Recomiendo:
0

Tareas del movimiento Democracia Real Ya

Fuentes: Rebelión

La presencia en las plazas de Democracia Real Ya no puede ser permanente por razones obvias. No quiero decir que haya que retirarse ahora, más bien creo que no hay que hacerlo, pero sí que hay que considerar en qué condiciones se considerará terminada esta batalla, que no la guerra, y de qué forma se […]

La presencia en las plazas de Democracia Real Ya no puede ser permanente por razones obvias. No quiero decir que haya que retirarse ahora, más bien creo que no hay que hacerlo, pero sí que hay que considerar en qué condiciones se considerará terminada esta batalla, que no la guerra, y de qué forma se iniciará la siguiente.

Creo que no hay que retirarse ahora porque lo único que ha cambiado desde que se iniciaron las protestas es que se ha terminado la campaña electoral, lo que no era la razón ni el objetivo del movimiento. Sin embargo, para los partidos que han participado en las elecciones sí se ha pasado le excusa de que éstas eran su primera urgencia y no podían atender las peticiones surgidas de la calle. No bastan pronunciamientos a vuelapluma en los mítines: ha llegado la hora de que exijamos respuestas concretas y actuación en consecuencia.

El movimiento Democracia Real Ya no tiene ministerios ni diputados ni aparato administrativo. Es nada más y nada menos que la voz y la razón en movimiento de una parte importante de la población, la más comprometida con la justicia, la convivencia y la paz. Ha hecho propuestas claras, debe exigir respuestas igual de claras. No todas las propuestas son igual de urgentes, no todas las soluciones son inmediatas, pero, si no se establece un cauce para un inicio de solución, se habrá avanzado en la toma de conciencia, la claridad de objetivos y la organización, lo que es importantísimo, pero no en la resolución de los problemas.

Nos vamos a encontrar con una máquina legislativa y administrativa que tiene todo el tiempo por delante para aburrirnos, todo el dinero de los contribuyentes para distraernos y confundirnos, todas las intenciones, ya demostradas, de que no cambie nada y de que no se toque el poder omnímodo de la banca, ni de sus representantes Merkel y compañía. Sobre todo, van a intentar dividirnos.

Nuestras reivindicaciones no son locales, hemos de estar muy atentos a lo que pasa en el resto de Europa y colaborar con los movimientos que surjan, pero nuestra tarea y nuestros interlocutores inmediatos, el Gobierno y el Parlamento, están aquí. Ellos son los que tienen que ejecutar lo que pide el pueblo; debemos recordarles que incluso las cortes fascistas se suicidaron ante la realidad que tenían enfrente.

Hay que discutir en la Asamblea las condiciones y plazos mínimos para levantar provisionalmente los campamentos; no bastan las promesas, hay que establecer plazos y formas de seguimiento y decisión en el proceso.

Personalmente creo que la exigencia de la puesta en marcha de un plante colectivo de los países PIGS ante Bruselas, en la línea de Islandia, referéndum incluido, podría ser un buen principio del cambio. No pueden decir que se lo pondríamos difícil porque tres de ellos tienen gobiernos ‘socialistas’. Lo que pedimos ya es la decisión española.

No es que nos fiemos de ellos cuando negociamos: es que ellos saben que no nos van a parar siempre que conservemos íntegras nuestras fuerzas y capacidad de convocatoria. Estamos ante la parte más difícil del proceso, aunque se ha hecho lo imposible.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.