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Trabajadores de Coca Cola en lucha lanzan campaña crowfunding para libro autobiográfico

Somos @cocacolaenlucha

Fuentes: Rebelión

Siempre me pareció realmente desmovilizador el desprecio a lo obrero en este país. Y ahora me lo explico más que nunca. Quienes detentan el poder no dan potencia a quienes pueden desbancarle. Y ver potencia en los y las obreras es arriesgado. No vaya a ser que la usen, esa potencia, a su entender y […]

Siempre me pareció realmente desmovilizador el desprecio a lo obrero en este país. Y ahora me lo explico más que nunca. Quienes detentan el poder no dan potencia a quienes pueden desbancarle. Y ver potencia en los y las obreras es arriesgado. No vaya a ser que la usen, esa potencia, a su entender y no al mando y obediencia de quien se la paga, conforma, o subarrienda. Saberse obrerx es saberse parte de una cadena de producción que puedes detener, intervenir. Es saberse parte de una lucha (de clases, interseccional…) en la que eres una de las fuerzas en tensión que produce realidad.

Incluso, esa «clase», puede llegar a darse cuenta de que sostiene un medio de producción que podría ser suyo. La toma de los medios de producción, ése es el gran tabú. Lo que no puede hacer el pueblo. En «La comuna» de Peter Watkins podemos ver el terror al caos, y la violencia simbólica que implica que cambie de manos lo que perteneció por los siglos de los siglos a unos pocos -y la cultura y el arte han sido lo que el poder ha querido considerar cultura y arte-. Por lo tanto, conocemos como obras (literarias, artísticas, cinematográficas), mayoritariamente, las que nos ha producido quienes detentan los medios de producción de la cultura y el arte. Personas a las que «se» considera con el derecho de producirnos el mundo y ponernos a imitarles, o a sus órdenes. Pero…¿cómo sería la representación que podríamos darnos a nosotrxs mismxs? ¿Cómo sería que, la clase obrera, escribiera su propia historia?

A mí, que cuido que nada estropee mi mirada, me emociona cuando veo gente trabajando. Un barrendero en la calle me conmueve. Lo creo seriamente que incluso los trabajos más denigrados, y esos más que ninguno, hacen la vida mejor: desatascar tuberías, limpiar culos, repartir cartas. Lo que me jode es respetar una relación capital/trabajo que amenaza la producción de bienes materiales, de riqueza real. Diseñado el empleo para la ganancia privada, desde arriba, es lógico ganar más en diseñar una autopista que por limpiar una casa -que por eso se sigue a menudo sin ganar dinero-.

Aún así sigo sintiendo el orgullo que lxs obrerxs sentimos cuando trabajamos. Sin duda creo que el mundo sería mejor, si trabajar permitiera imaginar cómo hacer una sociedad más vivible, osea con las cargas socialmente distribuidas entre garantizar la reproducción de la vida, y la producción de otras vidas posibles; para que una persona, no solo limpiara las calles, sino que también pudiera luego llegar a su casa y diseñar una nueva política barrial … En el centro de mi nervio vital siempre estuvo defender eso… un trabajo digno, generador de desarrollo humano, que fuera el centro de una estructuración social emancipadora.

Ahora, con el libro #somoscocacolaenlucha en pleno proceso de producción, comparto ese tesoro que tanto imaginé poder encontrar. Por que al fin me he topado con trabajadores y trabajadoras organizadas que no consintieron que les despreciaran y humillaran por ser trabajadores/as. Y no sólo resistieron ese mandato; lo han contado. Haciendo uso de metodologías experimentadas muchos años en CsA, adaptadas a posibilitar una escritura colectiva, el proceso de escribir «Somos Coca cola en lucha» ha sido como un tiro certero.

Los trabajadores y trabajadoras de @cocacolaenlucha se han atrevido, tranquilamente, a tomar los medios de producción de las palabras y hacer un libro, porque se han pasado meses haciéndose cargo de su propia verdad, realizándola… y por eso no les ha costado en absoluto contar su historia. Lo de ser quienes estaban a cargo de los medios de producción es algo que su conciencia de clase, obrera, sindical, ya les permitía ver que era el acicate de su fuerza. Estar organizados y poder parar la producción. Ésa era su fuerza. Y lo sabían. Así que en cuanto vieron que leyendo sus relatos conmovían a la gente dijeron, pues esta fuerza de producir realidad, también la tengo, y la voy a hacer pública y de ahí que ya mismo «Somos Cocacola en lucha» va a ser un libro.

Tras la experiencia de Cine sin Autor en el Patio Maravillas lo cierto es que había renunciado a que un sujeto colectivo pudiera contarse. En ese momento, interpretamos que quizá el sujeto tenía que generarse para hacer una obra, pero no podía preexistir. Con @cocacolaenlucha redescubro que no. Que el sujeto ya colectivo, puede escribirse. Atiendo a que quizá los tiempos estén cambiando. Y ahora ya creamos que es posible y necesario hacernos cargo de nuestra propia representación. Incluso que eso sea una urgencia.

Para mí, «Somos Cocacolaenlucha» es un premio. Un hito para afianzar el desafío de volver a creer en la palabra para poder saber el mundo que queremos y ponernos a construirlo. Eso es lo que ha hecho la gente que está detrás de cada palabra del libro que editará Editorial La Oveja Roja «Somos CocaCola en lucha». Embotelladores o carretilleros, o administrativas que han construido esta narración que llaman «autobiografía colectiva». «Novela evidencia» resuena en mi interior. En resumen, la historia oral de un conflicto, narrado en primera persona, transcrito y ensamblado para lograr un libro, compartiendo el deseo de hacer el lenguaje más bello porque es arma para aprender lo bueno (y lo malo) y regalárselo al mundo, para contar cómo organizar una gran lucha y nunca rendirse, para lograr las formas de vida que queremos y podemos vivir y contarlo…

Eso es lo que ha hecho todo el tiempo la gran familia que ha habitado el campamento de la dignidad. Obrerxs y sus seres queridxs que se han merecido a un sindicato y un sindicato que se ha merecido una victoria que como obrerxs tendrán que seguir sosteniendo todo el rato. Porque, y eso es lo que dignifica la lucha obrera, lxs obrerxs, el mundo que queremos, lo tenemos que hacer, porque nosotrxs ni lo podemos robar, ni se lo podemos encargar a nadie, a precio de saldo, para que lo haga por nosotrxs. ¡Somos obrerxs!

Si te interesa participar en la campaña solidaria para financiar el libro ver: http://www.verkami.com/projects/13618-somos-cocacolaenlucha