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54 años de revolución

Socialismo a la cubana

Fuentes: Revista Punto Final

Los cambios en la economía cubana son seguidos con interés en todo el mundo. Explícitamente no se apartan del socialismo y buscan, al mismo tiempo, lograr mayor productividad y eficiencia a través de la descentralización, el funcionamiento de cooperativas y el trabajo por cuenta propia como fuente de empleo controlado para que no haya explotación. […]

Los cambios en la economía cubana son seguidos con interés en todo el mundo. Explícitamente no se apartan del socialismo y buscan, al mismo tiempo, lograr mayor productividad y eficiencia a través de la descentralización, el funcionamiento de cooperativas y el trabajo por cuenta propia como fuente de empleo controlado para que no haya explotación. El 1º de enero de 2013 se cumplen 54 años del triunfo de la revolución, en ese marco se llevan adelante los cambios en la economía de la isla.

Visitó nuestro país -en misión de amistad e intercambio-, el vicepresidente de la Asociación de Economistas de Cuba, Joaquín Infante Ugarte, con quien conversamos sobre los cambios que se están produciendo en Cuba en el marco de la sociedad socialista.

«Quisiera precisar -dijo Infante- que en Cuba no hay un proceso de reformas económicas que cuestionen el socialismo. Hay un perfeccionamiento del modelo económico, no un cambio del socialismo, establecido en nuestra Constitución como conquista irreversible, aprobada abrumadoramente por el pueblo. Tampoco estamos haciendo modificaciones al sistema político. Prefiero, entonces, hablar de ‘perfeccionamientos económicos’ en un sistema que se basa en la propiedad social de los medios de producción, en la planificación y no en el mercado. Aunque sostengo, al mismo tiempo, que hay manifestaciones de mercado.

Este perfeccionamiento es la respuesta a un reto que afronta el socialismo, el sistema más adecuado para la sociedad ya que es la planificación la que orienta los recursos y no el mercado, que se guía exclusivamente por la ganancia. Ahora bien, si en el lugar central de la sociedad se coloca al ser humano, como ocurre en el socialismo, no puede ser el lucro su factor dinámico fundamental. Por ello, como sustento de los perfeccionamientos en marcha, en Cuba siguen las grandes conquistas de la revolución: la salud, la educación, la cultura, el deporte y la recreación en forma gratuita. Es decir, que en esas áreas no se admiten ganancias, y como es preciso orientar hacia allá los recursos necesarios, eso lo debe hacer la planificación. Al mismo tiempo, hay que satisfacer las otras necesidades de los integrantes de la sociedad, y los costos que eso implica. Nuestra economía es pequeña, poco desarrollada, aunque con grandes avances en investigación científica y la llamada ‘sociedad del conocimiento’, con alta dependencia de importaciones que cuestan dinero y ese dinero debemos obtenerlo de los precios. Necesitamos una economía eficiente y de mayor productividad. Hay que tener en cuenta la demanda y los precios, y ahí se advierten las manifestaciones de mercado. Como panorama general, tenemos que los medios fundamentales de producción están en manos del Estado, representante de los intereses generales».

EXCESO DE ESTATISMO

«Tratamos que no estén en las empresas estatales los servicios personales y otros servicios que no son fundamentales, pero sí importantes para el bienestar de la población. En el sector estatal había muchas más personas que las necesarias, entre otras cosas porque prácticamente todo estaba en manos del Estado. Incluyendo taxis, lavanderías, cafeterías, restaurantes, trabajos de gasfitería, de reparación y habilitación de casas, reparación de zapatos y ropas, pequeños negocios, etc. Eso no era eficiente, porque no había posibilidades de controlarlo todo. Ahora la idea es que constituyan cooperativas para hacer esos trabajos como pequeñas y medianas empresas. Cooperativas que incluso pueden contratar trabajadores externos durante no más de tres meses, dado que tienen que ser esencialmente transitorios. Se aceptan también trabajadores por cuenta propia, trabajadores individuales que se instalan por su cuenta, cumplen con las exigencias legales, pagan impuestos e incluso, pueden contratar personal. Este personal también son trabajadores por cuenta propia y tienen, como sus contratantes, un sistema especial de seguridad social. La protección social se extiende a todos los trabajadores y es una de las características de nuestro modelo.

En el centro de la preocupación está el sector agropecuario, en especial las cooperativas, como una forma socialista de producción. Su importancia es evidente: nos pueden ahorrar muchas divisas que ahora debemos gastar en la importación de alimentos para proporcionar a nuestra población una alimentación adecuada. En el sector agropecuario hay también trabajadores por cuenta propia con pequeñas o medianas empresas. El 70% de la tierra cultivable está en manos de las cooperativas y de los agricultores individuales, que aumentarán sustancialmente la producción. Se ha dispuesto incluso que tierras ociosas o que no son utilizadas por el sector estatal y las cooperativas, sean entregadas a los que se interesen en explotarlas. Esas tierras son entregadas en usufructo por diez años, renovables por otros diez si tienen buenos resultados».

AUMENTAR LA PRODUCCION DE ALIMENTOS

¿En el sector agropecuario los precios se fijan de acuerdo al mercado? ¿Hay canales de distribución expeditos, lugares de acopio, cadenas de frío, infraestructura como transporte, etc.?

«Estamos trabajando en eso, porque había muchas dificultades, mucha ineficiencia. Estamos mejorando, dando mayor independencia a los productores.

El Estado siempre va a significar una demanda importante para asegurar educación, salud y otras obligaciones sin costo para los usuarios. Y eso no se puede pagar a precios de mercado. Los agricultores pequeños y las cooperativas agropecuarias deben abastecer al Estado. El resto de la producción, que será la mayor parte, puede ser vendido libremente, a precios de mercado.

Estamos trabajando en mejorar deficiencias y dificultades. Estamos dando mayor independencia a los productores. Y los campesinos han respondido bien. La mayor producción agropecuaria permitirá abaratar los precios. Y no hay que olvidar que los campesinos han sido, en cierto modo, siempre privilegiados desde que la primera ley de reforma agraria de 1959 expropió los latifundios y entregó la tierra en propiedad a los arrendatarios y aparceros que la trabajaban. Igualmente fueron beneficiados por la segunda ley de 1963, que facilitó la creación de cooperativas agropecuarias. Hay además cooperativas creadas a partir de empresas estatales, que tienen las tierras en usufructo y que con los cambios, están ahora repuntando».

INVERSION EXTRANJERA

¿Cuál es la situación de la producción azucarera?

«Como se sabe, teníamos una gran producción azucarera y logramos llegar a una producción de 8 millones 700 mil toneladas. Hubo después una fuerte caída de los precios internacionales, baja productividad y aumento de la ineficiencia. Ese ha sido un problema general en nuestra economía, donde ha habido excesivo paternalismo. La caña de azúcar ya no es el pilar fundamental de la economía cubana, sus variaciones de precios internacionales la hacen riesgosa, así como el estado de las tierras y las instalaciones industriales. Estamos -por ahora- volviendo a producir caña y es posible que aceptemos capitales extranjeros, brasileños seguramente, en este rubro».

¿Qué sucede con la inversión extranjera?

«La necesitamos siempre que no afecte a nuestra soberanía. En la mayoría de los países de América Latina, en Africa y otros lugares, los capitales deciden las áreas que les interesan explotar, lo que más les conviene, no se preocupan mayormente por la contaminación y se van luego de haberse llevado inmensas utilidades. En Cuba es distinto: definimos los proyectos de acuerdo a nuestra planificación. Actualmente, hasta 2030, elegimos las inversiones que más nos convienen, mirando también a los inversionistas. Hemos tenido buenos resultados en turismo, especialmente con capitales españoles. Cada año llegan tres millones de turistas. En el níquel hay también capitales extranjeros e igualmente en las exploraciones petroleras, que esperamos que tengan éxito. También hay grandes inversiones brasileñas en Mariel, destinado a ser el puerto mayor de Cuba».

EL BLOQUEO YANQUI

¿Cuál es la situación del bloqueo norteamericano actualmente?

«En mayo, un banco, el ING, fue multado en 618 millones de dólares por hacer transacciones con Cuba. Hace poco congelaron 4,5 millones de dólares autorizados por la Organización Mundial de la Salud a Cuba. En este segundo mandato de Obama en EE.UU. podría darse un cambio. Primero, porque más del 60 por ciento (algunos hablan de un 70%) de los norteamericanos están contra el bloqueo y sobre todo, porque en un segundo periodo presidencial, sin posibilidad de reelección, hay mayor margen de acción para el presidente. La mafia cubano-norteamericana está perdiendo terreno. Se está produciendo un cambio en el exilio cubano a medida que pasa el tiempo. El bloqueo, que es económico, comercial y financiero, ha sido un lastre feroz para Cuba. Le ha significado miles y miles de millones de dólares en pérdidas. Como se sabe, Cuba está impedida de recibir todo producto, mercadería o insumo que tenga más de un 10% de componente de origen norteamericano. Tampoco tiene acceso a la tecnología norteamericana y los barcos que recalan en puertos cubanos no pueden tocar puertos de Estados Unidos durante seis meses desde su paso por Cuba. Entretanto, el bloqueo significa un problema político para Estados Unidos, que año tras año es condenado por Naciones Unidas por una mayoría abrumadora. Influye en todo esto la situación de los cinco cubanos prisioneros en Estados Unidos, víctimas de un juicio inicuo como lo ha reconocido la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas. El bloqueo y la política agresiva de Estados Unidos no puede durar indefinidamente. Complican la posición norteamericana en el hemisferio y también su imagen ante los países africanos y asiáticos. Tampoco los europeos lo apoyan».

SOCIALISMO A LA CUBANA

¿Cómo podría caracterizar hoy el socialismo en su versión cubana?

«Pienso que en este proceso de perfeccionamiento hay un trasfondo ético fundamental. Las transformaciones se hacen garantizando los derechos esenciales del ser humano: la educación, salud, vivienda, la cultura, la tranquilidad y las posibilidades de desarrollo pleno. El presidente de Cuba plantea que el socialismo no es igualitarismo. El socialismo es igualdad de derechos y oportunidades, dice Raúl Castro. El igualitarismo debilita el esfuerzo colectivo. Para nosotros sigue vivo el pensamiento del Che: el socialismo tiene que ser construido por el hombre y debemos estar conscientes de lo que hacemos. Definiendo la revolución, Fidel ha dicho que es sinónimo de modestia, desinterés, altruismo y solidaridad. En nuestro trabajo no importa sólo la distribución, sino la materialización de los principios éticos fundamentales. El Che decía que no le interesaba un socialismo económico sin moral comunista.

Por eso, cuando me preguntan si estamos siguiendo el modelo chino, el vietnamita o las ideas de la NEP de Lenin, contesto que tenemos un camino propio. El mundo ha cambiado, nadie puede partir de cero. La civilización es conocimiento acumulado, y hay que tener presente lo que han hecho los demás. Soy optimista, sabiendo sí que es una tarea difícil, muy grande. Hay que convencerse que el socialismo no es distribución de la pobreza, es eficiencia, productividad, solidaridad y mayor equidad. Elementos definitorios en nuestra experiencia son el factor ético, como igualmente la preocupación de que no haya explotación. Otro elemento es la gratuidad de cuestiones esenciales como la educación, salud, cultura y la base para el desarrollo personal en plenitud. Tenemos protección social para todos, ya sea a través del sistema previsional o de la actuación del Estado cuando no funciona la previsión por la razón que sea. La meta es que no haya ningún cubano viejo o enfermo que esté desprotegido».

 

Vía libre para viajar

El próximo 14 de enero entrará en vigor la modificación de las leyes migratorias cubanas. En adelante, los ciudadanos no tendrán que solicitar permiso de salida ni presentar una carta de invitación del exterior. Bastará con el pasaporte y la visa del país al que quieren viajar. Esa autorización tendrá una duración de dos años sin que la persona deba hacer otro trámite ante los consulados cubanos.

Los cambios a las leyes migratorias cubanas disponen también que aquellos ciudadanos que abandonaron el país hace más de ocho años, pueden regresar a la isla sin ningún problema.

El economista Joaquín Infante Ugarte dijo a PF que estas medidas ayudan a fortalecer la posición cubana ante el bloqueo norteamericano. «La flexibilización de estas medidas -dijo- ha sido muy bien recibida en todo el mundo»