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Entrevista a Francisco Báez Baquet sobre el amianto y la sentencia de la corte casación italiana (XXIV)

«Sustituir 3.000 pleitos individuales por un único macro-proceso tenía las ventajas de la repercusión mediática y la economía procesal, pero también un riesgo»

Fuentes: Rebelión

Francisco Báez, ex trabajador de Uralita en Sevilla, inició en los años 70 del pasado siglo la lucha contra este industria de la muerte desde las filas del sindicato de CCOO. Ha dedicado más de 40 años a la investigación sobre el amianto. Paco Puche, otro luchador imprescindible, reseñó su obra (escrito editado en las […]


Francisco Báez, ex trabajador de Uralita en Sevilla, inició en los años 70 del pasado siglo la lucha contra este industria de la muerte desde las filas del sindicato de CCOO. Ha dedicado más de 40 años a la investigación sobre el amianto. Paco Puche, otro luchador imprescindible, reseñó su obra (escrito editado en las páginas de Rebelión.org).

***

Interrumpo mis preguntas sobre el libro. Le pregunto por un «Comunicado de prensa sobre la sentencia de la corte de casación italiana del 19 de noviembre 2014». ¿A qué sentencia hace referencia esa comunicado? ¿Qué paso en la corte de casación italiana el 19 de noviembre?

En mi opinión, en esta ocasión, lo importante no son mis contestaciones, ni las preguntas a las que con ellas trato de responder, sino el propio comunicado. Permítame, por consiguiente, que comience por transcribir seguidamente su íntegro contenido, para proceder después a comentarlo, al hilo de nuestra urdimbre de interrogaciones y respuestas.

De acuerdo, como prefiera.

COMUNICADO DE PRENSA SOBRE LA SENTENCIA DE LA CORTE DE CASACION ITALIANA DEL 19 DE NOVIEMBRE 2014

Expresamos nuestra indignación y desacuerdo más fuerte con el veredicto vergonzoso e injusto de la Corte de Casación, emitido el 19 de noviembre de 2014. Schmidheiny, administrador delegado y co-propietario de Eternit Italia, había sido condenado por el tribunal de Apelación a 18 años de prisión, por desastre doloso permanente. En el Tribunal de Casación, el multimillonario suizo no ha sido absuelto, fue el crimen el que ha sido prescrito: de hecho, tanto el fiscal jefe, e incluso su abogado, han reconocido su responsabilidad.

Es una monstruosidad, y un ultraje, prescribir un delito que ya ha causado 3.000 muertes, que todavía está matando y que así seguirá; sólo en Casale, muere una persona por semana: hoy, mientras escribimos estas palabras, el desastre del que Schmidheiny es responsable, se ha cobrado otra víctima.

Este veredicto viola los principios fundamentales de los convenios internacionales de derechos humanos: las garantías legales de los acusados, no deberían en ningún caso cancelar los derechos de los miles de víctimas de la delincuencia. La responsabilidad personal en tan gran crimen corporativo, no puede ser anulada por tecnicismos legales.

Nuestra lucha continúa: vamos a perseguir todas las vías legales y de movilización social en todo el mundo, incluyendo a cualquier juicio contra Eternit, como el planteado contra Schmidheiny, por homicidio voluntario, que se celebrará próximamente en Turín. La coordinación internacional de victimas del amianto, reunida en Casale en 21 de noviembre de 2014, expresa su solidaridad a las víctimas, a sus familiares de Casale y en todo el mundo.

Este veredicto vergonzoso no nos detendrá.

La coordinación internacional de las asociaciones de familiares y víctimas del amianto, los sindicatos italianos CGIL, CISL y UIL, y representantes sindicales de varios países y continentes, juristas y expertos:

Afeva (Italia), Andeva (Francia), Abrea (Brasil), Abeva (Bélgica), Fedavica (España), Asarea (Argentina), UAO (Suiza), Asbestos Victims’ Support Group Forum UK (Gran Bretaña), a-Ban Japan (Japón), Ban Asbestos Asia

A mi modo de ver, quienes, hasta el presente, mejor han descrito y caracterizado la situación creada, son los autores de los siguientes trabajos, cuyas respectivas citas y correspondiente enlace de acceso al texto completo de los mismos, son los siguientes:

Paco Puche y Jesús Uzkudun, «Juicio en Roma contra Stephan Smichdheiny, magnate del amianto: un culpable al que la (discutible) prescripción de sus asesinatos lo libra de la cárcel… por el momento «Sin permiso» 30/11/2014 http://www.sinpermiso.info/articulos/ficheros/stsm.pdf y Eliane Brum Romana y el billonario del amianto: el dolor que no prescribe EL PAÍS Internacional 25 NOV 2014 http://internacional.elpais.com/internacional/2014/11/25/actualidad/1416870275_699327.html

Al propio tiempo, permítanme también ofrecerles la primicia (al menos en nuestro entorno geográfico), del texto redactado, a propósito de lo mismo, por el presidente de la asociación argentina de víctimas del asbesto, el abogado Dr. Mariano Acevedo:

YO PRESENCIÉ EL DICTADO DE LA VERGONZOSA SENTENCIA DE LA CORTE DE CASACIÓN DE ROMA

Como presidente de AS.AR.E.A. (Asociación Argentina de Expuestos al Amianto) y junto con muchas otras organizaciones hermanas, fui invitado a presenciar el dictado de la sentencia que debía pronunciar la Corte de Casación de Roma, última instancia donde había acudido el dueño de ETERNIT, Stephan Schmidheiny, en su intento de revertir los dos fallos condenatorios anteriores, de primera y segunda instancia, esta última emitida por el Tribunal de Apelaciones de Turín donde se determinó con abrumadora prueba la responsabilidad de Schmidheiny de quien el Presidente de la corte turinense llegó a comparar su estrategia dañadora, con las acciones de Hitler al deportar judíos a Madagascar de 1939 a 1941.

Sentado cómodamente en la Corte de Casación de Roma, y como profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, sentía como un privilegio el poder presenciar un hecho histórico como sería la inevitable ratificación de las condenas dictadas, ahora, por este prestigioso tribunal de un país del cual todos hemos aprendido el Derecho.

Comencé a sorprenderme no gratamente, al escuchar que el procurador general de la Corte de Casación de Roma Francesco Iacovello, por medio de extraños argumentos formalistas y de una serie de tecnicismos no sustanciales, se iba aproximando a proponerle al Tribunal que las condenas ya dictadas contra Schmidheiny por la muerte de miles de personas con prueba abrumadora en su contra, debían ser dejadas sin efecto por el instituto legal de la prescripción. Decía el procurador que si bien era de toda «Justicia» condenar a Schmidheiny, debía prevalecer una norma formal y procedimental como es la prescripción. Afortunadamente cerró su alocución sin tapujos ni mentiras. Frontalmente dijo en forma textual que ante un conflicto entre «El Derecho» y «La Justicia» debía prevaler el primero, que ironía, el edificio sede de la Corte de Casación se conoce, justamente, como Palacio de «Justicia».

La Corte siguió la propuesta del Procurador General y absolvió a Schmidheiny. Un escándalo jurídico se había consumado y nada más y nada menos que en un tribunal de semejante envergadura y prestigio mundial.

Es que no puede siquiera pensarse y hasta es un absurdo, que puede presentársele a un Juez una disyuntiva entre «Justicia y Derecho» ya que si por medio de este último no se llega a una solución de justicia, no sería Derecho. Aceptar la argumentación de que el Derecho Positivo se debe aplicar aún cuando se admite que no supera el paso por el tamiz de la Justicia, es abrir la puerta a que cualquier ley, aún una discriminatoria, deba prevalecer por el sólo hecho de ser considerada «Derecho». Una sentencia basada en esta premisa es casi un sofisma, es una sentencia que penosamente se descalifica a si misma. La Corte de Casación de Roma ha perdido una oportunidad histórica de hacer Justicia en un caso de tremenda violación a los derechos humanos como es el de las víctimas de Casale Monferrato, y lo ha hecho a través de una sentencia que nos averguenza.

Como una primera interpretación de por qué asumieron esa postura el procurador general y la Corte, saltó a mi memoria lo que decía el jurista Erich Danz [1] quien afirmaba que para temas trascendentales como La Justicia y El Derecho, no debe haber espacio para la glorificación de conceptos artificiales que genera el orgullo de muchos juristas que fallan desdeñosamente contra el sentimiento jurídico del pueblo porque así lo exige el concepto que ellos mismos se inventan y al que llaman «lógicamente necesario»; y si el profano se lleva las manos a la cabeza, aterrado ante un sentencia, le despachan con una sonrisa de superioridad diciéndole: «¡Que sabes tú de esto!».

La segunda posible interpretación es menos jurídica, menos moral, pero lamentablemente me suena mas cercana a la realidad, y es que los millonarios y poderosos logran impunidad aún en casos de escandalosos crímenes como el de Casale Monferrato, pero ¡cuidado!, los comunes, los familiares de las víctimas no están solos. Ese día los acompañamos ciudadanos, también comunes, de más de diez paises y tres continentes distintos. Y lo seguiremos apoyando incondicionalmente con todos los que ya se avizora que se sumarán a esta causa.

¡¡La lucha continúa!!

Dr. Mariano Acevedo

Presidente de AS.AR.E.A.

www.asarea.org.ar

[email protected]

Dicho todo lo cual, procedo a contestar a la primera de sus preguntas. El comunicado hace referencia al acto judicial, celebrado en Roma el pasado día 19 de Noviembre, en virtud del cual quedó resuelto el recurso de casación sobre una resolución judicial precedente, por la que el propietario del Grupo Eternit, el multimillonario suizo Stephan Schmidheiny, había sido condenado a 18 años de cárcel, por la muerte de varios miles de afectados, tanto ocupacionales como medioambientales, por su exposición al amianto en varias factorías italianas de fabricación de productos de amianto-cemento, principalmente en la de Casale Monferrato, próximo a Turín.

El tribunal de apelación revocó esa sentencia precedente, al computar como origen para contar el tiempo de prescripción, no el momento del deceso o el del diagnóstico de la patología relacionada con la exposición, sino el del comienzo de ésta, en el inicio de la relación laboral respectiva, o en el de la exposición no ocupacional, en su caso. En general, tales patologías tardan muchos años en aflorar, y en el caso concreto del mesotelioma, varias décadas.

Es evidente que la legislación, ni en Italia, ni en muchos otros países, soporta contemplar un plazo de prescripción tan dilatado, por lo que, con arreglo al criterio utilizado en este caso, la impunidad queda automáticamente garantizada.

El fiscal defensor de esa interpretación ante el tribunal, que la ha asumido como válida, es sobradamente conocido por sus actuaciones precedentes, que han permitido, por la misma vía de hacer uso del tiempo de prescripción, la exoneración de varios mafiosos, en relación con sus respectivos delitos.

Con arreglo a la ley italiana, para que las víctimas puedan ser resarcidas económicamente, tiene que mediar previamente una condena penal firme, con lo cual, los numerosos demandantes de este macro-juicio, se quedan sin la indemnización, y probablemente con las costas judiciales a su cargo.

«Expresamos nuestra indignación y desacuerdo más fuerte con el veredicto vergonzoso e injusto de la Corte de Casación, emitido el 19 de noviembre de 2014». Leo en el comunicado: «Schmidheiny, administrador delegado y co-propietario de Eternit Italia, había sido condenado por el tribunal de Apelación a 18 años de prisión, por desastre doloso permanente». ¿Nos explica esta sentencia anterior?

Se trataba de otra sentencia que, confirmando la inicial, elevaba a 18 años la pena, respecto de los 16 de la sentencia de origen, recurrida.

¿Quién la recurrió?

En ambas ocasiones, el demandado.

Continúo la lectura: «En el Tribunal de Casación, el multimillonario suizo no ha sido absuelto, fue el crimen el que ha sido prescrito: de hecho, tanto el fiscal jefe, e incluso su abogado, han reconocido su responsabilidad». ¿Qué crimen, qué delito había proscrito?

El derivado del sostenimiento de la letal actividad industrial, con conocimiento pleno de sus consecuencias. Ha quedado documentalmente demostrado, que esa ha sido, sin el menor atisbo de duda, la situación sostenida a través de los años. Por eso el ahora exonerado habrá de enfrentarse a una demanda ya en curso, por el delito de homicidio voluntario, de más de 200 fallecidos, y esta vez, por la índole del delito aducido, no cabe prescripción alguna que alegar, porque la propia ley italiana lo veda. El acusado ya se ha apresurado a hacer una declaración pública, afirmando que un mismo delito no puede volver a ser juzgado, cuando ya existe una sentencia firme, exculpatoria. Pero la cuestión no está tan diáfana como él la presenta, por las circunstancias específicas que concurren. Son víctimas más recientes (en ningún supuesto les afectaría la prescripción), y además, y eso, a mi modo de ver, es lo decisivo, su exposición es posterior a la fecha en la que ha quedado documentalmente probado que Stephan Schmidheiny impartió instrucciones precisas a sus directivos, para que ocultasen las sólidas evidencias científicas que ponían de manifiesto la condición de cancerígeno del asbesto.

¿Un crimen así debería proscribir en su opinión?

No. Subsidiariamente, si eso no fuera factible así, sin matices, en cualquier caso el tiempo de prescripción no debiera de correr, más que a partir de cuando el cenit y culminación de la agresión se produce, esto es, cuando acontece la muerte. En España nos quejamos de que la prescripción deje sólo un año, posterior al fallecimiento, para poder reclamar, a diferencia de los tres años que son habituales en nuestro entorno inmediato de naciones occidentales, pero comparado con lo ahora sucedido, eso es, evidentemente, mucho peor, porque así no hay forma de que prospere ni una sola de las demandas que fueran formuladas.

Prosigo: «Es una monstruosidad, y un ultraje, prescribir un delito que ya ha causado 3.000 muertes, que todavía está matando y que así seguirá; sólo en Casale, muere una persona por semana».¿Casale? ¿Qué es Casale? ¿Una persona muere por semana? ¿De qué?

Casale Monferrato es la localidad en la que estuvo radicada la principal fábrica de amianto-cemento en Italia. A los dos días de pronunciada la sentencia, la prensa italiana ya recogía el fallecimiento de otras dos nuevas víctimas de la exposición al amianto en Casale, así que, de mantenerse ese mismo ritmo, esa estimación estadística se estaría quedando corta. Mueren, evidentemente, de patologías relacionadas con esa exposición: asbestosis, mesotelioma, cáncer pulmonar… Entre los expuestos no ocupacionales, lo más frecuente es el mesotelioma, habida cuenta de que para desencadenarlo bastan dosis netamente inferiores a las precisas para las otras patologías, y esas dosis inferiores, son precisamente las que se han alcanzado en la susodicha exposición no laboral.

Hoy, se lee el comunicado, «mientras escribimos estas palabras, el desastre del que Schmidheiny es responsable, se ha cobrado otra víctima». ¿Quiénes firman este comunicado? ¿Quiénes lo han escrito?

Lo ha redactado el periodista y cineasta Alessandro Pugno, natural de Casale Monferrato, y que en su momento ha sido comisionado ante Naciones Unidas, para la defensa de los derechos humanos de las víctimas del amianto. Es miembro de AFEVA, la principal asociación italiana de víctimas del amianto (existen otras, por ejemplo: AIEA). El comunicado lo suscriben todas las asociaciones que figuran al pie del documento. El incesante goteo de nuevas víctimas mortales, que está previsto que se prolongue todavía durante bastantes años, y al que hace referencia el comunicado, ha quedado reflejado en la prensa italiana, como ya he dicho antes.

Por cierto, ¿quiénes son, qué es Fedavica (España)?

Es la Federación Española de Asociaciones de Víctimas del Amianto (sus integrantes son, por ejemplo, AGAVIDA, APENA, AVIDA, ASVIAMIE, etc.).

Este veredicto, comenta el comunicado, «viola los principios fundamentales de los convenios internacionales de derechos humanos: las garantías legales de los acusados, no deberían en ningún caso cancelar los derechos de los miles de víctimas de la delincuencia». La responsabilidad personal, añaden, «en tan gran crimen corporativo, no puede ser anulada por tecnicismos legales». ¿Qué ha pasado entonces? ¿Por qué el tribunal de casación ha obrado de este modo?

Eso queda a la apreciación de cada cual. Yo, por lo que a mí respecta, me quedo con la toma en consideración de un antecedente harto significativo. Cuando se produjo, en su día, la condena ahora anulada, de 18 años de cárcel, el abogado del condenado realizó una declaración pública, vaticinando que en lo sucesivo no habría inversores que quisieran operar en Italia.

Nuestra lucha continúa, voy acabando, «vamos a perseguir todas las vías legales y de movilización social en todo el mundo, incluyendo a cualquier juicio contra Eternit, como el planteado contra Schmidheiny, por homicidio voluntario, que se celebrará próximamente en Turín». ¿Sabe cuándo? ¿Homicidio voluntario? ¿Por qué en este caso?

Estimo que todavía no está claro cuándo se celebrará ese nuevo juicio, ni, visto lo visto, si se llegará a celebrar. Esperemos que sí. La acusación por homicidio voluntario, es por las circunstancias específicas que ya hemos mencionado aquí antes. En el año 1976, Stephan Schmidheiny impartió directrices precisas, con rastro documental existente, para que el carácter cancerígeno del amianto fuera negado, mediante acciones programadas para tal finalidad.

La coordinación internacional de victimas del amianto, reunida en Casale en 21 de noviembre de 2014, así se cierra el comunicado «expresa su solidaridad a las víctimas, a sus familiares de Casale y en todo el mundo. Este veredicto vergonzoso no nos detendrá». ¿Quiénes forman esa coordinación internacional? ¿A qué países agrupa?

Esa coordinación, entiendo (y no creo equivocarme), que de momento no asume un carácter formal y estable. Es meramente ad hoc, por ahora, y se alcanza gracias a la buena predisposición y voluntad de todos los convocados a ella. Asociaciones de víctimas, existen en todos los continentes habitados.

¿Cuál ha sido el papel en toda esta lucha de los sindicatos italianos CGIL, CISL y UIL?

No estoy en condiciones de responder a esa pregunta, con suficiente información. Supongo que ha debido de ser relevante, al tratarse de sindicatos más potentes que los nuestros.

Los juristas y expertos que les han ayudado, ¿no han podido hacer nada?

Por lo que yo tuve ocasión de presenciar (aunque no domino el idioma italiano), no les dieron oportunidad alguna. La sensación que se transparentó, es la que todo estaba ya predeterminado.

¿Cómo se siente usted, como se ha sentido tras lo ocurrido?

A mí esto no me ha sorprendido. Antes de que se celebrase el juicio, así se lo comenté a nuestro común amigo Paco Puche. Él es testigo de que entonces esa era ya mi opinión. Para mi pesar, mi pesimismo estaba justificado. Sustituir tres mil pleitos individuales, por un único macro-proceso, tenía, evidentemente, una clara ventaja de repercusión mediática y de economía procesal. Pero también tenía un riesgo.

Nota:

[1] Danz, E., «La interpretación de los negocios jurídicos», traducción F. Bonet Ramón, Madrid, 1955, pág. 128.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.