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Sortu y muros que se levantan uno tras otro

Fuentes: Rebelión

Parece ser que ETA planificó en su momento, no ahora desde luego, un atentado contra el lehendakari Patxi López. Como en otras ciudades españolas, Barcelona fue un ejemplo el día de la huelga general del 29 de septiembre, hubiera la semana pasada en Gasteiz y Portugalete episodios de lucha en las calles no pacífica. De […]

Parece ser que ETA planificó en su momento, no ahora desde luego, un atentado contra el lehendakari Patxi López. Como en otras ciudades españolas, Barcelona fue un ejemplo el día de la huelga general del 29 de septiembre, hubiera la semana pasada en Gasteiz y Portugalete episodios de lucha en las calles no pacífica. De kale borroka para entendernos rápidamente.

Pues bien, Sortu rechazó el jueves 10 de marzo el presunto plan de ETA y los episodios de Portugalete y Gasteiz. «Rechazamos las presuntas planificaciones de actos de violencia». «Desde el respeto a la presunción de inocencia que a todo ciudadano le corresponde… y ante la filtración en diversos medios de comunicación de supuestas y presuntas planificaciones de actividades tendentes a la comisión de actos de violencia contra bienes y personas, entre ellos, al parecer, contra el lehendakari Patxi López, reafirmamos nuestro rechazo ante cualquier acto de violencia». «Queremos contribuir a la desesperación de cualquier violencia y en particular el de ETA».»Este proyecto político ha manifestado un rechazo inequívoco de la violencia y en ese rechazo se incluye la violencia de ETA». «Nuestra formación supone una ruptura con organizaciones del pasado». «Entendemos que el fin de la violencia no tiene precio político». «Nuestra legalización no pude estar sujeta batallas políticas, a inercias de un pasado reciente de enfrentamiento violento, sino que debe entenderse como un ingrediente indispensable para construir un futuro sin violencia y desde la democracia in límites para todos» [1]. No es necesario ningún énfasis, tampoco las cursivas. Se puede decir más alto pero no más claro.

¿Cuál es la pega entonces? La segunda autoridad del Estado, el presidente Zapatero, afirmaba hace pocos meses: «Para que alguien pretenda estar en las instituciones democráticas o rechaza y condena de la violencia de ETA o ETA desaparece» [2]. La disyunción no era excluyente obviamente, pero ya está verificada: la primera condición se ha dado sin atisbo para la duda, ni siquiera una hiperbólica cartesiana.

¿No basta? No basta. La melodía y la exigencia han cambiado de repente. «Con ETA viva, Sortu tendrá dificultades para su legalización», ha afirmado la misma autoridad estatal. Luego, por tanto, la legalización de Sortu no depende de lo que diga o haga la propia organización sino de los avatares y el tempo que rodeen la desaparición de ETA. El despropósito es tan lamentable como torpe, interesado, injusto y erróneo.

Incluso Patxi López ha hablado de informes jurídicos de la abogacía del Estado cogidos por hilos a punto de romperse. ¿Qué se pretende entonces? Probablemente, diseñar algún paso en un momento electoralmente adecuado, evitar de todas todas que Sortu obtenga algún beneficio político por la desaparición de ETA y, por qué no, que el mundo abertzale se rompa en el proceso en diez o quince trozos, que el resto sea naufragio.

Todo menos apostar decididamente por una oportunidad histórica diga lo que diga una derecha, la neofranquista, que no cejará hasta que tenga a la izquierda abertzale postrada a sus pies o en posición de firmes. ¿O acaso, bien mirado, la apelación al ogro Pepe o al «estado de la opinión pública» es más bien una coartada?

Notas:

[1] Tomado de Guillermo Malaina, «Sortu «rechaza» el plan de ETA para matar a Patxi López y la kale borroka» Público, 11 de marzo de 2011, p. 18. Malaina entrecomilla la palabra «rechaza». ¿Por qué?

[2] Ignacio Escolar, «La voluntad del legislador». Ibidem, p. 50.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.