prepararse, sobre todo las mentes y con urgencia, para las nuevas formas de creación que ya se imponen. Su exposición Fotografías recientes demostró, si hiciera falta, por qué es un referente, y muestra, como comentó la crítica de arte Carina Pino Santos, «la contemporaneidad de su labor, aplicando las nuevas tecnologías digitales».

Y no podía faltar en esta fiesta uno de los pioneros del Arte Digital en la Isla , Luis Miguel Valdés, quien comparte su vida y su obra -que es casi lo mismo- entre Cuba y México, donde tiene su taller La siempre Habana. A Luis Miguel y a otro iniciador, que fue José Gómez Fresquet (Frémez) se les dedicó la muestra Homenaje, en Taller Experimental de Gráfica de La Habana , donde ambos dejaron su impronta.

Compartió esta experiencia creativa, asimismo, el catalán Xavier Pintanel, director de CANCIONEROS.COM, el diario digital de la canción de autor más visitado en Europa, quien presentó y participó en la ponencia del joven fotógrafo español Juan Miguel Morales titulada Fotografiar música. Mundo analógico y mundo digital: dos cuerpos diferentes con un mismo espíritu. Aunque Juan Miguel no pudo estar físicamente en el Salón, sí lo estuvo gracias a su exposición Caminos.

 

Anteriores ganadores de los salones como Ángel Alonso, Katia Hernández, Enrique Smith y Orlando y Eduardo García (integrantes del proyecto Siamés) expusieron en esta décima edición. Además se dio a conocer la exposición Ciertas visiones, con fotografías de algunos de los diseñadores norteamericanos que, junto a artistas cubanos, dieron vida durante cinco años al proyecto Sharing Dreams/Compartiendo Sueños.

 

Tampoco podía faltar en este Salón la presencia del cartel, ese que ha documentando durante tantos años la historia nacional. Así, colgados de los balcones del Centro, hacia el patio de las yagrumas, se mostraron el martes 3 las obras que conforman la muestra 10 x 10: 10 años de Arte Digital. «Diez carteles y un único mensaje: celebrar y perpetuar lo realizado en estos nuevos, inquietantes territorios de la creatividad», aseguró el profesor y crítico Jorge Bermúdez. Un día después se presentaron otros dos: el dedicado a los diez años de Arte Digital, realizado por el Premio Nacional de Diseño Gráfico, el maestro Héctor Villaverde, y el centrado en este X Salón, del joven profesor de la Universidad de la Ciencias Informáticas , Leriam Jiménez, ganador del primer premio en la categoría de Obra Impresa en 2007.

El cierre del X Salón y Coloquio de Arte Digital fue una reafirmación de la fusión entre las artes. Convocados por Luis Miguel Valdés y por el fotógrafo mexicano Juan San Juan -quien también viajó a La Habana para participar en el evento-, artistas plásticos cubanos -digitales o no- dibujaron sobre unas lonas que tenían fotos digitales de San Juan. Allí, en las terrazas del Centro Pablo, una treintena de artistas compartieron imaginación y razones, dando fe de lo que Casaus había afirmado días antes:

«Diez años después de nacidos estos Salones de Arte Digital, que abrieron espacios de expresión, difusión y debate a los artistas cubanos y acogieron la presencia siempre enriquecedora de creadores digitales de más de treinta países, confirmamos con alegría y orgullo que estas nuevas formas de creación artística llegaron para quedarse en el vasto panorama de la cultura cubana y que, juntos, hemos hecho este sitio de creatividad, participación y resistencia cultural».

Fuente: http://www.visionesalternativas.com/index.php?option=com_content&task=view&id=45600&Itemid=1