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En estos días que se habla de matrimonios y adopciones entre parejas homosexuales y de lo que debe ser la familia

Sociedades hipócritas

Fuentes: Gara

En estos días se habla de una enorme manifestación en contra de matrimonios y adopciones entre parejas homosexuales, con carteles pregonando lo que debe ser la familia. Hombre-mujer, grupos mayoritariamente manipulados por el PP, partido político más conservador e hipócrita de España, junto con grupos religiosos que olvidaron conquistas sangrientas llevando como estandarte una cruz […]

En estos días se habla de una enorme manifestación en contra de matrimonios y adopciones entre parejas homosexuales, con carteles pregonando lo que debe ser la familia. Hombre-mujer, grupos mayoritariamente manipulados por el PP, partido político más conservador e hipócrita de España, junto con grupos religiosos que olvidaron conquistas sangrientas llevando como estandarte una cruz entre pueblos conquistados, saqueados y masacrados. Creo que ni siquiera deberíamos necesitar leyes, ni permisos para querernos unos a otros como nos plazca, o ¿acaso no dice la Biblia amaos los unos a los otros?

Anatómicamente, por si alguien aun no se entera, todas las personas somos bisexuales, biológicamente todas las personas tenemos cromosomas femeninos y masculinos. Qué decir de la conducta o del sentir, qué decir de nuestra psicología individual y social. Comprobado y manifestado está que existe en el individuo el lado femenino y masculino, lo que nos ayuda a ser sensibles y fuertes, racionales y emotivos, abstractos y concretos. Todos tenemos más o menos, mejor o peor desarrollada esas dos facultades dentro de nuestras características intelectuales, cognitivas y psicológicas, además de nuestras capacidades sociales.

Cuánta hipocresía hay en la sociedad y en la religión, en las leyes injustas, en los templos y en la política. Si toda esa gente saliera a protestar contra el gasto mundial de armas, mucho mayor que el que se requiere para terminar la miseria del mundo, o a protestar por monarquías caducas, por la guerra, la miseria, la globalización, la contaminación, la corrupción, la tortura y otras muchas injusticias que se extienden sin que nadie proteste ni se inmute en el mundo.

Esta protesta no difiere ni es menos injusta y absurda que los encarcelamientos de Franco, ni los asesinatos de Hitler a personas homosexuales, por el solo hecho de serlo, muestra de una homosexualidad reprimida, ocultada y proyectada en ellos mismos. Y ahora son el PP, grupos políticos y religiosos, y una sociedad que insiste en ver los defectos ajenos y no los propios.

Creo que no tenemos derecho ni deber moral de quitarnos culpas y responsabilidades, culpando a los otros, puesto que nosotros mismos no funcionamos como seres humanos, mucho menos como familia ideal o sociedad ideal. Quizá deberíamos comenzar a mirarnos bien sin que nos estorben los prejuicios moralistas, religiosos o políticos. Somos seres imperfectos, defectuosos y bisexuales. Tan natural como ser negros o blancos, morenos o rubios.Y aún más difícil de creer y aceptar que, a pesar de eso, somos también seres maravillosos.

* Victoria Mendoza. Psicoterapeuta.